San Lorenzo sorprendió a River en el Monumental: le ganó por 2 a 1 por la Copa de la Liga Profesional y le inyectó suspenso a la clasificación a la fase de eliminación directa. El Millonario contó con un sinfín de situaciones de riesgo, pero se topó con la resistencia de un Sebastián Torrico en estado de gracia: sólo Federico Girotti logró vulnerar su valla. Nicolás Fernández y Jalil Elías anotaron para el vencedor, que de contragolpe supo lastimar a la Banda, más allá de verse superado en gran parte del cotejo.
El hecho de que el Ciclón desnudara debilidades en su elenco, sumado a algunos fallos arbitrales y la falta de contundencia en ofensiva generaron que Marcelo Gallardo mostrara su enojo en varios tramos del encuentro. Un duelo en el que comenzó amable con Diego Dabove, entrenador adversario, a quien saludó con gentileza y cruzaron una frase simpática: “¿Qué hacés, loco?”.
Pero ya cuando corrió el balón, el Muñeco adivinó que no se trataría de un partido sencillo para sus pupilos. A los 16 minutos, ante un error de Enzo Pérez, San Lorenzo se puso en ventaja a través de Uvita Fernández. Allí, el orientador alentó al mendocino para que no se fuera del juego por el peso de la falla en sus botines.
Algunos detalles lo fueron haciendo perder la paciencia, algo que pudo advertirse en la transmisión oficial. Por ejemplo, la lesión de Angileri, por un golpe en la espalda. Ahí tuvo que cambiar de planes y llamar de apuro a Jorge Carrascal.
Pero en el segundo tiempo, cuando las chances de convertir fueron pasando, su humor fue trocando. Hubo dos momentos en los que su enojo quedó en evidencia. Una, ante las cámaras de TV: tras una infracción de Girotti dentro del área, se acercó a uno de los jueces asistentes para protestar. De fondo se escuchó a Matías Biscay, su ayudante de campo, preguntando “¿si era al revés también la cobraban?”. El DT incluso llegó a tomarlo del hombro, pero no fue tomado como un gesto agresivo por la autoridad. Incluso, posteriormente a la discusión, intercambiaron sonrisas.
La otra explosión fue narrada por los encargados de la transmisión: tras una mala decisión en ataque, le dio un golpe al banco de suplentes. Se trató de la segunda derrota en condición de local para el Millonario en lo que va de la Copa de la Liga Profesional, lo que emparejó la pelea por la clasificación a la próxima fase en la zona 1, que lidera Colón, algo separado del resto de sus contendientes. Tal vez ese haya sido un elemento que potenció su disconformidad. De hecho, se marchó del estadio sin hablar.
Por suerte para él y para River, tendrá revancha rápida: el miércoles, desde las 21, la Banda recibirá a Junior de Barranquilla por la fase de grupos de la Copa Libertadores.
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