El cronómetro de Carlos del Cerro Grande marcaba los 62 minutos y la escena paralizó al planeta. La impactante patada que sufrió Lionel Messi hizo suponer lo peor. El temor a una dura lesión ocasionó una gran preocupación.
El árbitro no lo dudó: roja directa para Manu Trigueros. El hombre del Villarreal observó la cartulina colorada luego de impactar una violenta patada sobre el tobillo del astro rosarino. Para fortuna de los amantes del buen fútbol, la Pulga pudo continuar el compromiso y (en principio) se descartó la posibilidad de alguna lesión.
Para ese entonces, el encuentro ya estaba a favor del Barcelona, gracias a los dos goles de Antoinne Griezmann. La figura francesa fue el mejor del encuentro disputado en el Estadio de la Cerámica.
El doblete del delantero francés (min.27 y 35) despejó las dudas surgidas a la media hora con el tanto del nigeriano Samu Chukwueze. Con Sergiño Dest y Jordi Alba incidiendo por las bandas y buscando la espalda de los centrales con De Jong y Griezmann, los de Ronald Koeman encontraron la forma de hacer daño al Submarino Amarillo y seguir vivos en la lucha por el título.
Ahora, empatan con 71 puntos con el Real Madrid -que cuenta con un partido más- y se quedan a dos de un Atlético que visita este domingo el Nuevo San Mamés.
Con el tropiezo blanco ante el Betis (0-0), los azulgranas mostraron sus intenciones con dos llegadas con peligro en el tramo inicial, ambas en respuesta a dos acciones sin fortuna de Gerard Moreno.
Sin embargo, fue Chukwueze el que consiguió abrir el marcador antes de la media hora en una maravillosa jugada en la que Pau Torres sacó el balón jugador casi desde su área; el nigeriano recibió al espacio, se deshizo de Jordi Alba y dejó sentado a Ter Stegen para poner el 1-0 (min.27).
La reacción del Culé fue inmediata; dos minutos después del golpe, Mingueza filtró un gran pase para que Griezmann igualase la contienda picando la pelota ante la salida de Asenjo. Y unos minutos más tarde un error de Foyth completó el combo para que la estrella gala cierre el 2 a 1.
A pesar de la superioridad, la incertidumbre se mantuvo en La Cerámica. De Jong desperdició una magnífica ocasión de sentenciar en un mano a mano ante el arquero, pero su remate no tuvo el destino deseado. Solventes atrás, los culés consiguieron desbaratar todas las llegadas locales para defender los tres puntos y seguir en la pelea por el título.
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