La pirueta de la Pulga y el festejo con Ousmane Dembelé
En un partido clave en sus aspiraciones por conseguir la Liga de España, Barcelona abrió el marcador en su visita al Levante con una genialidad de Lionel Messi, que convirtió un gol de tijera. A los 25 minutos del primer tiempo, la jugada nació con una serie de toques en el mediocampo y se abrió hacia la izquierda donde recibió Jordi Alba; el lateral mandó el centro, un defensor la desvió, Leo la vio venir, se acomodó en el área y le dio de primera para poner en ventaja al equipo culé.
Fue la conquista N° 29 del atacante rosarino en la Liga, en la que se encamina una vez más a consagrarse como el Pichichi. Le lleva ocho goles al Gerard Moreno (Villarreal) y Karim Benzema (Real Madrid). Además, Messi le convirtió 24 goles en 23 partidos al Levante. Pero también un error suyo propició el 2-2 del local. Y no pudo torcer el rumbo del 3-3 final, que aleja a los blaugranas de la chance de quedarse con el título liguero.
Messi disputó un primer tiempo muy activo. A los 27 minutos asistió a Alba que le pegó de primera en el área y su remate se fue desviado. Un minuto más tarde Leo probó desde afuera, pero le pegó mordido, y su remate cruzado salió desviado.
Luego, a los 35, tocó al vacío para Ousmane Dembelé que desbordó, mandó el centro y Pedri recibió solo y muy cómodo para convertir el segundo gol.
Messi participó del segundo gol blaugrana
Pero en el complemento Messi no tuvo mucha participación y de hecho el segundo gol del Levante llegó por un error suyo. El Barcelona intentó salir jugando, Leo recibió la pelota y cuando quiso tocar hacia atrás la dejó corta y fue aprovechada por los jugadores rivales, que tras esa recuperación y una pared concretaron su tanto desde la definición de José Luis Morales.
El error de Messi que facilitó el segundo gol del Levante.
En el tercer gol del Barça, Messi recibió en tres cuartos de cancha y quiso meter un pase filtrado para habilitar a Antoine Griezmann, pero se desvió en un defensor y en el rebote la pelota la tomó Dembelé, quien con un fuerte tiro de derecha definió.
No le alcanzó al Barcelona. Tampoco al capitán Messi, que protagonizó la gran jugada del cotejo y, al mismo tiempo, cometió un error impropio en su repertorio, que seguramente se reprochará si el epílogo del certamen español no favorece a su equipo. En su favor: al conjunto culé le llegan fácil y le convierten. Y eso no es, precisamente, culpa de la Pulga. El domingo, Leo tendrá revancha: se probará ante el Celta de Eduardo Coudet en el Camp Nou.
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