Con un tenis muy intenso, de gran energía y sin prácticamente fisuras, el estadounidense Frances Tiafoe venció este lunes al español Rafael Nadal, que se despidió en los octavos de final del Abierto de Estados Unidos tras caer por 6-4, 4-6, 6-4 y 6-3 en tres horas y 34 minutos. Rafa se había acostumbrado a las remontadas en este torneo, pero en esta ocasión no funcionó la épica en un partido cerrado, de contadas opciones de romper el saque y en el que su rival se mostró más afilado en los momentos clave.
De 24 años y número 26 del mundo, Tiafoe se enfrentará en cuartos al ruso Andrey Rublev, que ocupa la posición 11 de la ATP y que pasó por encima del británico Cameron Norrie por un triple 6-4 en dos horas y 26 minutos. En el horizonte hipotético de las semifinales, Tiafoe, hijo de inmigrantes de Sierra Leona en EE.UU. y finalista este año en Estoril, podría cruzarse con el español Carlos Alcaraz.
Las eliminaciones de Daniil Medvedev (número uno del mundo) y de Nadal (segundo) abren la posibilidad de que Alcaraz (cuarto) se ponga al frente de la ATP, pero para ello debe proclamarse campeón del Abierto de EE.UU. El noruego Casper Ruud también pretende alcanzar el 1 del ranking y para ello deberá consagrarse campeón o bien, terminar en una mejor instancia que Alcaraz.
No se asustó Tiafoe por medirse en la pista central al cuatro veces ganador en Flushing Meadows. En un duelo marcado por el calor y la humedad (ambos jugadores sudaron abundantemente desde el primer punto), Tiafoe arrancó valiente con su derecha y seguro para conservar su saque pese a que tenía problemas para meter su primer servicio. Tampoco se cortó en subir a la red, pero ahí Nadal le frenó con facilidad con un contundente juego desde el fondo de la pista.
Con el set igualado 3-3, Nadal cometió varias imprecisiones seguidas y abrió la puerta para el quiebre de Tiafoe. El estadounidense se agarró a esa ventaja, la conservó con serenidad desde el servicio y cerró el primer set con una volea tras 54 minutos. Nadal se retiró a los vestuarios antes de empezar la segunda manga en un extrañamente largo parón que duró casi 10 minutos, sin que el juez de silla explicara la razón y que, según la cadena ESPN, se debió a problemas en sus muñecas.
El guion del partido continuó inalterable con un dominio absoluto de los servicios sin opciones para la rotura. Tiafoe seguía jugando con una asombrosa soltura y con una enorme confianza, lo que limitaba al mínimo los errores frente a un Nadal también muy sólido. Con las fuerzas totalmente equilibradas, el momento clave llegó con 4-5 para Nadal cuando Tiafoe, en un punto que tenía controlado, dejó botar una pelota pensando que iba fuera pero esa bola acabó entrando por un pelo.
Sobre ese error de cálculo construyó Nadal sus dos primeras bolas de quiebre en toda la tarde (tras una hora y 45 minutos de partido) y finalmente se adjudicó el segundo set por una doble falta de Tiafoe.
DETALLES MINÚSCULOS
El duelo parecía destinado a decidirse por detalles minúsculos ya que los dos jugadores solucionaban sus turnos al saque con autoridad. A mediados de la tercera manga, Tiafoe tuvo su segunda bola de quiebre en todo el partido y no la desaprovechó: mandó un revés paralelo a la línea y se colocó 4-3. Para entonces ya tenía al público neoyorquino en el bolsillo, sentía que la energía del momento estaba de su lado y sabía que era ahora o nunca. Cuando le llegó el turno de sacar para ganar la tercera manga (5-4), Tiafoe dudó levemente con una doble falta. Pero a ese momento de tensión respondió de forma admirable y finiquitó el set tras 47 minutos con dos saques directos y una fantástica derecha paralela en carrera.
Obligado una vez más a recurrir a la épica, Nadal trató de agitar el partido y de recuperar parte de la garra y la chispa perdidas. Empezó regular el cuarto set con 0-30 en contra, pero se sacó de la chistera una espléndida derecha a contrapié, lanzó al cielo neoyorquino su primer gran grito del día y pidió al público ánimos y fuerzas para imaginar una remontada a cinco sets. La cuarta manga tuvo poco que ver con las anteriores y en esta sí se sucedieron las roturas de saque. El primero que vaciló fue Tiafoe, frustrado con el ruido que hacía el techo al cerrarse por la lluvia y que falló un remate cantado hasta entregar el quiebre (1-3).
Sin embargo, Nadal no pudo consolidar esa ventaja y también perdió el saque en el siguiente juego (2-3). Con el partido ya lejos de la seguridad en el servicio de las anteriores mangas, Nadal entregó nuevamente su saque (4-3) y ahí puso la directa Tiafoe para certificar, con un nuevo quiebre, la victoria más importante de su carrera hasta el momento.
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Con información de EFE.