Qatar orquestó una operación de inteligencia a gran escala y de larga duración contra funcionarios de la FIFA en la que gastó cientos de millones de dólares en operaciones de hackeo para garantizar la organización del Mundial 2022.
Según reveló una investigación de los medios suizos SRF y Swiss Info, y de la agencia de noticias AP, el Estado de Qatar ordenó el “Proyecto sin piedad” para lograr la candidatura al Mundial tras las críticas masivas que suscitó la concesión del torneo por parte de la FIFA al polémico país en 2010.
El plan fue enorme: el presupuesto ascendió a 387 millones de dólares. Y las actividades abarcaron cinco continentes. De hecho, las más altas esferas del gobierno qatarí estaban implicadas en las actividades de espionaje, incluido el actual jefe de Estado, el Emir de Qatar.
Los documentos muestran que el proyecto quería asegurarse que nada que pudiera poner en peligro la celebración de la Copa del Mundo de 2022 en Qatar. Y para lograrlo, contrató a la empresa privada estadounidense Global Risk Advisors (GRA) de Kevin Chalker.
El objetivo de Chalker, según AP, era mejorar la imagen de Qatar, a la vez que socavar a los críticos que han acusado a la monarquía del Golfo Pérsico de financiar a los terroristas y de cometer otras infracciones.
La agencia AP y ESPN revelaron, además, que el FBI investiga las actividades de Global Risk Advisors .
Los espías vulneraron cuentas de correo electrónico, computadoras, teléfonos, investigaron a amigos e incluso familiares de dirigentes y asesores de la FIFA.
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“Proyecto sin piedad”
El primer golpe se dio el 5 de enero de 2012, cuando un antiguo asesor del presidente de la FIFA, Joseph “Sepp” Blatter comenzó a recibir extraños correos electrónicos. El objetivo era que abriera los archivos adjuntos para instalar secretamente en su computadora un software.
La víctima era Peter Hargitay, un influyente asesor dentro de la FIFA. Estuvo cerca del entonces opresidente Sepp Blatter. Más tarde, fue asesor de la Federación Australiana de Fútbol y de su presidente Frank Lowy, un multimillonario. Hargitay trabajó para ayudar a Australia a organizar la Copa del Mundo de 2022, objetivo que finalmente no logró.
La computadora de Hargitay fue el principal tesoro de los espías.
Las pruebas apuntaron rápidamente a la infraestructura de una empresa informática con sede en la India, Appin Security.
La compañía en ese entonces estaba controlada por un empresario indio. Un abogado del empresario le dijo a SRF: “Mi cliente es un exitoso empresario internacional con una buena reputación. Nunca ha sido interrogado por la policía en ningún país. Niega expresamente cualquier conexión con cualquier actividad ilegal”.
Sin embargo, los ataques que llevaban la huella de Appin empezaron a llamar la atención en todo el mundo. Aparentemente, revela SRF, no seguían ningún patrón, como si la empresa india atacara al azar.
Según la investigación, un modelo de negocio relativamente nuevo está detrás del método: una empresa ataca objetivos a cambio de una cuota y proporciona la información a un cliente. Es lo que se denomina “hacking de alquiler”... El ataque a Peter Hargitay, miembro de la FIFA, fue un trabajo por encargo.
La huella de Qatar
Los documentos muestran que Hargitay era el objetivo de una red secreta de espionaje que trabajaba para el gobierno de Qatar. Un documento de planificación altamente confidencial de Global Risk Advisors revela lo que presumiblemente ocurrió en el caso del hackeo. Y muestra que los ciudadanos suizos fueron atacados en nombre del gobierno qatarí.
Los documentos revelan un plan para una campaña mundial de desprestigio, una cínica manipulación de la base de poder de la FIFA. La idea presentada en el documento era recopilar información incriminatoria sobre los miembros de la FIFA Hargitay y Lowy y filtrarla.
El verdadero objetivo era Lowy, no Hargitay, como muestran los documentos. Lowy había estado trabajando estrechamente con Hargitay para la candidatura australiana al Mundial. La razón de los esfuerzos de los espías contra Lowy parece obvia: el australiano era un acérrimo opositor a la celebración del Mundial en Qatar.
