A la actuación del mexicano Sergio “Checo” Pérez en el Gran Premio de Emilia Romagna de la Fórmula 1 se le pueden poner muchos adjetivos, muchos de ellos sinónimos de decepción, pero aquí preferimos desmenuzar sus pecados en Imola, así como sus aciertos… porque los tuvo.
PASO A PASO
10 en la Qualy
En la calificación, “Checo” dio la nota alta del sábado. Pérez aún no siente que ha entendido el RB16B al 100 por ciento, pero metió una vuelta que casi lo puso en la Pole Position. Fueron 37 milésimas de diferencia con Lewis Hamilton. El mexicano confesó que no tomó una curva como hubiera querido, pero calificó por delante de Max Vestappen, quien había ganado a su coequipero en 30 Grandes Premios consecutivos.
Largada en equipo y luego, a ‘patinar’ en la pista
Con lluvia en la pista Enzo y Dino Ferrari y todos los monoplazas con llantas intermedias, se vislumbraban accidentes. En la arrancada funcionó el “sandwich” con pan de toro. Lewis fue atacado por Max Vestarppen por la izquierda y “Checo”, con mucha precaución para no restarle espacio a su coequipero, amenazó por la derecha. El resultado fue que el neerlandés se apoderó de la punta y ya no la soltó.
Sin embargo, en la misma primera vuelta empezó el viacrucis. “Checo” padeció con las intermedias, que parecían patines en hielo. Perdió la parte trasera del auto y éste se fue largo y a la grava, lo que abrió la puerta a Charles Leclerc, quien le arrebató el cuarto puesto al mexicano.
Pérez no era el único con problemas. Nicholas Latifi abandonó y Mick Schumacher “besó” el muro al tratar de calentar sus neumáticos.
Castigo y redención
El mexicano no tuvo el paso para seguir al Ferrari. Peor aún, en la vuelta 5 con Safety Car en la pista, volvió a perder control del auto. Por el radio dijo que la dirección del auto se “movía sola”. ¿Algún fantasma? Regresó al asfalto en el lugar que estaba antes del encadenamiento, pero eso le valió una penalización de 10 segundos en pits. No lo haría inmediatamente.
De ahí a la vuelta 31 se vio lo mejor de Pérez en el Gran Premio de Imola. Buen ritmo para sacar distancia a Daniel Ricciardo y el resto de la jauría para poder entrar a pits a pagar su castigo y así lo hizo. Una detención donde luego de la pena, cambió neumáticos y hasta revisaron el “fantasma” de la dirección.
Hamilton se despistó y casi inmediatamente, Valtteri Bottas tuvo un fortísimo choque con George Russell. De repente, eso cayó como un maná inesperado a favor de Red Bull con Verstappen de líder y Checo en cuarto.
El gran error
Se reanudó la carrera. Hamilton pudo volver, pero estaba noveno y se vino el titubeo. En una pista que aún no estaba totalmente seca, pero que ya no era para usar llantas de lluvia, con slicks, “Checo” puso una rueda mal y se dio el despiste que lo tiró al lugar 13.
Con ese error, uno que hace mucho Pérez no cometía en una carrera, más la remontada de Hamilton, lo que parecía un día redondo para Red Bull terminó en victoria de Max, pero con Hamilton aún como líder del campeonato.
Pero, ¿por qué ‘Checo’ no remontó?
En la parada en pits, el ingeniero de Pérez, Hugh Bird, resolvió poner más alto al auto, lo que significa que es una mayor carga aerodinámica para “pegar” el auto al piso. En otras palabras, más agarre en curvas para compensar lo resbaloso de la pista, pero menos velocidad en la recta (como un efecto paracaídas).
Así que, luego del error, “Checo” no tuvo velocidad tope para pasar (salvo a Vettel) en la pista donde es muy difícil rebasar (en 2020 sólo hubo tres rebases en toda la carrera). Terminó en un decepcionante duodécimo lugar.
Lo malo de la carrera errática de Pérez es que no capitalizó que Bottas no sumó ni pudo servir de tapón para Hamilton. Una oportunidad perdida para que Red Bull se colocara líder en el campeonato de constructores.
Lo peor: serán dos semanas de presión interna en un equipo que espera resultados. “Checo” hizo el trabajo para subirse al podio y terminó sin nada.
Lo bueno: es apenas la segunda de 23 carreras del campeonato. Pérez no es un piloto irregular, sabe correr bajo presión. La expectativa es que, como muchas veces en su carrera, consiga sorprender justo en el momento que muchos no lo esperan.