Leandro Paredes se convirtió en uno de los baluartes de la selección argentina. De la mano del entrenador Lionel Scaloni, el volante surgido de las inferiores de Boca Juniors se hizo el dueño de la mitad de la cancha. Al mismo tiempo, forjó una linda amistad con Lionel Messi, Rodrigo De Paul, Ángel Di María y Papu Gómez, conformando un grupo unido dentro de un plantel que se fortaleció de cara al Mundial de Qatar 2022 tras la histórica consagración en la final de la Copa América en el mítico Maracaná.
Pero no todo es el fútbol en la vida del volante que hace pocas semanas llegó a Juventus luego de varios años en el PSG. La familia es un aspecto sumamente importante para el futbolista de 28 años. Y vaya si lo es que comenzó a forjar su historia de amor con la que hoy es su esposa hace más de 15 años, cuando todavía ambos eran adolescentes.
Camila Galante (30) es la esposa de Paredes desde finales de diciembre de 2017. Ese fue el momento en el que decidieron ponerle una firma a su historia de amor. Pero el corazón marca otra fecha en el calendario. La historia entre ambos se puso en marcha con un factor común y tiene que ver con el fútbol.
Es que el ex futbolista del Zenit conoció a su actual pareja porque el destino así lo quiso. La hoy empresaria de una marca de cosméticos y belleza es la hermana de un ex compañero de inferiores de Paredes en el Xeneize. “Me enamoré desde el momento en que la vi. Era muy chico y yo le decía a mi mamá que era mi novia y aún no lo era, pero yo decía que me iba a casar con ella”, contó Paredes en la presentación como jugador del conjunto parisino en un video del club.
Tanto era el amor de Paredes a Galante cuando todavía eran muy jóvenes, que Leandro tomó una drástica decisión. Sin importar lo que dijera nadie de su familia, incluidos sus amigos, el por entonces mediocampista de Boca se hizo un tatuaje antes de comenzar a salir con su hoy esposa. “Me hice un tatuaje de mi esposa antes de ponerme de novio. Me hice el tatuaje, después me puse de novio y después me casé”, confesó hace un tiempo. “A mi hermana, la del medio, Jimena, le gustaban los tatuajes. Me quería hacer uno en la espalda. Ella firmó para que me lo hagan y me hice el que quería, y ella me dijo ‘no te vas a hacer el de Cami’. Y me puse el nombre. Ella cuando lo vio se puso a llorar. El padre era celoso, mal”, detalló en una nota con el humorista Grego Rosello.
Y así fue. Se pusieron de novios cuando ella tenía 16 años y él, 14. Ramiro Galante, hermano de Camila y amigo de Leandro, descubrió la historia de amor en unas vacaciones en San Bernardo: “Nos vio que nos estábamos dando un beso. Y viene, y en vez de decirme algo a mí y le dice a ella ‘si lo haces sufrir a mi amigo, no me hablés más’. Y se fue”.
Antes que la pareja se decidiera a dar el paso del matrimonio, la excursión de ambos como pareja formal se impulsó hace ocho años. En 2014, y luego de jugar un puñado de partidos en Argentina -fueron 31, con cinco goles-, Leandro fue transferido a la Roma. El gigante italiano puso sus ojos en el enganche que luego se corrió a la posición de volante central gracias a su gran pegada y su capacidad para generar juego y asociaciones.
No se fueron solos porque dos meses antes de que se confirmara la transferencia a Europa nació Victoria, su primera hija, que hoy tiene 8 años. De ahí comenzó un periplo que los llevó a vivir en Verona para jugar una temporada en el Chievo. Tras su regreso a la capital de Italia por dos años, y luego de otro préstamo para jugar en Empoli, el poderoso fútbol ruso lo llevó a su tierra. El Zenit lo compró en unos 23 millones de euros y la familia se fue a las temperaturas más frías. Allí fueron bendecidos con la llegada de Giovanni, el último eslabón de una familia que disfruta de pasar el tiempo cuando Leandro tiene unos días libres o cuando deciden regresar a su país natal y se van a Luján, donde tienen una hermosa chacra.
“Son lo mejor de mi vida, me alegran cada segundo. Cuando estoy triste, ellos me cambian el día en un segundo”, dijo Paredes sobre sus hijos. El jugador reconoce que su pequeña hija ya reconoce la fama que tiene su papá. Lo mismo ocurre con su hijo, que empezó a jugar en las infantiles del PSG, aunque reconoció que no le gusta mucho el fútbol por ahora.
“Trato de que salgan lo más educados posibles, que tengan el respeto”, expresó Paredes, que nació y se crio en San Justo y sabe el esfuerzo que hizo su familia para acompañarlo en sus primeros pasos en el deporte.
Si uno revisa sus redes sociales, puede ver postales de todo tipo. Muchos de sus trabajos, pero para Leandro y Camila, lo más importante es su familia. Y así lo demuestran. Un claro signo es el mensaje que Galante le regaló a su esposo hace un tiempo. “Todo es más simple si estas vos abrazándome. Te amo con todo mi corazón mi vida Siempre juntos”, escribió. Y agregó en relación al valor de estar juntos los cuatro. “¡No tengo palabras para describir lo increíble que sos mi amor! Gracias por todo el amor que le das a nuestros hijitos y por enseñarles a ser mejores personas cada día. Se derriten de amor por vos. ¡Sin dudas elegí al mejor! Te amamos con el alma entera”.
Después de pasar cuatro años en París, los cambios en el plantel del equipo sumados a la llegada del nuevo entrenador Christopher Galtier impulsaron su salida del conjunto parisino. ¿Dónde se mudó? A un lugar conocido, pero diferente ciudad. Regresó al Calcio, pero esta vez para ponerse la número 5 de la Juventus, uno de los grandes de Italia. Pero más allá de sus primeras semanas en Turín, tanto Leandro como el resto de su familia esperan por el tan ansiado viaje a Qatar.
En poco tiempo, Paredes jugará su primer Mundial con la selección argentina y, de no mediar problemas, será titular el próximo 22 de noviembre ante Arabia Saudita. Allí, en las tribunas del Lusail Stadium estará ella, Camila, a miles de kilómetros y muchos años después del lugar donde su historia de amor se puso en marcha.
EL ÁLBUM DE FOTOS DE LEANDRO PAREDES Y CAMILA GALANTE
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