El ex número 1 del ranking ATP Boris Becker pasa sus días en una cárcel de Inglaterra después de haber sido sentenciado en abril de este año a estar confinado dos años y medio por transferir de manera ilícita grandes sumas de dinero y ocultar activos para declararse en bancarrota. El ex tenista deberá cumplir al menos la mitad de su condena tras las rejas para luego pedir la libertad condicional e incluso podría solicitar un traslado hacia una prisión de su país bajo el Programa de Expulsión Anticipada del Gobierno. Mientras tanto, ha encontrado una nueva vida.
Después de unos primeros meses difíciles, el ex deportista de 54 años parece haber encontrado un rol en el que se siente cómodo. Según informó el sitio The Sun, Becker “es uno de los dos instructores que enseñan antigua filosofía griega, que alienta a los seguidores a vivir virtuosamente para ayudar a soportar las desgracias de la vida”.
Incluso, una fuente cercana le aseguró al portal británico que el ex tenista está cómodo con esta función: “Boris ha pasado del mega-estrellato a un recluso en bancarrota en el espacio de unos pocos años. Es una notable caída en desgracia y se ha visto obligado a examinar casi todo sobre sí mismo. Es la persona perfecta para impartir este curso”.
En julio de este año, el ganador de 49 títulos en el circuito de la ATP: había estado en el centro del conflicto en la prisión de Wandsworth, motivo por el cual terminó siendo trasladado de la categoría B a la categoría C de la cárcel de Huntercombe, la cual cuenta con “más oportunidades de salir de sus celdas para trabajar, educarse...”, relató en mayo el ex recluso Chris Atkins a The Sun.
En aquel momento, el ganador de seis Grand Slam, que anteriormente le estaba dando clases de inglés a algunos de sus nuevos compañeros, había pasado a ocuparse de la enseñanza de ciencias del deporte, un trabajo considerado fácil y cómodo y que habría conseguido por ser quién es. Pero, ahora se encarga de la filosofía antigua griega.
Las primeras semanas de Becker en prisión fueron muy distintas a las que vive hoy en día. Durante sus primeros días, su queja principal estaba vinculada al encierro y al poco espacio con el que contaba en la celda, por lo que había pedido que le dejaran la puerta abierta, una petición que molestó de sobremanera a algunos guardias.
El ex tenista deberá cumplir al menos la mitad de su condena en prisión, luego podría pedir libertad condicional. Declarado en bancarrota en 2017, el ex tenista fue condenado por cargos que incluyen sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda. Durante el proceso, la fiscalía afirmó que el alemán cobró 1,13 millones de euros (USD 1,22 millones) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su “hucha” personal con la que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.
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