La lujosa mansión Highland Park, al norte de Chicago, se convirtió en un karma para Michael Jordan, ya que hace diez años que no la puede vender a pesar de haber reducido su valor a la mitad. Su último precio tiene un guiño histórico, pero a pesar de lo confortable y detalles excéntricos, Su Majestad sigue perdiendo uno de sus “partidos” más duros y no puede deshacerse del inmueble, por el que estaría dispuesto a seguir bajando su precio.
La propiedad se puso en venta por 29 millones y actualmente se vende por la mitad, aunque el propietario aceptaría comercializarla por menos de 14,855 millones cuyos dígitos suman 23, el número de la camiseta de Jordan en sus años de basquetbolista. Es el mismo que aparece de forma imponente en el ingreso a la vivienda.
Se ubica en una parcela de más de tres hectáreas que Jordan adquirió en 1991, a orillas del lago Michigan. Se terminó de edificar en 1995 y la refaccionó en 2009, según lo que la agente encargada de la cotización de la propiedad, Katherine Malkin de Compass, le dijo a Elite Street en una entrevista.
“No estoy segura si es por los programas de televisión que hicieron (la miniserie documental “The Last Dance” de 2020 en Netflix) o si es porque la gente tiene interés en verlo un poco diferente, pero de repente parece que hay un poco de interés”, afirmó la profesional de la rama inmobiliaria.
Malkin agregó que en los últimos tiempos algunos compradores interesados propusieron subdividir la propiedad, algo complicado ya que su forma es como un “lote de bandera”, en el que un camino de entrada estrecho, o el “asta de la bandera”, se extiende hacia el norte hasta el resto de la propiedad.
“Es una propiedad hermosa, y creo que nadie entiende lo hermosa que es porque no hacemos una jornada de puertas abiertas, porque existe una preocupación por la privacidad”, destacó Malkin. “No es hasta que las personas están adentro que realmente lo aprecian. Y no todos califican económicamente (para ver la casa)”.
Otros motivos que complican su venta es que “es muy complicado que los clientes necesiten una casa con cancha de básquet, salón de fiestas, pista de golf, bar, casino y otros rincones. En la zona hay viviendas mucho más versátiles y funcionales para una familia”, explicaron en Marketwatch, una firma especializada en propiedades de lujo, según informó La Vanguardia.
La residencia tuvo un precio original de 42 millones de dólares, pero Jordan la puso a la venta por primera vez a principios de marzo de 2012 por 29 millones de dólares. Después bajó el precio de venta a inicios de 2013 a 21 millones de dólares. Más tarde redujo su precio de venta aún más a 16 millones a fines de 2013. En 2015, el agente que trabajaba para vender la casa en ese momento prometió que el comprador también recibiría todas las Air Jordan de su talla, pero tampoco funcionó.
Frustrado por su incapacidad de venderla a un comprador privado, Air decidió dejar la venta en manos de un equipo de profesionales, y contrató a la empresa de subastas Concierge Auctions para que hiciera el trabajo. En una década Air no pudo venderla y por eso algunos medios estadounidenses y europeos la denominaron la “mansión maldita” o “embrujada” de Jordan.
El ex escolta condujo a los Chicago Bulls para ganar seis anillos de la NBA entre 1991 y 1998. En esa época se convirtió en leyenda y se consagró como el mejor de la historia del básquet. En aquellos años de gloria, Jordan mandó a construir esta fastuosa mansión.
No quería que faltara ningún detalle. Cuenta con 11 dormitorios, 19 baños, dos salones circulares más otro exclusivo de belleza, un gimnasio top, dos teatros, una sala de cine, una sala específica para fumar con mesas de juego, una biblioteca con pantalla desplegable, una sala con una TV de 110 pulgadas, un lago para pescar y un garaje para 15 autos. Además, un gimnasio de básquet de tamaño reglamentario, una piscina infinita circular y una sala de puros.
Mientras que afuera en el terreno hay una cancha de tenis y un putting green. Incluye una casa secundaria para huéspedes con tres cuartos, una cocina gourmet y una bodega para más de 1.000 botellas. Otro detalle es la puerta que Jordan hizo traer de la mansión de Playboy y que lleva el mítico número 23.
En mayo de 2020, en declaraciones al medio especializado Marketwatch, Adam Rosenfeld, de la startup de bienes raíces de lujo Mercer Vine, explicó que el jugador tiene serios problemas para vender la casa por los espacios y objetos personalizados que hay en ella. “Cuando tienes una propiedad tan específica y tan customizada, (la venta) se convierte en una batalla cuesta arriba”, opinó el experto. La novedad es que hoy MJ estaría dispuesto a desprenderse del que fue su hogar si un comprador está dispuesto a ofrecer 13 millones de dólares.
De fuerte personalidad y competitivo, por ahora su mansión “maldita” es el partido que todavía no pudo ganar Michael Jordan. Lo viene perdiendo hace una década cuando la puso en venta y el panorama para su comercialización parecería no cambiar a mediano y corto plazo.
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