Las protestas que han estallado en Irán podrían afectar el desempeño de la selección de fútbol en el Mundial, con rumores de divisiones en la plantilla, publicaciones en redes sociales que desaparecen y ex leyendas mostrando su apoyo a las manifestaciones.
El combinado se prepara para una batalla en la llave B de Qatar, tan competitiva como cargada políticamente, en el que tendrán que enfrentarse a Estados Unidos, Inglaterra y Gales en el intento de superar la fase de grupos por primera vez en su historia.
Pero las protestas que han agitado a los ciudadanos iraníes desde la muerte de la joven de 22 años Mahsa Amini después de su arresto por la policía de la moral han destapado preguntas incómodas para el equipo, con una influencia enorme en un país loco por el fútbol.
Durante las últimas horas, el atacante Sardar Azmoun, estrella de la selección y jugador del Bayer Leverkusen en la Bundesliga, ha estado sometido a un enorme escrutinio. En un inicio, pareció alegar una orden de silencio impuesta al equipo para no expresarse al respecto de la brutal represión de las autoridades en su país, pero después dio marcha atrás y matizó sus declaraciones.
Mientras tanto, uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol iraní, el ya retirado Ali Karimi, se convirtió en un héroe para muchos de los manifestantes en Irán, al apoyar enfáticamente las protestas.
Los ecos de las protestas alcanzaron el amistoso de Irán contra Senegal, disputado en Viena como preparación del Mundial. Manifestantes cantaron consignas contra la república islámica y corearon los nombres de Karimi y Azmoun desde afuera del estadio.
“Estamos aquí para suplicar (a la selección): por favor, que nos apoyen en vez de estar contra nosotros”, dijo Mehran Mostaed, uno de los organizadores de la protesta.
Azmoun arrancó ese partido desde el banco de suplentes, alimentando los rumores de que podía haber sido apartado. Sin embargo, entró en el segundo tiempo y anotó un gol con un cabezazo perfecto, para satisfacción del seleccionador portugués Carlos Queiroz.
Internautas iraníes difundieron en estos días unas capturas de pantalla de una publicación en Instagram de Azmoun diciendo que, debido a “normas restrictivas (...) no pude decir nada”. Pero añadió que no podía quedarse en silencio ante la represión contra las protestas que, según los activistas, se ha saldado ya con la muerte de 75 personas.
“¡Esto nunca será borrado de nuestras conciencias! ¡Qué vergüenza!”, escribió. La publicación fue borrada y todo el contenido de su cuenta de Instagram, seguida por cerca de cinco millones de personas, desapareció durante días.
Pero después del partido contra Senegal, la cuenta oficial de Azmoun volvió a la actividad y pidió perdón por su publicación anterior. “No estuve bajo presión para escribir o para borrar la historia de Instagram”, dijo, añadiendo que “no hay división en el equipo”.
El futbolista retirado Ali Karimi, ha publicado de manera repetida en Instagram y Twitter su apoyo a las protestas, diciendo que ni siquiera el agua sagrada podría “limpiar esta desgracia”. “Como la gente común de mi tierra, no estoy buscando un cargo o una posición”, dijo. “Solo miro por la paz, el confort y bienestar de la gente”.
Estas publicaciones llevaron a la agencia de noticias iraní Fars a publicar un artículo en el que pedían su arresto, mientras que se ha sugerido que sus propiedades en Irán podrían ser incautadas.
Mehdi Mahdavikia, que jugó durante cuatro años en la Bundesliga alemana, acusó a las autoridades de “ignorar a las personas” mientras que Ali Daei, legendario delantero y estrella en el Mundial Francia de 1998, dijo que el régimen tendría que “resolver los problemas de los iraníes en lugar de utilizar la represión, la violencia y los arrestos”.
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(Con información de AFP)