El legado de José Luis Clerc en el tenis argentino es una realidad. En 1980 llegó a ser el cuarto mejor tenista del mundo y al año siguiente alcanzó la primera final de Copa Davis para Argentina junto Guillermo Vilas. Además, acumuló un total de 25 títulos, lo que lo ubica como el segundo argentino más ganador de la historia del deporte y el octavo a nivel mundial en trofeos sobre arcilla, con 21.
En el programa ESPN Playroom liderado por Miguel Granados, Batata contó varias anécdotas de su carrera como profesional pero hubo una en especial, en la que relató cómo era competir en los años 70′ y 80′. “¿Me contás lo del palo de amasar? No entiendo el link entre un tenista exitoso y un palo de amasar”, preguntó el conductor, dando el pie para que cuente su vivencia.
José arrancó explicando la razón para llevar aquel raro objeto en cada una de sus giras: “El palo de amasar era porque yo tengo pie plano. Y en aquella época, tengo 62, a los 16 años imaginate que las plantillas que a mí me hacían eran de cuero con hierro. Entonces, las ponías en el calzado y era pesadísimo. Entonces yo no las usaba y en aquella época las zapatillas no eran como las de hoy”.
“16 ingenieros alemanes trabajando para fabricar una suela”, dijo el conductor a la hora de explicar cómo se hacen las zapatillas hoy en día. Y Batata remató: “Exacto. Acá era ‘tomá flaco, anda a jugar. Arreglátelas’. Entonces viajaba con el palo de amasar para hacerme masajes en los pies porque no teníamos masajista como tiene Federer o Del Potro”.
Para graficar cómo trabajaba en su época de jugador, Granados le pidió a Batata que muestre para qué utilizaba el utensilio de cocina. “Ah eras pobre, pobre”, tiró Miguel de manera sarcástica y cómica. La realidad es que tecnología por aquellos tiempos no era la misma a la que hay hoy en día y en aquel momento cada tenista se las rebuscaba para poder competir en el mejor estado físico posible.
Batata brilló a comienzos de la década del 80 y se destacó, sobre todo, en superficies lentas como el polvo de ladrillo. El ganador de 25 títulos del circuito ATP, y dos veces semifinalista en Roland Garros (1981 y 1982), jugó en cuatro ocasiones el Masters de fin de temporada. Y esas cuatro fueron en años consecutivos: participó del 80 al 83 y fue en 1982 cuando logró su mejor resultado al clasificarse a los cuartos de final de la competencia.
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