El detrás de escena del inesperado retiro de Gerard Piqué: los cortocircuitos con Xavi Hernández y el “puñal” del público del Barcelona

El defensor le puso fin a su carrera a los 35 años. Más allá del impacto mediático que generó su escandalosa separación de Shakira, los roces y las diferencias en el Camp Nou se habían transformado en moneda corriente

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Piqué y Xavi Hernández debaten en pleno campo de juego. La relación se había desgastado (EFE/Quique García)
Piqué y Xavi Hernández debaten en pleno campo de juego. La relación se había desgastado (EFE/Quique García)

“Yo me quedo a pelearla y todos esos fichajes que trajeron van a quedar atrás porque el puesto de titular me lo voy a quedar yo, que soy mucho mejor que ellos. Y lo sabes bien”, le dijo, seguro de sí mismo, pero enojado al mismo tiempo, Gerard Piqué a un sereno Xavi Hernández en una reunión a solas, este verano pasado de Europa, cuando el ahora director técnico y ex compañero suyo en días de gloria en el Fútbol Club Barcelona le transmitió que no lo tenía en sus planes y le sugirió que se buscara club.

Como lo dijo en el video del anuncio de su retiro del próximo sábado en el Camp Nou ante el Almería por la Liga Española, Piqué repitió dos conceptos que mantuvo desde hace años: que no jugaría en ningún otro equipo que no fuera el Fútbol Club Barcelona (ni siquiera en el Andorra, del que controla el 90 por ciento de las acciones y que acaba de ascender a Segunda, una categoría por delante del Barcelona B), por falta de motivación, y que regresará al club catalán, seguramente con la intención de ser presidente en el futuro.

Esta idea que viene de lejos en Piqué y su excesivo protagonismo nunca gustaron al entrenador, Xavi Hernández, de quien la junta directiva del Barcelona, cansada con la exposición del defensor, dudaba sobre si sería capaz, especialmente desde esta temporada y con los nuevos refuerzos, de cargarse a sus ex compañeros Sergio Busquets y Jordi Alba, dado que los directivos consideran que ya han cumplido un ciclo y no sólo eso, sino que cobran demasiado dinero, mucho más de lo que se paga en el mercado del fútbol español.

La dirigencia del Barcelona cree que Piqué, Busquets (que tiene un pie y medio fuera del club cuando acabe esta temporada para emigrar a la MLS) y Alba no quieren salir de la zona de confort y ya amagó con ir a la Justicia, luego de hablar con sus agentes para tratar de convencerlos en vano de que aquellos aumentos que les dieron durante el mandato anterior de Josep María Bartomeu debían ser considerados inválidos y regresar a una cifra “razonable”, misma situación que con el holandés Frenkie De Jong, que resistió y no quiso irse al Manchester United.

No resulta nada casual, entonces, que al comenzar esta temporada lo cuatro (Piqué, Busquets, Alba y De Jong) hayan sido relevados y hayan ido perdiendo lugar en la titularidad del primer equipo, aunque el enfrentamiento con Piqué fue mucho mayor.

La situación hizo eclosión en septiembre pasado, cuando los tres ex compañeros de Xavi fueron todos al banco de suplentes en la victoria de 3-0 ante el Elche, y ninguno de ellos ingresó durante los noventa minutos. Días antes se había filtrado una nueva discusión, a los gritos, entre el DT y Piqué, la enésima en la temporada (aunque siempre maquillada por elogios mutuos ante cámaras y micrófonos). “No juego ni a la petanca” (muy parecido a las bochas), se quejó el defensor, algo que molestó al DT: “Pues menos que vas a jugar”, le respondió.

Xavi había sido claro, no sólo con él sino con la prensa, desde el inicio de la actual temporada. “Ya hablé con él antes de las vacaciones. Es un futbolista que nos puede ayudar desde otro rol”, dijo entonces a los medios. Estaba bien claro: no contaba con él, aunque no quiso ser drástico y además, como su contrato (firmado en 2020) recién terminaba en 2024 –aunque con una cláusula que decía que si no jugaba el 35 por ciento de los partidos, podía irse-, no se lo podía echar, y dejarlo libre era desprolijo para un jugador que dio tanto al club y que implicaba pagarle todo lo que se le debía cuando había aceptado posponer parte del total para los años siguientes para aliviar en parte la situación del club.

A su vez, los dirigentes trataban de apuntarle a Xavi algunas declaraciones que había hecho Pique en 2021, cuando ya comenzaba el declive, y que ahora parecía olvidar: “Hemos tocado fondo con el Barça. Si me tengo que ir para que venga sangre nueva, me voy” o “Me retiraré en el Barça, pero nunca siendo suplente”.

