La imagen ocurrida durante el US Open del 2020 todavía resuena. Aquel día, Novak Djokovic quedó eliminado inmediatamente del torneo tras pegarle un pelotazo a una jueza de línea enojado por perder un punto. La tensión volvió a aparecer en un partido suyo por otra reacción peligrosa que lo puso de cara a una nueva descalificación durante las semifinales del ATP 500 de Astana.
El serbio había perdido el primer set por 6-4 ante Daniil Medvédev cuando intentaba emparejar las cosas en el segundo. Estaba 5-4 arriba, pero el ruso podía nivelar las cosas con su servicio. El marcador indicaba un 15-15 hasta ese momento en el que el 4 del mundo lanzó un potente saque a la T que Nole devolvió con lo justo. Daniil llegó a la red, intentó dejarla corta pero Djokovic alcanzó a mantener viva la bola. El revés siguiente no falló, dándole un 30-15 en ese game.
El jugador de 35 años corrió para buscar la pelota, pero quedó tan lejos que su reacción fue revolear directamente su raqueta a la tribuna. Segundos después, levantó las manos como arrepintiéndose de su movimiento casi automático para expresar el fastidio. Al ver que el hecho no había pasado a mayores, sonrió y espero a que un niño baje hasta las barandas para devolverle la raqueta. Cabizbajo, pareció pedir perdón nuevamente alzándola. Sólo se llevó un warning por parte del árbitro y el duelo continuó sin mayores sobresaltos.
Por suerte para él, terminó llevándose ese set por 7-6 con un tie break que ganó 8-6 tras desaprovechar previamente un punto de set. El detalle es que Medvédev decidió no disputar el último parcial, tras acusar un problema muscular que lo obligó a abandonar el duelo. “Durante el tiebreak sentí que podía llegar a jugar cinco o diez puntos más, pero ya está. Podría haber jugado un set más, pero probablemente me perdería medio año en lugar de un mes”, explicó en conferencia.
Nole, que estiró el historial ante el ruso con un 7-4 en su favor, buscará su cuarto título de la temporada. El actual 7 del ranking, de 37 años, ganó el Masters 1000 de Roma, Wimbledon y el ATP de Tel Aviv, además de haber sido derrotado en la final de Belgrado. “Yo mismo he estado en esa situación a lo largo de mi carrera, en la que mis rivales pensaban que no podían superarme, pero ahora sé lo que se siente cuando alguien que realmente no comete errores está en el lado opuesto de la red. Te hace trabajar muy duro cada punto”, reflexionó sobre el nivel de su rival.
Su rival en el último partido será el griego Stéfanos Tsitsipás, quien dejó en el camino a otro de los rusos que tuvo esta competencia Andrey Rublev con un 4-6, 6-4 y 6-3.
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