A lo largo de su trayectoria como boxeador profesional, uno de los rasgos más característicos de Canelo Álvarez ha sido su lealtad con la esquina de Eddy Reynoso, pues nunca ha entrenado bajo las órdenes de otro personaje. Sin embargo, mucho antes de consolidarse en el ámbito amateur, así como en la élite mundial, quien llegó a ser considerado el mejor libra por libra del mundo entrenó bajo las órdenes de otro personaje pocas veces reconocido.
En una entrevista con Marco Antonio Barrera para el podcast Un Round Más, Rigoberto El Español Álvarez recordó cuáles fueron los primeros pasos de su hermano Saúl en el deporte de los guantes, así como el momento en que descubrió su talento. Incluso, en el momento que lo vio ejecutar sus primeros golpes lo catalogó como un “diamante en bruto” y decidió enseñarle las bases de la disciplina.
Luego de haber probado suerte en Tijuana, Baja California para catapultar su carrera, y al notar la reducida ganancia económica por su labor como boxeador, el Español volvió a Guadalajara con la decisión de abandonar por completo la disciplina. En ese momento, cuando optó por alejarse definitivamente del deporte, las cualidades de su hermano menor le hicieron probar suerte como mánager y entrenador amateur.
De acuerdo con su testimonio, cuando volvió a su casa después de la insulsa trayectoria que tuvo en la frontera norte de México, Saúl lo recibió con la expectativa de recibir unos guantes de boxeo como regalo. Luego de haberle dado las llaves de su auto a Canelo para que buscara el objeto preciado, Rigoberto comentó con su madre la decisión de su retiro definitivo, pero al ver a su hermano tirar sus primeros golpes cambió su parecer.
“El muchachito se desapareció un ratito y luego llegó con 10 niños. En la cochera de la casa de mi mamá se puso los guantes. Estaba platicando con mi mamá sobre que ya me iba a retirar y me iba a dedicar a las paleterías y el niño me sorprendió (...) yo vi que empezó a tirar golpes pero luego estaba llorando y paré todo. Yo le dije a mi mamá, ‘oye, ¿ya viste a tu hijo?’ desde luego ella no lo notó y le dije ‘es un diamante en bruto, es buenísimo’”, recordó.
La siguiente decisión en su regreso al estado de Jalisco fue la de preparar a su hermano en la cochera de la casa de sus padres para encaminarlo a su mejor nivel. Su plan consistió en mostrarle las bases del deporte todos los días antes de ir a dormir, pero antes de poner en marcha su plan tuvo que asegurarse que el deseo genuino de Saúl era la de incursionar en su faceta como pugilista.
“Fue ahí cuando le pregunté si quería ser peleador y me dijo ‘sí, yo quiero ser como tú’. Le dije ‘yo creo que no vas a ser como yo, yo creo que vas a ser alguien mucho mejor que yo, más grande. Lo estoy viendo’. Le dije ‘te quiero todos los días aquí, a esta misma hora cuando yo llegue de trabajar y aquí mismo vamos a entrenar’. Nuestro ring era la cochera”, declaró.
Desde entonces, el objetivo de la pareja de hermanos fue la de hacer peleas dignas en el ámbito amateur para poder pelear por condecoraciones nacionales. Así, luego de haber dirigido a su hermano en 29 reyertas no oficiales, buscó una oportunidad en el Consejo Estatal para el Fomento Deportivo (CODE) de su estado para formar parte del equipo, pero al no contar con el respaldo de un gimnasio recibió una respuesta negativa.
Su persistencia rindió frutos cuando el encargado de la división de boxeo aceptó la solicitud del Español por medir a Canelo contra el mejor exponente de los 54 kilogramos en aquel entonces. El joven Saúl se montó sin uniforme oficial, pero logró finiquitar la reyerta por la vía del nocaut en el segundo round. Fue ahí cuando los encargados del equipo optaron por integrarlo a sus filas.
Luego de haber obtenido la plata en la Olimpiada Nacional, Rigoberto optó por ofrecer a su hermano al establo de Chepo Reynoso aunque no dejó de seguir su carrera de cerca. Desde los 14, el papá de Eddy fue el encargado de prepararlo para su debut profesional a los quince años, pero a partir el 29 de octubre de 2005, el menor de la dinastía fue quien se hizo cargo de llevar a Canelo Álvarez a la élite deportiva.
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