En este punto, la dirigencia del Barcelona le echaba el pulso a Piqué una vez que Xavi lo fue relegando de la titularidad: “A ver si se anima a hacer lo que prometió. Es el momento de comprobarlo”, pero de fondo, nadie esperaba que, efectivamente, lo cumpliera, especialmente porque el jugador les daba a entender a los dirigentes que estaba con ánimo de seguir. En total, hasta ahora, el defensor sólo jugó 554 minutos en nueve partidos.

En cuanto a su idea de ser presidente del Barcelona en el futuro, no parece tampoco casual la frase “Tardeo temprano volveré”. Piqué ya se refirió más de una vez en el pasado a esta posibilidad: “Soy muy culé y me gustaría ayudar al club de mis amores”, dijo en alguna oportunidad, pero agregó que “eso se hace estando muy preparado para ejercer este cargo si creo que puedo aportar cosas. Es algo que siempre he querido”. Pero otras veces sembró dudas con sus declaraciones: “Hay días que sí me veo presidente del Barça, y otros que no. Hay que tener un amor muy grande hacia el club. Es un gran sacrificio. Hay que hacer un aval por 150 millones de euros. Pero no tiene sentido ser presidente si no amas al club” y especuló con que “haría un club más moderno. Yo cambiaría muchas cosas del equipo. Mandaría a todo el entorno a tomar por culo, que son tóxicos. Y el que se sienta señalado como entorno, a tomar por culo”.

Estas frases ya no gustaban en la junta directiva, que sabía que para muchos, Piqué era considerado presidente en la sombra al conseguir el acuerdo de patrocinio con la marca japonesa “Rakuten” o con la organización de la Supercopa de España en Arabia Saudita, o al aparecer quejándose de los arbitrajes contra el Barcelona ante el presidente de la Federación Española, Luis Rubiales.

Gerard Piqué Bernabeu (nacido en Barcelona el 2 de febrero de 1987) no es un jugador más. Nunca lo fue. Nacido en “cuna de oro”, es hijo del abogado e intelectual Joan Piqué y de Montserrat Bernabeu, jefa de unidad de Daño Cerebral del hospital Instituto Guttmann de Barcelona, y nieto de Amador Bernabeu, ex vicepresidente del Barcelona y delegado ante la Real Federación Española de Fútbol.

Con una formación superior a la media de los jugadores de fútbol, se educó en el “Ashton on Mersey School” y en el tradicional colegio Lasalle del barrio de la Bonanova, y no fue de extrañar que por sus relaciones y conocimientos acabara siendo un exitoso empresario que abarca varios rubros, desde el gastronómico hasta los e-sports (desde 2021 es copropietario, junto al influencer Ibaí Llanos, del equipo “KOI”), aunque la marca más conocida es “Kosmos”, dedicada a la organización de eventos deportivos como la Copa Davis, en un nuevo formato ideado por su estructura, o la polémica Supercopa de España en Arabia Saudita, que apareció en medio del escándalo por la difusión de diálogos privados que el jugador mantuvo con el presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, acerca del cobro de comisiones.

Precisamente en “Kosmos” conoció a quien hoy es su novia, Clara Chía Martí, que era empleada en la empresa y que dio lugar a la anunciada separación de la cantante Shakira en junio pasado luego de doce años de relación (se conocieron en pleno Mundial de Sudáfrica 2010, que Piqué ganó con la selección española) y que tuvo como fruto dos hijos, Milan y Shasha.

La alta exposición con sus actividades de traje y maletín, lejos de los pantalones cortos para jugar en una cancha, le fueron generando problemas. Las críticas acerca de su desenfoque de su condición de deportista fueron en aumento, y es el tema que le introdujo su ex compañero Xavi cuando le comunicó en el verano pasado que no lo tendría en cuenta y que tendría a varios marcadores centrales por delante, aunque Piqué decidió mantener un perfil bajo, entrenarse como hacía años que no lo hacía, casi no aparecer en los medios de comunicación, y parecía volver a ganar terreno gracias a la enorme cantidad de lesionados que fue sufriendo el equipo (Ronald Araujo, Koundé, Andreas Christensen).

Sin embargo, si bien mantuvo siempre sus grandes condiciones técnicas que lo llevaron a ganar treinta títulos con la camiseta azulgrana, así como un Mundial y una Eurocopa con España, se mostró lento para los pelotazos largos y para la coordinación con sus compañeros de zaga y junto con Sergio Busquets y Jordi Alba, los tres sobrevivientes de las etapas de gloria de los tiempos de Josep Guardiola, fueron culpados de los malos resultados del equipo y de la falta de títulos en los últimos años, y en su caso, de los tironeos con los dirigentes para que aceptara nuevas rebajas salariales para que cuadraran los números en el Fair Play económico de la Liga y poder contratar más jugadores para el plantel.

