* El gol del Jardinerito Cruz en la última jugada del partido
Juan Manuel controló de espaldas al arco, con la presión de dos defensores y del reloj. Giró y ni lo dudó: le pegó un poderoso disparo con la pierna derecha que se colgó del ángulo superior derecho del arco que protegía Lucas Chávez, que la única reacción que pudo tener fue la de arrodillarse y ver cómo la pelota ingresaba a su arco. Fue el empate 1-1 de Banfield ante Argentinos en el último minuto, pero también el broche de oro para una historia llena de particularidades.
Juan Manuel es para todos el Jardinerito Cruz, apodo que heredó de su padre Julio, emblemático jugador de la selección argentina con un pasado por River, Feyenoord, Bologna, Inter y Lazio. Él nació en Buenos Aires durante 1999, pero rápidamente se mudó con su madre a los Países Bajos donde su papá estaba empezando su carrera europea.
En el 2010, el Jardinero le puso punto final a su trayectoria como futbolista profesional y toda la familia retornó a Argentina. Juan Manuel hasta entonces había dado sus primeros pasos en el deporte en la escuelita de fútbol del Inter de Milán, pero al volver al país debió dejar de lado la pelota. “Cuando me volví para Argentina dejé de jugar porque mi vieja quería que le diera prioridad al estudio”, le contó a Infobae en el 2019.
Se formó en el St George’s College de Quilmes, uno de los institutos educativos de elite del país. Allí tuvo otra particularidad, ya que estaba un año adelantado: debió entrar en quinto año de primaria, pero lo ubicaron en sexto. Al terminar sus estudios en el 2017, decidió comenzar a estudiar para ser contador en la Universidad Católica Argentina cuando tomó la determinación que cambió su vida: se fue a probar a las inferiores de Banfield, el club que lo había visto surgir a su padre.
A meses de cumplir 18 años, se unió a la Quinta División y rápidamente se convirtió en uno de los jugadores que más interés despertó en las inferiores del país. “No sabía cómo era el ambiente del fútbol acá. Nunca había ido a un entrenamiento, nunca había estado en un club y la verdad es que me sorprendió para bien, me gustó bastante”, le relató a este medio el atacante que hoy tiene 21 años.
Lo que vino es la parte más conocida de la historia: debutó profesionalmente en abril de este año en un duelo ante Vélez que terminó con triunfo 3-2 para el Taladro. Con 16 presencias en el banco de suplentes –fue por primera vez al banco en enero del 2020–, logró saltar a la cancha en cuatro oportunidades y tuvo este estreno en la red con un verdadero misil al ángulo que salvó un punto para su equipo en el 1-1 ante el Bicho de La Paternal en el Estadio Diego Armando Maradona.
“Mi viejo siempre me aconseja cómo pararme dentro de la cancha, qué movimientos hacer. Yo trato de escucharlo porque sabe”, comentó en el pasado sobre el vínculo que mantiene con su padre, quien jugó durante una década en el fútbol europeo y fue parte del plantel argentino que disputó el Mundial 2006 en Alemania.
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