Pasó la Presidents Cup y quedaron algunas cosas que merecen ser analizadas ahora que ya todos tenemos las ideas más claras.
Lo primero que me viene a la mente es que la competencia está viva. Que todos los pronósticos de paliza no se cumplieron, pudo pasar, pero finalmente hubo una muy buena competencia el domingo. Hasta en algún momento se lo vio nervioso al capitán de USA.
Del lado de los internacionales es para destacar la fabulosa actuación del colombiano Sebastián Muñoz. Fue el único de los visitantes en terminar invicto con 2 triunfos y un empate. Una de esas victorias fue el domingo frente al N1 del mundo, Scottie Scheffler, que más allá que no tuvo una buena semana, sigue siendo quien mira a todos desde arriba en el ranking mundial. Los coreanos también estuvieron a la altura de la competencia, Woo Kim, que llegaba sin buenas actuaciones, mostró toda su categoría a lo largo de los 4 partidos que disputó. Sungjae Im y K.H. Lee cerraron la semana con triunfos importantes el domingo, y el joven Tom Kim dejó en claro que tiene todo para ser una superestrella. Algo más de experiencia y unas yardas más desde el tee y este chico de 20 años dará que hablar en las próximas temporadas. El punto más bajo fueron los canadienses Conners y Pendrith que perdieron los 4 matches que disputaron.
Les decía en la columna del domingo que el capitán Immelman había hecho un formidable trabajo. Seis meses antes de la competencia contrató a un experto en estadísticas para que lo ayude a entender mejor quién debería jugar con quien y formar así las parejas con mayor oportunidad de éxito. Este personaje se llama Mark Boradie y es el creador de todas estas nuevas estadísticas llamadas “Strokes Gained” (golpes ganados) que son las que utiliza el tour por estos días. Sigo pensando que esto tiene sentido, pero también creo que hay una cuestión de feeling que debe ser tenido en cuenta al armar las parejas. Llevarte bien con tu compañero, tener afinidad, hablar el mismo idioma, tener la misma personalidad, son cosas que para mí ayudan a llevar un match de la mejor manera. Sobre todo en el sistema de golpes alternados. Si algo podría criticarle a Immelman fueron dos cosas que sucedieron en los sorteos de los partidos. Históricamente el juego por golpes alternados ha sido dominado por los estadounidenses. Sabiendo esto Immelman armó una de sus parejas con los dos jugadores con más experiencia en el equipo: Adam Scott e Hideki Matsuyama. No los hubiera mandado al frente sin saber contra quién iban a jugar, y cuando lo hizo el primer día Davis Love le contestó con su pareja más fuerte: Cantlay/Schauffele. Creo que no debió mandarlos de entrada y esperar hasta que Love gastara sus equipos más fuertes. Tampoco me pareció acertado dejarlo a Tom Kim para el décimo partido del domingo. El chico estaba con mucha confianza, su punto debía valer y me parece que debió ponerlo en la mitad de la lista. El domingo cuando Kim estaba por el hoyo 15 ya todo estaba definido y terminó jugando por nada. Pequeñas cosas que a veces te hacen ganar o perder un punto, pero les repito, más allá de esto lo del sudafricano fue excepcional.
Del lado de los locales fue fabuloso lo de Jordan Spieth que volvió a ser ese jugador de 2015 cuando todo lo que tiraba terminaba dentro del hoyo. Intratable en los dobles con su gran amigo Justin Thomas, y el domingo se recuperó de un mal comienzo frente a Cam Davies para terminar ganando en el 15. Un partido que iba parejo hasta el 9, pero cuando allí el australiano falló un corto putt, Spieth olió sangre y ganó 4 hoyos seguidos del 11 al 14. Cinco jugados y cinco ganados para el Joven Maravilla. Fue muy bueno también lo de Max Homa que ganó los 4 matches que disputó y confirmó el gran momento por el que está pasando.
La otra cara de la moneda fueron Sam Burns y Scottie Scheffler. Fueron el único equipo que perdió el jueves, el viernes igualaron su match, el sábado a la mañana volvieron a perder, por la tarde Scheffler descanso, pero Burns perdió esta vez con Horschel de compañero. El domingo ya dijimos que Scheffler perdió con Muñoz y Burns igualó con Matsuyama. Ambos se despidieron de Quail Hollow sin conocer la victoria, algo impensado antes de comenzar la semana.
Otro tópico para destacar fue la presentación del escenario. La cancha estaba inmaculada y se construyeron 50 mil metros cuadrados de carpas de hospitalidad. Un número que es récord para cualquier tipo de competencia golfística y que prueba que la ciudad de Charlotte es un gran mercado para este tipo de espectáculos.
Mucho se habló antes de esta Presidents Cup acerca del futuro de la competencia. Alguien tiró la idea que para hacerlo más parejo debía jugarse con equipos mixtos de 6 mujeres y 6 hombres, lo cual me parece fabuloso, pero para otra competencia. Creo que un enfrentamiento entre Corea del Sur y USA con equipos mixtos sería sensacional y un éxito asegurado. Por ahora la Presidents Cup goza de buena salud, y aunque por sigue muy lejos del atractivo que tiene la Ryder Cup, solo será cuestión que los internacionales ganen un par de veces para que la competencia se haga todavía mejor.