Aleksandr Búblik es un tenista kazajo que en los últimos tiempos acaparó la atención en el circuito internacional por su forma de jugar en la que se muestra sin presiones, con jugadas llamativas como sacar desde abajo o en momentos de tranquilidad, cuando la adrenalina pasó, llegar a reconocer que no le gusta este deporte y que solo lo hace para ganar dinero. Quizá de esa manera puedan explicarse algunas de sus reacciones dentro de la cancha y este domingo una de ellas dio la vuelta al mundo.
Búblik, de 25 años, disputó la final del ATP 250 de Metz ante el italiano Lorenzo Sonego. El kazajo, séptimo preclasificado, perdía por 7-6 y 3-1. Con quiebre abajo y sacando para achicar el 3-1 que tenía en su favor su adversario, optó por un sorprendente recurso que le costó un nuevo break en contra. Lo llamativo fue que en lugar de aprovechar el punto, que estuvo servido, agarró su raqueta con las dos manos y le pegó a la pelota con el mango. El grito de asombro del público fue elocuente.
El flojo remate le facilitó al italiano mantenerse en la lucha por el game y logró ampliar la diferencia a 4-1. Sin embargo, más allá de perder el punto de forma insólita, el kazajo se sentó en su banco y a pura carcajada celebró su jugada. Su golpe y sus risas fueron compartidas en las redes sociales y se volvieron virales.
Búblik (44° del Ranking ATP) perdió por 7-6 (3) y 6-2 y no pudo conseguir su segundo título de ATP luego del que alcanzó el pasado 6 de febrero en Montpellier, cuando sorprendió a Alexander Zverev (5°) y lo venció por 6-4, 6-3.
El kazajo es un jugador impredecible y algunos lo comparan con Nick Kyrgios (20°). En su momento reveló también que había cambiado la forma de ver los partidos y su posición en el ranking. Comentó que cuando era más chico se ponía a contar los puntos que podría conseguir antes de los partidos. Fue en ese momento que decidió tomarse el deporte de forma más amateur y alejarse de las presiones. Con ese método -afirma- comenzó a plasmar buenos resultados.
No es la primera vez que un gesto suyo en una cancha es viral, ya que en mayo pasado en el Masters 1000 de Roma, en el tradicional certamen de polvo de ladrillo, en su primer partido se robó los aplausos de la gente ya que ganó un punto luego de sacarle desde abajo a Marcos Girón. Tras la devolución, Bublik le pegó un fuerte y clavó un passing que hizo delirar a los aficionados, el estadounidense terminó llevándose el partido 3-6, 6-4 y 6-3.
Más tarde, en un partido de Wimbledon, Bublik sacó seis veces desde abajo durante un game contra el estadounidense Frances Tiafoe. Más tarde el finalista en ese torneo (perdió con Novak Djokovic) disparó por sus redes sociales un posteo en el que incluyó un video del kazajo: “Me encanta, es diferente. Pero si fuera yo, me acusarían de ‘tankear’ y me multarían con un mínimo de 15 mil libras”.
Showman, descontracturado, desprejuiciado y con personalidad para jugársela en el más alto nivel del tenis, Bublik no se hace problemas del que dirán. Él seguirá jugando hasta que -quizá- decida que reunió el dinero suficiente en su campaña tenística. Mientras tanto sabe cómo captar la atención.
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