Emanuel Ginóbili sumó otra enorme distinción a su impactante carrera deportivo: ingresó al Salón de la Fama del básquet como parte de la generación 2022 en la ceremonia que se celebró en Springfield, Massachusetts. El jugador argentino recibió uno de los reconocimientos más importantes gracias a lo hecho –principalmente– durante su etapa NBA con San Antonio Spurs y la selección argentina.
El ganador de cuatro anillos de la liga más importante del mundo dio un emotivo discurso en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame. “Esos videos, ha sido un largo viaje. Para jugadores como yo los logros individuales no son importantes, no estoy acá por lo que hice sino por haber sido parte de un equipo. Uno de los equipos más importantes de los 2000”, dijo el argentino quien subió al atril como el último orador de la noche acompañado por su ex compañero, amigo y leyenda de la NBA Tim Duncan.
El argentino hizo un largo recorrido desde los seis años que empezó a jugar en su club de Bahía Blanca: “Empecé a los seis o siete años en Bahía Blanca a una cuadra de mi casa. Mi papá era el presidente, de los fundadores. Si no trabajaba, estaba en el club. Mis hermanos jugaban ahí. Me buscaban al colegio al mediodía, me ayudaban a cruzar la calle y a jugar todo el día. Dribleaba, tiraba, dribleaba, tiraba. Seis o siete horas por día. Fue un gran lugar para fortalecer y desarrollar mi amor por el juego y también mis cualidades”.
En el repaso mencionó sus inicios profesionales en Andino de La Rioja y Estudiantes de Bahía Blanca. También se tomó un tiempo para recordar su arribo a la selección argentina y en especial para agradecerle al entrenador italiano Ettore Messina, quien lo tomó en su paso por ese país y lo convirtió definitivamente en una estrella. “Ahí empecé a conseguir lo que para mí era un sueño inalcanzable. La experiencia italiana fue muy valiosa para mí. No sólo se trata de como crecí como jugador, sino como persona”, reconoció.
“En esos años en Reggio Calabria, estaba con un equipo nacional en un torneo y recibo un llamado en el que me dijeron que había sido drafteado por San Antonio Spurs. Dije: “¿Qué?”. Literalmente no lo podía creer. No tenía expectativas. No había tenido ninguna conversación, mi agente me dijo que no sabía que me iban a draftear. Nada. Gorras, conferencia de prensa, nada...”, bromeó sobre haber sido elegido en el puesto 57.
“Fueron 16 años en San Antonio. 16 años con el mismo entrenador, los mismos colores, la misma ciudad, tengo mucha gente para agradecer. Seré corto esta vez. Fuiste tan importante para mí y para mi familia, nunca podré agradecerte lo suficiente”, dijo mirando a los ojos a Gregg Popovich, uno de los invitados estelares que tuvo la ceremonia. También para hablarle a Duncan: “Uno de los mejores jugadores de la historia, aprendí mucho de vos. Como ser un ejemplo en la cancha”.
En las butacas también se encontraba Tony Parker, el otro integrante del tridente ideal: “Nunca dejamos que nuestros egos nos alejaran, sabíamos cuándo era tu tiempo y cuándo era mi tiempo”. “Ganamos muchos títulos, partidos, necesitas un montón de piezas para ganar campeonatos y tuvimos un montón”, aclaró antes de repasar también a otros compañeros como Bruce Bowen –”Hiciste mi trabajo mucho más fácil”, le dijo–, Matt Bonner –”Fuiste un gran compañero”–, Patty Mills, Tiago Splitter, Boris Diaw y el argentino Fabricio Oberto su “compañero ideal”.
“Cien nombres. Les agradezco a todos. Amé compartir equipo con ustedes, esas cenas, ganar y perder juntos. Fue fantástico”, reconoció. “Cuando hablas de la organización de San Antonio, es mucho más que los jugadores. Gente muy calificada que siente la cultura de San Antonio. Gracias por elegirme, por mantenerme, a la ciudad, a la comunidad, gracias a todos”, agregó.
También repasó su vida en la selección argentina, le agradeció a la NBA y a los fans: “Lo más loco de mi carrera es que en simultáneo tenía un carrera tan linda, tan exitosa como la de San Antonio, que era de la selección argentina. Siempre lo hicimos todo como equipo. Valoro todo. los títulos, las conversaciones, los encuentros, el jet lag, los desayunos, eso es más que amistad, es hermandad. Ojalá que tengamos más aventuras ahora. Gracias a la NBA por darnos este extraordinario contexto para hacer lo que amamos. La mejor organización deportiva. Gracias a los fans, sentí su pasión, su amor, todos los días”.
Aunque el momento más emotivo fue cuando pidió “un minuto” para hablar en español y decidió dirigirse en su idioma natal a su familia. “Sepo y Lea, mis hermanos, gracias por aclararme el camino, gracias por la inspiración. Me empujaron de chiquito porque yo quería ser como ustedes”, inició antes de evidenciar su nudo en la garganta y las lágrimas en sus ojos.
“Papá, como me hubiese gustado que estuvieras acá, que puedas entender lo que está pasando hoy. Mi primer fiel y más grande seguidor, te extraño mucho viejito, te extraño...”, le dijo a Yuyo, su padre quien atraviesa un delicado problema de salud. “Mamá: sé que estás mirando por ahí. Me llevó tener tres hijos varones para entender los sacrificios que hiciste por nosotros durante tanto tiempo. El esfuerzo, la dedicación, el amor en actos, la libertad de elegir, gracias ma”, agregó emocionado.
El cierre fue, otra vez en inglés, dirigido a su esposa Marianela Oroño (Manny) y sus tres hijos: Luca, Dante y Nicola. “Manny, Luca, Dante y Nico... Si tengo que elegir un momento para detener el tiempo es todo el tiempo que viajamos juntos y las cosas que hicimos. Gracias por todo, amo lo que somos, y amo lo que ustedes son. Gracias a todos”.
“Ha sido un placer. Gracias a todos por estar acá. Y por más aventuras juntos”, cerró dirigiéndose al auditorio y recibiendo una merecida ovación.
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