En las últimas décadas los ingenieros de pista tomaron un rol preponderante en la Fórmula 1. Son aquellos que arman las estrategias y su labor puede llevar al triunfo a una escudería. Hannah Schmitz es responsable de varios éxitos de Max Verstappen, actual campeón mundial y sólido líder del campeonato. Ella entró como pasante a Red Bull y desde hace tiempo se convirtió en el cerebro del equipo austriaco. Su perfil creció en 2022 y viene de ser el centro de un ataque en las redes sociales, donde la acusaron de armar una conspiración en contra de Lewis Hamilton en la última carrera.
El ingeniero de pista tiene la responsabilidad de determinar cuándo ingresar a boxes, qué compuestos de gomas poner y su diálogo con el piloto es constante, como si fuese una especie de navegante en el rally. Todo el tiempo le arroja información al corredor con datos de cómo viene el funcionamiento del auto y su diferencia con los otros competidores. Es ese profesional que ve cosas que no ve el resto de los integrantes de una escudería. Detalles que sus ojos clínicos le permiten detectar qué puede llegar a pasar en una carrera. Con el avance tecnológico de los autos, hoy, para ganar, hace falta algo más que tener un buen corredor.
Hannah Mc Millan (usa el apellido de casada) nació en Inglaterra, donde se ubican la mayoría de los equipos de la F1. Desde chica fue amante del automovilismo y le causó curiosidad cómo funcionaban los autos y por eso quiso estudiar ingeniería. Durante su adolescencia vivió los mejores años de Michael Schumacher, quien es uno de sus principales referentes. En 2004 el Kaiser logró su séptima corona y ella completó sus estudios secundarios en el Croydon High School en Londres. Se destacó en el waterpolo, pero su verdadera pasión siempre fueron los coches. Para estar vinculada al deporte motor estudió Ingeniería y en 2009 hizo una maestría en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Cambridge, en la que dirigió al equipo de carreras para autos con energía solar y participó del World Solar Challenge en Australia. Al poco tiempo logró una oportunidad en Red Bull y entró como pasante.
Participó en todos los títulos del team de la bebida energizante y trabajó -entre otros- con Sebastian Vettel (campeón de 2010 a 2013), Mark Webber, Daniel Ricciardo, el propio Verstappen y su compañero, Sergio “Checo” Pérez. “Comencé a trabajar en la dinámica de los autos, pero sentí rápidamente la conexión con las carreras y surgió un cambio de departamentos”, contó Hannah, que al año y medio de su ingreso en Red Bull fue ascendida al puesto de ingeniera estratégica senior.
Desde ese momento el equipo de Milton Keynes (Inglaterra) aprovechó el mayor potencial de Hannah. Conocida en el ambiente por ir a las carreras, su cara trascendió a nivel mundial en el Gran Premio de Brasil 2019, cuando llamó por radio a Verstappen en el giro 44 para cambiar gomas. En ese momento el neerlandés era el puntero y más allá de la posibilidad de perder el liderazgo con Hamilton, Hannah hizo un cálculo de tiempos exactos y eso le permitió a Max ganar en el Autódromo José Carlos Pace de Interlagos, en San Pablo. Por eso fue la elegida del equipo para subir al podio y recibir el trofeo de Constructores. Fue un día de gloria para Red Bull, ya que su escudería satélite, Toro Rosso (actual Alpha Tauri), logró el tercer puesto en pista con Pierre Gasly, que sobre la meta aguantó los embates de Hamilton. “Fue un momento increíblemente especial y el pináculo de mi carrera”, revela. “De hecho, acababa de volver a trabajar después de tener a mi primer hijo, así que eso fue algo muy importante para mí, demostrar que todavía estaba aquí y que podía hacer bien el trabajo. Fue simplemente una experiencia increíble”, reconoció en un artículo publicado por Red Bull.