El plan de Global Risk Advisors, en inglés:
El documento de planificación estipula de 9 meses para “neutralizar el papel y la influencia de Frank Lowy”. También menciona que Lowy era un objetivo difícil. Su riqueza y su red le daban acceso a medios considerables en el ámbito de la contrainteligencia. Este riesgo para los funcionarios de Global Risk Advisors, en caso de que algo saliera mal, se consideraba alto.
Según los documentos, Qatar aprobó el proyecto y un mes después la computadora de Hargitay fue hackeada. El hecho de que el ataque haya sido realizado por otra empresa no es inusual, Global Risk Advisors recurre con frecuencia a los servicios de subcontratistas para llevar a cabo las operaciones.
Mucha más de un objetivo
El plan para comprometer a Lowy y Hargitay, sin embargo, representa la punta de un enorme iceberg, revela la investigación.
Según los documentos obtenidos por SRF, Qatar invirtió 10 millones de dólares en el espionaje y la influencia el funcionario del fútbol alemán Theo Zwanziger.
Zwanziger fue presidente de la Federación Alemana de Fútbol hasta 2012. Y como miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA hasta 2015 fue una voz crítica contra Qatar. fue él quien calificó a Qatar de “cáncer del fútbol mundial”.
Rápidamente se volvió un objetivo del plan. Según los documentos, se creó una red en torno a Zwanziger, formada por personas que debían influir en él en beneficio de Qatar.
También estaba en su punto de mira la familia de Zwanziger. Al parecer, los atacantes de Global Risk Advisors establecieron relaciones con personas cercanas a Zwanziger. Crearon una red de “activos, fuentes y contactos” que estaban activos en los cinco continentes, trabajando para influir en el dirigente alemán.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) era otro escollo. Durante años, la federación, que cuenta con 200 millones de miembros, denunció los abusos contra los trabajadores del Mundial Qatar.
El sindicato fue víctima de un ciberataque a finales de 2015 y el ataque tenía las huellas de Global Risk Advisors. SRF obtuvo un documento en el que Global Risk Advisors identifica al sindicato como un problema tan grave para Qatar como la FIFA.
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Según los documentos revisados por SRF, el entonces heredero del trono y actual emir Tamim bin Hamad Al-Thani ordenó personalmente la obtención de registros telefónicos y de mensajes de texto de varios miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA antes de la adjudicación del Mundial.
Y según la agencia de noticias Associated Press, el FBI lleva varios meses investigando a Chalker. Además de las posibles violaciones de la ley en el ámbito de los grupos de presión y la exportación de tecnología sensible, los investigadores se están centrando en las actividades de vigilancia de Chalker en nombre de Qatar.
Suiza, el escenario de las operaciones
La investigación de la SRF muestra que Suiza fue clave en la operación de inteligencia qatarí. Según la investigación, Chalker viajó a Zúrich con el fin de poner micrófonos en las habitaciones de hotel de los miembros del Comité Ejecutivo y de los periodistas.
Uno de los documentos incluye fotos que fueron tomadas como parte de una operación de vigilancia en el lujoso hotel Baur au Lac de Zúrich. Y muestran a personas relacionadas con la FIFA reunidas con funcionarios y periodistas.
La investigación de SRF también descubrió que una persona clave para el próximo Mundial, Hassan Al Thawadi, supervisaba la operación de espionaje en nombre de Qatar. Al Thawadi fue el director general de la candidatura ganadora del Mundial y es el actual secretario general del Comité Supremo, organismo que organiza la Copa del Mundo en Qatar.
SRF afirma que la fiscalía de Zúrich conocía desde el principio la supuesta actividad de la red de espionaje y que estaban al tanto del hackeo a Peter Hargitay desde 2012.
Sin embargo cerró el caso ocho años después por “falta de vías de investigación adecuadas”.
Faltan menos de tres semanas para que comience el Mundial, una fiesta del fútbol que ahora quedó en la mira por espionaje y manipulación.
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