Al final se dio la lógica. El equipo de Estados Unidos se quedó con la Presidents Cup al derrotar al Team Internacional logrando 6 ½ puntos sobre los 12 que estaban en juego el domingo. El resultado final fue de 17 ½ a 12 ½.
La ventaja de los dos primeros días fue decisiva y esto queda claro cuando vemos que esas dos primeras jornadas los locales se imponían por 8 a 2, pero en los últimos 20 partidos disputados entre el sábado y domingo fueron los internacionales los que obtuvieron más puntos, 10 ½ contra 9 ½ de los locales. Buscar las razones de porqué sucedió esto sería pura especulación, pero quizás los nervios de los 8 debutantes en el equipo visitante haya tenido que ver con lo que pasó en los primeros 10 puntos en disputa. Los americanos son un equipo mucho más experimentado, con mucho mejor ranking mundial y se conocen mucho más entre ellos. Todo esto hizo que en el comienzo de esta Presidents Cup la sensación de paliza que muchos pronosticaban se hizo presente, y pudo serlo, pero el orgullo de los internacionales guiados por Trevor Immelman hizo que todo fuera más interesante.
Un párrafo aparte para el fenomenal trabajo que hizo el Immelman. El sudafricano tuvo que lidiar con todo ruido que hizo el LIV Series y la pérdida de cuatro jugadores que hubieran sido de gran ayuda para su equipo. El australiano Cameron Smith, el chileno Joaquin Niemann, el sudafricano Luois Oosthuizen y el mexicano Abraham Ancer tenían un lugar asegurado en el equipo. Esto hizo que Immelman tuviera que recurrir a jugadores con muy bajo ranking mundial, uno de ellos, Cam Davis, fuera del top 100. El espíritu que le impuso al equipo, el trabajo para amalgamar jugadores de culturas tan diferentes como pueden ser la colombiana y la coreana, y la preparación hasta el más mínimo detalle hizo que este equipo hasta se permitiera soñar con el triunfo en algún momento del domingo.
Los primeros 5 partidos iban a ser fundamentales para las aspiraciones de los visitantes y el capitán de USA mandó lo mejor que tenía en esos primeros matches. Si Woo Kim venció a Justin Thomas con un gran birdie en el 18, pero Jordan Spieth despachó a Davis en el 15. El estadounidense terminó la semana habiendo ganado los 5 partidos en los que participó, siendo el único con récord perfecto. Cantlay le ganó con comodidad al australiano Adam Scott, Matsuyama igualó con Burns y en el quinto match Muñoz venció a Scheffler. Lo peor había pasado y la diferencia no había aumentado en favor de los locales. Los siguientes dos partidos tenían a los dos canadienses como protagonistas y ninguno de ellos había tenido una buena semana. La historia no cambió para ellos ya que Finau derrotó a Pendrith en un partido muy cambiante, y cuando Schauffele venció a Conners en el 18 los locales habían llegado a los 15 ½ puntos que necesitaban para ganar. Los siguientes matches solo decoran el resultado, pero les aseguro que ninguno quiere perder y se jugaron hasta el final.
Las mayores sorpresas de esta Presidents Cup fue que Scottie Scheffler, número 1 del mundo, se fue de Quail Hollow con 3 derrotas y 1 empate, mientras que Sam Burns, 12 en el escalafón mundial, cosechó 2 empates y 3 derrotas. Muñoz fue el único de los internacionales que se fue sin perder, 2 triunfos y 1 empate, mientras que los canadienses Pendrith y Conners perdieron los 4 partidos en los que les tocó jugar.
En dos años volverán a verse las caras en Canadá, en donde no me extrañaría que Mike Weir fuera el capitán de los internacionales. El canadiense es un héroe en su país, ha sido el único golfista hombre en ganar un major cuando se calzó el saco verde en Augusta en 2003, y el apoyo del público a Weir será impresionante. Los fans de Canadá son muy de hacerse sentir, tienen pasión por el deporte y el golf es muy popular en ese país.
Por ahora festejan los de Estados Unidos que extendieron el récord a 12 ganados, 1 perdido y 1 empatado en la historia de la Presidents Cup. Los internacionales seguirán buscándole la vuelta, y creo que están cada vez más cerca de poder ganar por segunda vez.