El basquetbolista estadounidense Eric Freeman fue noticia en las últimas horas luego de que se viralizara su imagen apostado sobre una pared aguardando pacientemente en la fila de las oficinas de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) en la provincia de Salta para anotarse en el programa de ayuda estatal y cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE 5) que ofrece el Gobierno.
El ala-pivote de 2.05 metros de altura y 43 años, quien se encuentra entrenando en El Tribuno de Salta tras haberse recuperado de una rotura del tendón de Aquiles cuando jugaba para el club Cinco Saltos de Río Negro en septiembre de 2021, se encontró en la necesidad de cobrar el bono de 45.000 pesos que el Estado otorga en dos cuotas en noviembre y diciembre a personas de 18 a 64 años que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad, no tengan ingresos y no reciban otro tipo de ayuda o asignación por parte del Estado nacional, provincia y municipio.
“Me encuentro en una dura situación económica. Soy argentino, tengo documento y vivo hace más de diez años acá. Me encuentro sin empleo porque vivo del básquet, trabajo con mi cuerpo. Ahora estoy tratando de entrenarme bien, ponerme a punto y encontrar club para competir el año que viene luego de una dura lesión que fue difícil de sobrellevar”, explicó Freeman en diálogo con Infobae. El nacido en Columbus, estado de Georgia, confía en poder cerrar contrato con algún equipo en 2023: “Sé que hay muchas oportunidades en Tucumán, La Pampa, Catamarca... mi objetivo es jugar”.
Freeman está radicado en Salta, donde vive con su actual pareja argentina y se siente muy a gusto en el país. “Estoy muy cómodo acá y es mi casa. En todos los clubes donde jugué me quieren y tengo muchos amigos”. Eric es un trotamundos del básquet y el listado de equipos es casi eterno. Al emigrar de los Estados Unidos, pasó por el básquet de México, Honduras, Venezuela, Paraguay y Uruguay. Su última estadía antes de venir a la Argentina fue en Europa, donde pasó por la liga de Francia, entre otras.
No es para menos el apego que siente por la bandera celeste y blanca, ya que ha pasado por las categorías del ascenso en Salta Basket, Banda Norte de Córdoba, Unión Eléctrica, Cipoletti, Tiro Federal de Morteros, Petrolero de Plaza Huincul y San Justino, entre otros.
El veterano jugador norteamericano aclara también que tiene a sus padres viviendo en Tampa, estado de Florida, EE.UU., están al tanto de la situación y que tratan de ayudarlo. “Ellos también tienen su vida y sus cosas. En algún momento me gustaría volver”, reconoce.
Para Freeman, el básquet es su vida y depende de ello para subsistir. Es su pasión y sabe que si se cuida puede continuar uno o dos años más en el nivel profesional, hasta los 45. Luego, en su cabeza está seguir ligado al deporte y no descarta ser entrenador en el futuro.
Por el momento, mientras sigue poniéndose a punto, deja un mensaje tras la experiencia que vivió: “La gente tiene que vivir, necesita la plata y busca trabajo. En mi opinión, está muy bien la ayuda del Estado, pero esto no pasa solamente en la Argentina. En Estados Unidos, también”.
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