El 15 de septiembre de 2012, Sergio Maravilla Martínez le arrebató el título mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al mexicano Julio César Chávez jr en una pelea intensa y dramática disputada en Las Vegas y recuperaba el título que lució el célebre Carlos Monzón. El combate quedó marcado por una frase célebre que improvisó el relator Walter Nelson en las instancias decisivas de la pelea. “Todavía me vuelven loco por esa frase”, dijo el periodista cuando revivió la histórica velada junto al ídolo argentino. Salí de ahí Maravilla...
En el Thomas and Mac Center, el púgil surgido de Quilmes vivió el momento más importante de su carrera: le dio una lección de boxeo al mexicano hijo de la leyenda Julio César Chávez, quien “sufrió” en el ring side la derrota de su heredero que estuvo a punto de cambiar la historia cuando en el último round derribó al retador.
El bonaerense, que venía ganando la pelea en forma amplia, vivió una situación inesperada cuando el azteca le asestó un cruzado de izquierda seguido de una andanada de golpes que desestabilizó a Martínez, quien sintió el castigo y fue al piso ante el estupor del público mexicano que había estado “ausente” hasta ese momento porque todo lo que pasaba en el cuadrilátero lo hacía Maravilla.
Alrededor de 20.000 espectadores en el estadio, cinco mil de ellos argentinos, más de un millón de abonos vendidos mediante el sistema pay per view en Estados Unidos y México, y decenas de millones en todo el mundo, fueron testigos de una notable producción del retador criollo apenas deslucida por el final.
Martínez fue dominador del combate porque supo manejar la media y la larga distancia a partir de sus mayores recursos técnicos y estratégicos, y recuperó el cinturón medianos CMB que esa entidad le hizo abandonar tras una negociación que favoreció a Chávez jr, que se adueñó del cinturón “verde-oro” de los medianos.
Maravilla había capturado el título ante el estadounidense Kelly Pavlik en abril de 2010 para justamente montar una gran topada con el mexicano, que luego dilató la concreción del duelo. “Yo venía tirando 80 golpes por round, pero en el undécimo tiré entre 120 y 140. Esto me habrá jugado en contra para el último”, confesó en su análisis el campeón 10 años más tarde. “Parece que todavía estuviera ahí. Me salió del alma esa frase”, dijo Walter Nelson al observar la pelea con el gran protagonista, quien admitió que perdió el foco en busca del nocaut.
“Hoy los pibes usan esa frase para cualquier circunstancia de la vida”, concluyó el periodista. Luego, en la primera defensa de la corona realizada en el estadio de Vélez Sarsfield el 27 de abril 2013 ante 40.000 espectadores, Martínez derrotó por puntos en una decisión unánime al inglés Martin Murray en una actuación que lejos estuvo de repetir el alto nivel que había lucido en combates anteriores.
Sin embargo, el 7 de junio de 2014, Maravilla resignó el cinturón en el Madison Square Garden de Nueva York ante el puertorriqueño Miguel Cotto quien le propinó una paliza y lo derrotó por nocaut técnico.
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