El mundo del fútbol sigue conmovido por la pérdida de Alfredo Graciani. El ex goleador de Boca falleció ayer tras sufrir un paro cardíaco mientras se encontraba jugando con uno de sus hijos en su domicilio. Tanto los clubes por los que pasó como decenas de ex colegas y compañeros de equipo expresaron su dolor por su muerte. Enrique Hrabina, de su círculo íntimo, brindó detalles de los últimos minutos en los que tuvo contacto con él.
“Imaginate lo que estamos viviendo, me llamó la señora desesperada porque se había descompuesto. Le dije que llamara a una ambulancia y me dijo que había llamado pero estaban tardando. Le dije que iba para allá antes de salir de casa, llamé a una ambulancia, hablé con el doctor para que se comunique con él y nunca me imaginé esta situación, que era un paro y en lo que desencadenó esto”, relató Quique, quien jugó con Graciani en Atlanta y Boca. Cuando llegó a su hogar, el cuadro era irreversible.
El Ruso confirmó que él había sido el que le envió el video de la hinchada de Boca que Alfredo había tuiteado un rato antes de descompensarse: “Me sonó el teléfono con el número de él y le digo ‘Hola, Alfredito’, pero era Mariana desesperada y llorando”.
Hrabina dialogó en el programa F90 de ESPN justo después de que se llevaran el cuerpo a la morgue judicial. En ese momento se encontraba con Hugo, uno de los hermanos Graciani, con el que también había jugado al fútbol (también lo había hecho con Néstor, que falleció hace 5 años). “Hace 40 y pico de años que éramos amigos con Alfredo”, se quebró el ex lateral izquierdo.
“Este tipo no tenía ninguna dificultad, él se trataba mucho, era muy obsesivo con las cosas médicas. Había tenido un problema en el riñón pero estba operado bien, se controlaba constantemente. No tenía problemas del corazón, era hipertenso y estaba medicado pero nunca pensamos una cosa así. Fue una muerte súbita, esas cosas que no se entienden para una persona joven, de 56 años. Un pibe sensacional, un amigazo de toda la vida”, añadió.
El testimonio de Hrabina fue estremecedor: “Se despertó y estaba jugando con Luca, su nene de 11 años. Empezó a respirar mal y llamó a la mamá, que estaba en otra habitación. Vino y ya le había agarrado algo. De ahí en más lo único que pudo hacer Mariana es llamar gente y pedir ayuda. Es una desgracia incomprensible”. El niño fue fruto de su segundo matrimonio, mientras que tiene otros dos mayores de un primero.
“Hablaba todos los días para apoyarlo porque sabía que tenía algún problemita en el laburo y trataba de darle ánimo, diciéndole si necesitaba algo, pero estaba bien controlado”, dijo antes de hablar de la Mutual de Boca que ayuda a ex jugadores del club que precisan ayuda por diversas circunstancias. “Estamos constantemente pendientes de los problemas que puedan tener algunos. Pero ninguna cosa nos hacía pensar que Alfredo iba a tener este desenlace siendo tan joven”, concluyó.
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