Cuando Erling Haaland se marchó del Borussia Dortmund, lo hizo en una temporada donde las lesiones le impidieron darle más alegrías al club alemán pero siendo muy querido por sus compañeros, hinchas y personas ligadas a la institución. Por ello, cuando el Manchester City quedó emparejado con el BVB en el Grupo G de la UEFA Champions League se esperaba la vuelta del artillero noruego al Signal Iduna Park.
Según informó el diario germano Bild, el jugador noruego de 22 años compró varias decenas de camisetas del Manchester City e invirtió tiempo que todas tengan su firma. El atacante quiso llevarle una a cada ex compañero suyo, al entrenador Edin Terzic y el resto del cuerpo técnico, así como también a los empleados del club que están cerca del primer equipo. El diario alemán informó que cada camiseta cuesta 100 euros (USD 99).
Haaland pisó nuevamente el césped del estadio del Dortmund en el partido que terminó 0-0 en el marco de la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions y no tuvo una gran actuación. Guardiola confirmó tras el encuentro que no jugó en las mejores condiciones, por eso hizo ingresar a Bernardo Silva en su lugar para el segundo tiempo.
“Erling tuvo algo de fiebre antes del partido. Lo vi cansado. Es el motivo por el que le cambiamos. En ese momento, sufrimos mucho. El primer motivo es que le vi cansado, tuvo fiebre y el tercero es que tenía un golpe en el pie. Por eso no estuvo disponible para la segunda mitad”, aseguró el DT catalán.
No obstante, Erling Haaland tuvo un regreso muy especial y no solamente por los regalos que llevó. Al descender del bus cuando llegó al estadio, miró con cierta nostalgia hacia las tribunas. Durante el partido se lo vio enfocado en contribuir con su equipo, pero tras el pitazo final aprovechó para dar una vuelta al campo de juego para recibir el cariño de los espectadores.
Este es el segundo gesto de este estilo que tiene Haaland con los jugadores y miembros del BVB. En mayo de este año, cuando supo que iba a ser traspasado a los Citizens, compró 33 relojes de la marca Rolex para repartir con sus compañeros y hasta 20 relojes Omega para distintas personas ligadas a la entidad alemana. El diario Bild apuntó que en ese entonces gastó poco más de USD 500.000 para expresar su gratitud con los integrantes de un equipo que lo catapultó a la élite.
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