A falta de tres partidos para concluir su participación en la fase regular del Guardianes 2021, a las Chivas, pese a un mal semestre, todavía “se les mueve una patita” en su aspiración de calificar a la Liguilla haciendo escala en el repechaje.
Un equipo que de 42 ha sumado solo 16 puntos tras 14 juegos, no merece pelear siquiera por la bendita repesca. El sistema de competencia, bondadoso con los más necesitados, tiene al Guadalajara con la posibilidad real y matemática de “salvar” un torneo a todas luces raquítico y decepcionante.
En la victoria del pasado fin de semana ante Tijuana, vimos por fin a Vega y Macías como titulares en la delantera y también a Angulo como volante junto con Brizuela. Más allá de los tres puntos y las horas bajas en las que están los fronterizos, este 11 se soltó y por momentos mostró pinceladas de buen futbol.
Monterrey, Atlas y Tigres serán los escollos de Vucetich y compañía en un cierre que se antoja complejo tanto por los rivales en turno como por el estado de desgracia en el que se encuentran varios futbolistas rojiblancos.
Las falencias en defensa con Hiram Mier y Antonio Briseño, la necedad de alinear sí o sí a Jesús Molina en la contención y la relación amor-odio con el delantero José Juan Macías, a veces titular, a veces suplente, son aspectos que el entrenador no ha sabido, podido o querido solucionar de enero a la fecha.
El mejor ejemplo es en el mediocampo con Molina (33 años) en lugar de Fernando Beltrán (22 años). El primero recupera balones pero ralentiza la circulación del balón, el segundo sirve de enlace con los delanteros y distribuye con rapidez la pelota.
Como lo he mencionado en diferentes espacios, esta plantilla y este DT no son compatibles. La pregunta que Víctor debería hacerse es, ¿darles a los jugadores lo que quieren o lo que necesitan? Dos temas totalmente diferentes.
Lo que quieren puede no potenciar sus cualidades, lo que necesitan sí porque los vuelve más completos a la hora de tomar decisiones en el rectángulo verde. Para que esto funcione, el DT debe saber convencer a su pupilo y este a la vez comprometerse y hacer caso.
En el escenario de que consiga el repechaje y después despache al quinto, sexto, séptimo u octavo clasificado, creo que le haría un mal mayor al club que incluso quedando fuera de cualquier opción. Aquí es donde “El árbol que tapa el bosque” entra en acción. Ir a repesca y Liguilla podría maquillar el mal rendimiento de todos los niveles en el organigrama tapatío.
Para muestra un botón, lo ocurrido con Cristian Calderón el pasado semestre. No fue titular durante el certamen, pero en cuartos de final fue la figura contra América y se olvidó todo. Seis meses después, el chaval sigue estancado en la irregularidad y sin afianzarse, por X o Y, como titular en el equipo.
Tal vez, porque no se puede asegurar tajantemente, Guadalajara necesita que el golpe sea de nocaut para espabilar y trabajar realmente en un proyecto mejor confeccionado para la temporada 2021-2022 en Liga MX.
La repesca-liguilla le puede quitar tiempo valioso a Amaury Vergara y Ricardo Peláez para construir la nueva versión de Chivas, que evidentemente necesita cambios si quiere figurar en el corto-mediano plazo en los primeros planos de nuestro futbol.
SEGUIR LEYENDO: