“Es un jugador que corre todas, eso es clave, es muy ágil y muy hábil con el cuerpo. Técnicamente, en cuanto a los golpes, es muy completo, va muy bien para adelante y cierra muy bien las jugadas en la red. Tal vez no tenga el saque de un tipo de 2 metros, pero no veo que tenga fisuras”, describe al joven murciano el entrenador y ex capitán de Copa Davis Gustavo Luza, a quien siguió desde que lo tuviera por primera vez frente a él en el Banana Bowl de 2019.
De ser una promesa, en casi en un parpadeo, Carlos Alcaraz se convirtió en la nueva joya del tenis mundial. Y en las próximas horas será N° 1 del mundo. ¿Qué lo convirtió en un jugador de tanto riesgo y de dónde salió este jovencito que con sólo 19 años amenaza la cima del ranking profesional?
Nacido en El Palmar, Murcia, el 5 de mayo de 2003, a los 14 años ingresó en la Academia que el ex N°1 del mundo Juan Carlos Ferrero en las tierras alicantinas de Villena. Conducido por El Mosquito, como se lo apoda a Ferrero, ha seducido no sólo al ambiente tenístico español, sino tanto al circuito como a los fanáticos de este deporte.
No se destaca por su carisma o por capacidades marketineras, sus cualidades van por el lado de la conducta, el trabajo, sus aptitudes técnicas y su actitud responsable. Como dijera el propio Nadal hace dos días, “Carlos tiene todos los ingredientes, la pasión, la humildad, el talento y el físico, lo que me recuerda mucho a mí cuando tenía su edad. El ya es un rival en el presente”.
En la temporada 2021 irrumpió en el circuito desde el puesto 146 del ranking de ATP, para ubicarse entre los 15 primeros, cuando aparezca actualizado el escalafón, el lunes próximo. Durante el año pasado comenzó a mostrar su talento que lo llevó a ganar, con 17 años, su primer match en un torneo de Grand Slam -superó a Van de Zandschulp en el Australian Open- y con apenas 18 años, 3 meses y 25 días, después de su victoria en la primera ronda del US Open, lograba cerrar el círculo con un triunfo en cada uno de los Majors y mejoraba las marcas logradas por Nadal, Djokovic y Federer.
Cinco días más tarde se convertía en el jugador más joven en arribar a los cuartos de final en La Gran Manzana, en la Era Open (desde 1968). En ese momento comenzaron a arreciar las comparaciones con su ídolo nacido en Manacor. “No me parece mal que lo comparen con Rafa”, dijo Tony Nadal. “Porque aunque son jugadores diferentes, comparten el sacrificio de jugar y la decisión de ganar”, agregó el formador del máximo ganador de títulos de Grand Slam.
Pero no se guardó elogios a la hora de describir a la joven estrella murciana: “Carlos es un jugador muy completo y de buena técnica. Su juego es moderno, trata de pegarle fuerte y muy rápido a la pelota, con un tenis muy agresivo. Si sigue así de centrado en su trabajo, tiene un futuro esperanzador”.
En su camino a ser el mejor Sub 21 del circuito de ATP en la temporada, en el mes de julio conquistó su primera corona en Umag, Croacia, sobre polvo de ladrillo. Y en el último certamen del año, el Next Gen que reunió a los 8 mejores de 2021 menores de 21 años, logró imponerse por sobre todos los de su generación. Entre ellos, el argentino Sebastián Báez, de un presente prometedor.
Sebastián Gutiérrez, coach de Báez, lo vivió de cerca y tiene su lectura del porqué Alcaraz consiguió llegar tan alto. “A nivel general, lo que más me sorprendió es su entrega física, cómo se mueve, cómo resbala, cómo se va arriba de la bola. También, lo que trasmite dentro de la cancha y esa identidad ofensiva todo el tiempo. Es un chico que ante la duda acelera y que tiene un gran saque. Así que sus debilidades no se notan tanto, gracias a lo que transmite, porque cuando se está más alto en el circuito, los agujeros se ven menos y este chico tiene tanta actitud, tanta presencia que, por momentos, intimida”, describía al detalle Gutiérrez, para comprender aún más las características de este jugador español.
Para Juan Carlos Ferrero, quien recuerda haberlo recibido con 14 años, Alcaraz es un jugador con muchísimo potencial y “de los pocos jugadores que he visto que se puede adaptar en muy poco tiempo al nivel de cualquier jugador que le pongas enfrente”. Un detalle que destaca su entrenador, ya que es muy difícil para un jugador poder adaptar su velocidad de bola a la del rival, y agrega entre sus consideraciones: “es un tenista muy dinámico, que le gusta jugar muy agresivo. Se siente muy cómodo en todas las superficies, le gustan las pistas rápidas, porque finaliza mucho en la red, pero no lo incomoda la arcilla”.
En cuanto a las posibilidades que le auguran un puesto en el Top Five y hasta algunos se atreven a colocarlo en poco tiempo en la cima del ranking, la prudencia de Ferrero lo lleva a declarar que no le gustaría hacer un pronóstico de hasta dónde pueda llegar, pero que “tiene potencial para jugar un ‘huevo’ al tenis”.
En lo que va de 2022, el murciano llegó a siete finales y ganó cinco. Se consagró campeón en el ATP de Río de Janeiro, Barcelona y en el Masters 1000 de Madrid (polvo de ladrillo). Además, ya sabía lo que era vencer al noruego Ruud en la definición del M1000 de Miami.
“Creo que va a ser el mejor de todas las caras nuevas que estamos viendo. Desde lo físico me parece muy veloz y tiene mucha generosidad en el desplazamiento, lo que habla de un jugador que no solamente es rápido, sino que tiene una gran actitud para moverse”, comentó Gustavo Luza, abriendo una comparación con los tenistas menores de 25 años que hoy dominan el circuito.
Algunas de las consideraciones a tener en cuenta para evaluar a un jugador es el compromiso con su trabajo, el respeto por su entrenador y el hambre por conseguir victorias que aportan títulos y que exigen cada semana, cada día. “Lo veo decidido, con mucha hambre, comprometido y enfocado, como no he visto a ningún jugador de estos jóvenes. Además, la relación de este chico con su entrenador es de mucho respeto, muy madura y entiende muy bien quién es el que manda, por más que él después sea quien ejecute dentro de la cancha”, cierra su análisis Luza.
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