El 6 de diciembre de 2020 sucedió lo improbable: Cruz Azul llegó al partido de Vuelta de las Semifinales ante Pumas con una ventaja de 4-0 y prácticamente con los dos pies en el juego por el título.
“La remontada es imposible”, “Pumas está eliminado”, “Cruz Azul volverá a una Final para terminar con 23 años sin título”, reseñaban algunos analistas tras un encuentro de Ida en el que La Máquina se mostró como un equipo sin debilidades.
En aquellos juicios se pasó por alto un detalle: Cruz Azul es capaz de todo cuando de tragedias deportivas se trata, así que si en una ocasión perdió una Final a tres minutos de terminar y con dos goles de ventaja, cantar victoria por un 4-0 era una apuesta arriesgada.
La historia es conocida. Se presentó la madre de todas las ‘cruzazuleadas’ y el Club Universidad avanzó a la Final sobre unos azules que desde que recibieron el primer gol se derrumbaron futbolística, pero sobre todo psicológicamente.
Nuevo escándalo, nueva decepción y una nueva y desconocida directiva celeste salió a ofrecer disculpas al tiempo de exhibir y señalar como responsable de lo sucedido al entonces técnico Robert Dante Siboldi.
El uruguayo renunció y La Máquina puso en marcha una nueva búsqueda de entrenador para volver a intentar lo que desde hace más de dos décadas se le ha negado: ser campeón de Liga.
Matías Almeyda encabezaba la lista de candidatos, engrosada por Antonio Mohamed, Paco Jémez, Juan Francisco Palencia, Poncho Sosa y hasta Rafael Puente del Río.
Sin embargo, en unas horas tomó fuerza el nombre de Hugo Sánchez, quien desde su faceta de comentarista aceptó que lo habían contactado y todo parecía arreglado para que el ‘Penta’ hiciera maletas en Madrid y regresara a los banquillos, tras casi una década sin dirigir.
Vinieron dimes y diretes entre Hugo y Jaime Ordiales en su carácter de director deportivo, y por “diferencias”, al parecer económicas, se cayó el fichaje. Entonces, Cruz Azul recurrió no a su opción B, C o D...
Juan Reynoso era casi la opción Z y su contratación se cerró rápido ante la premura por el arranque casi inmediato del siguiente torneo.
Empezó el Guard1anes 2021 con dos derrotas y serias dudas de que el peruano, de buen trabajo en el Puebla, tendría los tamaños para comandar a un equipo golpeado, urgido, desconfiado y con la presión a tope.
A partir de la Jornada 3 La Máquina empezó a ganar sin jugar bien y cuidando sus ventajas ante el reconocimiento público de Reynoso de que no le interesaba lucir, si no sumar puntos.
Y el crecimiento en todos sentidos fue paulatino, porque mejoró el funcionamiento y los celestes igualaron un récord de 12 victorias consecutivas para apoderarse del liderato general y “jugar” un torneo aparte con el América.
Llegó la hora de la verdad. Resultará anecdótico el gran torneo regular si no se corona con el título, no hay otra opción. Sin embargo, como tantas otras veces éste parece ser el año celeste, pues el equipo tiene pocas debilidades a la vista y su plantel es sumamente sólido.
Es tiempo de que los Corona, Romo, ‘Cata’, Orbelín, ‘Cabecita’ y compañía ratifiquen que aprendieron de la debacle del pasado 6 de diciembre. Argumentos tienen de sobra, pero solo hay un lugar en donde deben exhibirlos hasta llegar a la Final y levantar el trofeo de Campeón.
Ya tocó fondo una y otra vez, ya la ‘cruzazuleó’ en todas sus formas posibles, este equipo está curado de espanto. Ahora sí, éste es el bueno... Al tiempo.
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