Schmitz llegó a ser directora de estrategias y es una de las responsables del área junto a Will Courtenay, con quien se alterna el puesto en cada carrera. Ambos trabajan con un gran equipo de analistas que utilizan computadoras que procesan miles de simulaciones antes de cada carrera y en tiempo real de cada Gran Premio, lo que les permite saber con qué escenario se van a encontrar durante un fin de semana, pero todo puede cambiar con el desarrollo de una competencia con sus variables como las banderas amarillas y rojas, choques, penalizaciones y el clima poco confiable. Ahí es cuando cada decisión en pocos segundos puede definir un triunfo y en ocasiones, un título.
Ella se viene destacando carrera a carrera y este año en Mónaco también orquestó el plan de paradas en boxes que finalmente llevó a Checo Pérez a vencer y a Verstappen a conseguir un lugar en el podio. Fue un movimiento audaz y que llevó al Dr. Helmut Marko (ex piloto de F1 y asesor del equipo) a destacar su labor: “Todos fuimos excepcionales, pero si ganamos se debió principalmente a Hannah. Por supuesto que ella recibe mucha información, pero mantuvo la serenidad y esperó para tomar la decisión correcta. No solo nos permitió ganar con Checo, si no también poner a Max por delante de Charles Leclerc (Ferrari)”.
En Hungría puso a prueba su rapidez de pensamiento bajo presión. Verstappen largó décimo e hizo un cambio de último minuto para comenzar la carrera con neumáticos blandos (más rápido se adhieren al asfalto, pero tienen mayor degradación). Hannah eligió el compuesto opuesto al que empleó la mayoría para el arranque, que fue el duro. Esta estrategia le permitió superar a sus rivales y conseguir una victoria que en la previa era poco probable. Pero Max lo logró y amplió su liderazgo en el campeonato. Luego elogió a Schmitz y dijo que es “increíblemente tranquila”.
Sobre su decisión en el Hungaroring, contó en el programa Any Driven Monday de Sky Sports F1 que iniciar la competencia con el compuesto blando no era el plan original: “Desde esas posiciones, una de las estrategias quizá más clásicas es comenzar con el neumático más duro y durar mucho más, especialmente porque adelantar es mucho más difícil en Hungría, así que ese era nuestro plan. Pero también habíamos hablado mucho antes de la carrera sobre si las condiciones eran un poco húmedas y muy frías que podríamos considerar el neumático blando como la alternativa, porque podría ser mejor en esas condiciones”.
“En la grilla, ambos pilotos (Verstappen y Pérez) expresaron claramente que apenas tenían agarre a pesar de que ya estaban con el neumático blando. Los ingenieros de pista dijeron ‘no creemos que los neumáticos duros sean una buena idea’. Todos tuvimos una larga discusión al respecto con Christian Horner (jefe de Red Bull) también y decidimos cambiar a los neumáticos blandos. Nuestra preocupación era si podíamos progresar lo suficiente en ese primer relevo para que valiera la pena, pero obviamente ambos pilotos hicieron un gran progreso, así que realmente lo fue”.
Subrayó que “en realidad, fue una de las mejores carreras de la temporada. Solo porque creo que comenzar décimos en Hungría no era algo que esperábamos en absoluto. Estaba pensando que tal vez podríamos subir al podio. Incluso, una tercera o cuarta posición fue lo mejor que salió de las simulaciones. Fue extremadamente emocionante. Realmente no fue hasta el final de la carrera que pensé: ‘¡Vaya, en realidad podríamos ganar esto!’”
La rápida reacción y adaptarse a diversos escenarios se logra con nervios de acero. Ese marco de presión genera mucha adrenalina. “Creo que es increíblemente emocionante. Te sientas en el borde de tu asiento cuando tomas esa decisión en una fracción de segundo”, aseguró la ingeniera. “Entonces tienes quizás 20 segundos, lo que no suena como cualquier tiempo, pero en una carrera, estar sentado esperando para ver si tu decisión ha valido la pena puede parecer una vida”, destacó.
“Creo que mantener la calma es uno de los atributos más importantes de un estratega”, dice Schmitz. “Un consejo que alguien me dijo una vez es que, si volteas las manos, con las palmas hacia abajo, te ayuda a ser más claro y autoritario en lo que dices”, destacó.
En la mañana de un día de carrera normal, Schmitz asiste a las reuniones con los pilotos, otros ingenieros, Adrian Newey (responsable técnico) y Horner, quien es el que tiene la última palabra, pero suele aceptar la estrategia ofrecida por Hannah y su equipo.
En cada carrera Schmitz trabaja con su equipo en una sala al estilo de la NASA. “Podemos estar escuchando la radio de cada equipo, podemos estar viendo las imágenes a bordo de cada equipo, podemos ver todos los números en detalle y pasar eso al muro de los boxes en segundos (el llamado “kiosco” que es donde se ubican Horner, Newey, ella o Courtenay según como se alternen). Es como estar en la misma habitación. No hay demora”, aseguró.
Sin embargo, más allá de que hoy Hannah es vital en el éxito de Red Bull, le tomó tiempo ganarse la confianza necesaria, algo que ella espera que no sea lo mismo para las mujeres que siguen sus pasos. “Creo que hay muchas personas que inicialmente tal vez no tengan la confianza en ti para hacer el trabajo”, aseveró. “Como estratega, tienes que decirle a mucha gente qué hacer y tienen que escucharte, por lo que está construyendo esa confianza y creo que, como mujer, desafortunadamente eso fue más difícil, pero ahora tengo ese respeto y espero que otras mujeres jóvenes que quieran entrar en el automovilismo vean que puedes hacerlo, que puedes aceptarlo y veremos más diversidad”.
En la última carrera disputada en Países Bajos estuvo bajo la lupa por el repentino abandono de Yuki Tsunoda, quien primero acusó problemas en las ruedas traseras al salir de boxes, luego volvió a ingresar, le ajustaron los cinturones de seguridad, y al regresar a pista el japonés volvió a manifestar problemas con la suspensión y desde boxes le dijeron que abandonara. Ello obligó a la intervención del auto de seguridad virtual para retirar su Alpha Tauri (equipo satélite de Red Bull). La neutralización de la carrera favoreció a Verstappen, ya que le permitió hacer una segunda detención para poner neumáticos frescos. Mientras que Hamilton y Russell perdieron la ventaja que se esperaba que tuvieran si la carrera hubiera continuado en condiciones normales y sin una detención adicional.
Luego se confirmó que el piloto y el equipo no supieron en ese momento qué estaba mal en el coche y por una medida preventiva obligaron la deserción. Aunque el episodio llamó la atención y durante la transmisión las cámaras captaron a Hannah sonriendo. Ahí comenzó una persecución en las redes sociales, en especial los fanáticos de Hamilton, que acusaron una supuesta conspiración entre los equipos Red Bull y Alpha Tauri, con insultos dirigidos a Schmitz.
Este lunes Alpha Tauri emitió un comunicado repudiando esos dichos y respaldando a la ingeniera: “Es increíblemente desalentador leer algunos de los comentarios dirigidos a nuestro equipo y a la Jefa de Estrategia de Red Bull Racing, Hannah Schmitz. Este tipo de comportamiento odioso no puede ser tolerado, y las acusaciones de juego sucio son inaceptables, falsas y completamente irrespetuosas tanto para Hannah como para nosotros”.
“Siempre hemos competido de forma independiente, justa y con los más altos niveles de respeto y deportividad. Yuki tuvo una falla que el equipo no detectó de inmediato y le llevó a detenerse en la pista. Sugerir algo diferente es insultante y categóricamente incorrecto”, concluyó el mensaje.
Desde hace 30 años que una piloto no corre en la F1 y la última fue la italiana Giovanna Amati. Pero cada vez son más las mujeres que trabajan y se destacan en la F1. Hannah Schmitz es una de las abanderadas y su labor es clave al punto que inspira a que otras profesionales puedan sumarse a la Máxima.
SEGUIR LEYENDO