La triple chance desperdiciada por el alemán Werner
Lejos de estudiarse, medirse e ir con cautela, tanto Chelsea como Manchester City trataron de imponer condiciones y agilizar el juego ofensivo desde el arranque de la final de la Champions League que se llevó a cabo en el estadio do Dragao de Portugal. Y los Blues dispusieron de varias situaciones en los pies de su goleador Timo Werner, que tuvo la pólvora mojada, sobre todo, en ese lapso del cotejo.
Primero pifió increíblemente en la puerta del área chica tras un desborde por la izquierda de Kai Havertz al minuto 9: no pudo llenarse el empeine de gol y prácticamente terminó despejando el peligro al rebotarle en su pierna de apoyo.
Apenas cuatro minutos más tarde el equipo de Thomas Tuchel presionó alto, recuperó y llegó con superioridad y balón dominado al área rival con Mason Mount, pero el alemán, sin recorrido, definió débil y a las manos del arquero Ederson. Enseguida Chelsea golpeó otra vez la portería del brasileño con un remate de zurda de Werner que terminó en el lateral de la red (fue al minuto 14). A los 46 de la primera mitad, cuando estaban por irse a los vestuarios y los azules ya estaban arriba 1-0 por Havertz, bajó de pecho una pelota en el área y trató de empalmarla después de jugar aunque no halló el arco.
En el complemento Chelsea se dedicó más a neutralizar al adversario y le costó contragolpear para aumentar la diferencia. Con poco fuego en la línea de ataque, Tuchel decidió reemplazar a Werner al minuto 65 para darle algunos minutos al norteamericano Christian Pulisic.
El ex Stuttgart y Leipzig llegó al cuadro londinense a mediados del año pasado a cambio de los 53 millones de euros correspondientes a su cláusula de salida. En lo que va de su estadía en suelo británico lleva 12 goles (4 por la Champions League) en 52 partidos disputados contabilizando todas las competencias.
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