Megan Rapinoe es más que una estrella de la selección femenina de fútbol de los Estados Unidos, que buscará repetir el título en la Copa del Mundo de Australia y Nueva Zelanda. La californiana, de 38 años, es una de las atacantes más talentosas y mediáticas y su objetivo es claro: poder retirarse con una nueva estrella y continuar con la lucha por la igualdad de género en el deporte.
Pinoe es un emblema para el deporte femenino. Además de consagrarse dos veces campeona del mundo con su selección (2015 y 2019) y ganar el Balón de Oro, aprovechó su gran trayectoria dentro del campo para impulsar su activismo social y político para llegar a las grandes masas.
Desde su juventud, la nacida en Redding fue una atleta muy activa, incluso se desempeñó en disciplinas como el atletismo y el básquetbol. También participó en eventos como el McDonald’s All-American Game (partido en el que se enfrentan los mejores jugadores de High School del año, tanto en la categoría masculina como la femenina). Sin embargo, el fútbol pudo más y le conquistó el corazón. Su primer torneo oficial en el deporte de once contra once, fue la liga de la Women’s Premier Soccer League en el club Elk Grove Pride, en 2002.
Rapinoe fue avanzando en la liga hasta que en 2004 le llegó la oportunidad de representar a su país en la Copa del Mundo Sub-19, en la que alcanzaría el tercer puesto con el USA Team. Esto le costó “perder” un año en su etapa como futbolista universitaria, por lo que su debut no se dio hasta 2005 con los Portland Pilots, de la Universidad de Portland, Oregon (en esta institución estuvo acompañada de su hermana melliza Rachel Rapinoe).
Su paso por esta categoría la posicionó como la segunda elección del draft de la Women’s Professional Soccer: las Chicago Red Stars la seleccionaron en el 2009 para la temporada inaugural. Después emigró a clubes como el Philadelphia Independence, MagicJack (equipo que duró solo una temporada luego de su desafiliación), Sydney F. C., Olympique de Lyon, y el OL Reign, su club actual.
El inicio de Megan con la selección de los Estados Unidos fue desde las categorías inferiores, específicamente la Sub-16. Su ascenso fue meteórico: debutó con la absoluta en 2006 en un encuentro amistoso contra China Tapei. Todo indicaba que ella sería quien lideraría a la selección en los siguientes Mundiales y los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
Las piedras que aparecieron en el camino de la talentosa futbolista fueron las lesiones. Desde los inicios de su carrera en la Universidad, Rapinoe sufrió de problemas en el ligamento cruzado anterior, que fue sobrellevando hasta que volvieron a recrudecer y complicaron su futuro. Megan no pudo participar del Mundial 2007 y los Juegos de 2008, ambos celebrados en China. Pese a su ausencia, Estados Unidos se hizo del tercer lugar en la Copa del Mundo y con la medalla dorada olímpica.
Ya con su recuperación se posicionó como candidata para ser de las figuras en el nuevo Mundial de 2011 y en Londres 2012. En el primero tuvo grandes actuaciones, sin embargo no alcanzó para ser campeona, pero al menos se colgó la de oro en los Juegos Olímpicos.
Los éxitos en Mundiales finalmente llegaron de a par: en Canadá 2015 y Francia 2019. Su desempeño en este último fue trascendental para que en ese año también fuera reconocida como la mejor jugadora del mundo por la FIFA, además de también recibir el Balón de Oro otorgado por la revista France Football.
Otra de las grandes batallas de Megan Rapinoe fue acabar con la desigualdad salarial entre las selecciones masculina y femenina de Estados Unidos, para lo que no dudó en llevar junto a sus compañeras a su propia federación a los tribunales. Esta disputa legal se prolongó hasta mayo de 2022, cuando llegaron a un acuerdo pionero con la federación para equiparar los sueldos de los dos combinados.
Además, la delantera fue la primera figura deportiva blanca en apoyar abiertamente al jugador de fútbol americano, Colin Kaepernick, quien denunció racismo y abuso policial contra personas afroamericanas. Esto le generó fuertes chispazos con el ex presidente, Donald Trump.
En 2020 también brindó un fuerte apoyo al movimiento Black Lives Matter durante la ola de protestas por la muerte del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía en 2020.
Como activista feminista y defensora de los derechos de la comunidad LGBT+, la co-capitana de Estados Unidos llamó la atención en 2019 al negarse a ser recibida con su selección por Trump en la Casa Blanca por el triunfo mundialista.
La líder del Team USA (199 partidos, 63 goles) cuenta siempre con el apoyo de su prometida Sue Bird, exestrella del básquet femenino. Ahora, en Nueva Zelanda y Australia, Megan buscará agigantar su leyenda.
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