La Juventus salvó la temporada. O casi. Sin posibilidades de lograr un nuevo Scudetto y con temor a no lograr la clasificación para la próxima edición de la Champions League, el conjunto de Turín se impuso por 2 a 1 frente al Atalanta y se adjudicó la Copa Italia.
En un partido disputado en Reggio Emilia, al que asistieron 4.300 espectadores por primera vez en más de un año, la Vecchia Signora se quedó con el título doméstico gracias a los tantos del sueco Dejan Kulisevski (a los 31 minutos del primer tiempo) y de Federico Chiesa (a los 18 del complemento), mientras que el ucraniano Ruslan Malinovskyi había marcado el empate parcial antes de llegar al descanso (a los 41).
La Juventus aumentó su vitrina con un récord de títulos relacionados a las copas domésticas con 23 coronas, seguido por el Inter, Lazio y Milan (los tres con 12).
El triunfo puede endulzar un poco una temporada muy complicada para el equipo bianconero que a falta de una jornada para el final de la Serie A aún no tiene garantizada su plaza para la próxima Liga de Campeones.
También es un poco de oxígeno para su técnico, Andrea Pirlo, muy criticado durante toda la campaña por los malos resultados del equipo que se acostumbró a ganar (sumaba 9 Scudettos consecutivos hasta que el Nerazzurro terminó con la secuencia). Además, es el segundo título para el novato estratega, que se suma al de la Supercopa italiana lograda hace unos meses.
En cambio, el Atalanta vio cómo se esfumaba el sueño de volver a conquistar un título que logró en 1963 y que es el único trofeo que el club lombardo puede exhibir en sus vitrinas.
No obstante, el elenco de Gian Gasperini puede consolarse con su presencia en la próxima Champions, ya que, a diferencia de la Juventus, el Atalanta sí ha sellado ya su clasificación.
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