Piqué, el quinto jugador con más partidos en la historia del Barcelona (615 y 52 goles) por detrás de Lionel Messi (778), Xavi Hernández (767), Sergio Busquets (689) y Andrés Iniesta (674), y disputó tres Mundiales (2010, 2014 y 2018), dos Copas Confederaciones (2009 y 2013) y dos Eurocopas (2012 y 2016), comenzó a ser silbado lentamente por parte del público en los partidos del Camp Nou, aunque el ruido se hizo más fuerte cuando en el decisivo partido de Champions ante el Inter no hizo pie ante el argentino Lautaro Martínez, con un empate 3-3 que terminó costando otra eliminación de los catalanes del mayor torneo continental. Ya sin chances, ingresó ante el Bayern Múnich en la derrota 0-3 y allí la silbatina fue estruendosa, sólo tapada por la “Grada de Animación” detrás de uno de los arcos, que intentó cantar en su respaldo “Piqué/Piqué/Piqué/Pickenbauer”.

Al término del partido con el Inter, el fastidio de Xavi con Piqué era evidente y pocas veces fue tan rotundo ante los micrófonos: “Hemos cometido muchos errores. El primer gol es un error clarísimo en la línea defensiva, y el segundo, también. Hemos merecido más, pero es la Champions y se trata de defender bien también, no sólo de atacar”.

Piqué, tal como cuenta en el video, siempre estuvo identificado con el Barcelona. “De pequeño no quería ser futbolista sino jugador del Barça”. Confiesa en un emotivo momento, con imágenes de cuando era pequeño y vestía la camiseta azulgrana, algo que también manifestó en su único libro, publicado en 2010, “Un viaje de ida y vuelta”: “Es increíble cuando me paro a pensar y me acuerdo de que cuando tenía diez u once años esperaba en el palco del Camp Nou la salida de los jugadores después del partido. Eran mis ídolos. Salían Luis Figo, Luis Enrique, Pep, etcétera, y tenía la sensación de que eran intocables. Los veía pasar y no me atrevía a decirles nada…”.

Llegó al Barcelona en 1997, a los diez años, a la categoría Alevín B y más tarde integró un recordado equipo de la cantera, “La Máquina del 87″ junto con Lionel Messi, Cesc Fábregas, Marc Valiente, Marc Pedraza y Víctor Vázquez, que arrasaron a sus rivales, pero su primer contrato profesional lo firmó en 2005 en el Manchester United, donde fue dirigido por sir Alex Ferguson y tuvo de compañero a Cristiano Ronaldo. En 2006 fue prestado por una temporada al Zaragoza, donde formó zaga con Gabriel Milito y consiguieron la sexta posición en la Liga y la clasificación a la Copa de la UEFA (hoy Europa League) y en 2007 volvió al Manchester United, ya con continuidad, y ganó la Premier League. Ya en 2008 fue rescatado por Josep Guardiola para su exitoso regreso al Barcelona, donde reemplazó a quien considera su “maestro”, el mexicano Rafa Márquez (hoy entrenador del Barcelona B).

La decisión de Piqué sorprendió a los dirigentes del Barcelona, que no sabían de este paso inmediato, pero no al vestuario, que conocía la información desde días atrás. No fue casualidad que elaborara un video para dar a conocer la noticia, tal como ya hizo con algunos ex compañeros en circunstancias parecidas, como en “La Decisión”, cuando el francés Antoine Griezmann, justo antes del Mundial de Rusia 2018, debía comunicar si seguía en el Atlético Madrid o se iba al Barcelona, y en ese momento prefirió lo primero, pese a contar con la bienvenida de los entonces capitanes azulgranas, Messi y el propio Piqué.

Un año antes, el defensor-empresario armó otro video cuando el mundo del fútbol esperaba saber si Neymar se quedaba en el Barcelona o se iba al PSG. “Se queda”, grabó entonces Piqué, pero el correr de los días demostró lo contrario. Su amigo David Broncano, reconocido conductor del show televisivo “La Resistencia”, al que Piqué concurre con asiduidad, utilizó las redes sociales, al enterarse del retiro del defensor para decir “No se queda” y “te vamos a extrañar”.

El canal de Twitter de la Champions se despidió del jugador con un video de sus mejores momentos como jugador y con el mensaje: “Gerard Piqué, leyenda de la Champions League” y el ex mundialista y madridista Fernando Hierro afirmó que él y Sergio Ramos “han sido los dos mejores centrales del mundo”. El Fútbol Club Barcelona publicó su foto y un breve texto que dice “Toda una vida dedicada al Barca. Gracias, Piqué”, y la cuenta de la Copa del Mundo de la FIFA hizo lo propio con otra imagen en la que aparece el defensor besando la Copa del Mundo de 2010.

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