Las revelaciones de la autora del libro sobre la era Bartomeu: las últimas horas de Messi en Barcelona y la vez que Gallardo estuvo más cerca

Marta Ramón es una prestigiosa periodista que profundizó en la crisis del conjunto culé y publicó “El Legado envenenado de Bartomeu”, con los detalles de la debacle de la que la institución busca salir

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Marta sigue una tradición familiar
Marta sigue una tradición familiar (su padre trabajó para la televisión catalana), pero publicó su primer libro con una investigación sobre el dirigente que marcó al Barcelona, Bartomeu

Marta Ramón Gorina es una muy prestigiosa periodista que trabaja en la radio más escuchada de Cataluña y anteriormente pasó por la Televisión Española (TVE) y por la Cadena SER. Su pasión tiene lógica porque su padre cubrió para TV3 (la televisión estatal catalana) las negociaciones del ingreso de España a la Unión Europea y también al euro como moneda, y por eso viajaba mucho a Bruselas, a la sede de la Unión Europea. Su madre, a cargo de una tienda, es historiadora y tiene publicados varios libros de historia local. Marta es una referencia a la hora de cubrir la información del día a día del Barcelona y es autora del libro “El Legado envenenado de Bartomeu”, donde cuenta cómo este presidente cambió negativamente la dinámica del club y se refiere al rol de Lionel Messi, la posibilidad de que Marcelo Gallardo fuera entrenador del equipo, el costado argentino del “Barça-Gate” y una enorme cantidad de peripecias que tuvo que atravesar para ir detrás de la información durante estos turbulentos años del Barcelona.

-Tu libro hace mucho hincapié sobre la figura de Josep María Bartomeu y su lastre en el Barcelona. ¿No crees que más que hay errores que cometió en la presidencia del club como un plan para llevar al Barcelona a constituirse en sociedad anónima y con el paso del tiempo entrar luego con sus amigos a administrarlo?

-Yo no tengo pruebas de eso. Yo sinceramente pienso que es gente muy mediocre y muy poco preparada para algo así.

-Pero suele ser gente que viene de las mejores escuelas de administración, como ESADE, que es una de las más prestigiosas de España.

-Sí, eso es una paradoja, pero yo no creo que la mala praxis de Bartomeu sea fruto de algo planificado como hacer a largo plazo del club una entidad estructuralmente diferente. No creo que fuera un plan pensado para desarticular una manera de interpretar la idiosincrasia del Barça. Yo creo que, simplemente, era un hombre que no estaba preparado para ser presidente del club, que llega al cargo por accidente, que después le toma un poco el gusto, pero que no tiene la capacidad de liderazgo ni el carisma para serlo, que no tiene un plan, que tampoco sabe rodearse de los mejores profesionales en ninguno de los ámbitos en los que los necesitaba, y que además, abandona el modelo futbolístico de Johan Cruyff, aunque siempre intenta recurrir a la etiqueta cruyffista de cartón-piedra, como al presentar a los nuevos entrenadores, cuando sacaba a relucir que eran cruyffistas como si él creyera en eso.

-Sí, esto es raro porque en algún momento estuvo ligado al anti cruyffismo…

-Sí, en algún momento hizo declaraciones anti cruyffistas antes de ser presidente y en una entrevista, cuando formó parte de una moción contra el actual presidente Joan Laporta en un anterior mandato, lo marca clarísimamente cuando dice que echar a Laporta es echar a Cruyff del Barça. Bartomeu es un rara avis y es una persona que no debería haber sido presidente del Barça y muchos menos por tanto tiempo. Fue un accidente y realmente se ha demostrado que no era la persona adecuada.

-Lo del plan también lo mencionaba porque Bartomeu era un “Rosell-Boy”…

-Sí, es que lo era, pero hay una tendencia a unificar a (Sandro) Rosell con Bartomeu como un todo, un continuum, que si bien es verdad que ideológicamente son lo mismo, aunque podías estar de acuerdo o no con la manera de ser de Rosell, pero él tenía una línea a seguir. Quería ser presidente, se había preparado durante mucho tiempo para serlo, tenía unas ideas que podían gustar más o menos, y por ejemplo la parte económica del club estaba bien estudiada y preparada. Creo y sé que por algunas decisiones que se tomaron luego con Bartomeu (su continuador cuando él dejó el cargo), a él no le gustaba la deriva del club, más allá de que Rosell apuesta por Bartomeu y en el inicio de su mandato sí que hay una influencia de Rosell, pero eso se diluyó cuando Rosell acaba en la cárcel y hay un distanciamiento y al final, Bartomeu acaba haciendo lo que él cree y tiene su propio relato. Ideológicamente provienen del mismo tronco, pero luego hay una separación y Bartomeu es otro camino.

-¿Cómo definirías ese camino?

-Más improvisado y menos profesional. Se pone en manos de los jugadores. Les da todo lo que tiene y lo que no tiene para que estén contentos…

-Se habla de un carácter pusilánime.

-Totalmente. Era cobarde. Dependía mucho del “qué dirán”. Incluso se mostraba cruyffista por eso. Y por el “qué dirán” se tomaron muchas decisiones. Muchísimas. Él estaba siempre en permanente equilibrio de no enfadar al vestuario. Ergo, no enfadar a Messi.

Marta Ramón: "Creo que Bartomeu
Marta Ramón: "Creo que Bartomeu era un hombre que no estaba preparado para ser presidente del club"

-Y al final, termina enfadándolo como nadie. Porque llegó a decir, por ejemplo, que le mintió cuando fue aquello del burofax. Una de esas mentiras fue la de Griezmann, cuando Bartomeu le dijo que no iba venir al Barcelona y al final, vino.

-Sí. Lo de Griezmann es una mentira, lo de que Messi es dueño de irse cuando quiera pero luego se lo quiere impedir. Y hay más. Lo que pasa es que en el libro no lo incluyo porque a veces tienes indicios pero faltan más pruebas. Pero también mintió en temas económicos, pagos que no se hacían al día y luego se toman decisiones como la de Griezmann cuando no te han pagado lo que tenían que pagarte.

-Luego estuvo también el llamado “Barçagate”, contratando empresas que hablaban mal de la mujer de Messi o de Piqué o del candidato presidencial Víctor Font. ¿Esto en qué quedó?

-En sede judicial hay trabajadores de la empresa “I3Ventures” que apuntan directamente al brazo ejecutor de Josep María Bartomeu que es Jaume Masferrer, lo digo en el libro. Él era quien encargaba la lista de periodistas, personajes, etc, como objetivo, y el tipo de estrategia que tenían que seguir se trataba con este hombre.

-¿Cuál sería el sentido de atacar a Messi, teniendo que ganar títulos y siendo él necesario para esos fines? No parece tener una lógica.

-Ninguna. La interpretación que hago yo es que si tú rebajas un poco o si generas ciertas nubes en el paisaje de los otros poderes que realmente mueven al club… Porque Messi era el Dios del Barcelona durante muchos años, Piqué es un símbolo para el barcelonismo. Si tú echas un poco de oscuridad o los cuestionas, y diriges un mensaje sólo favorable a Bartomeu, de algún modo, en su imaginación, su figura sale fortalecida mientras las otras se rebajan un poco. Es como intentar equilibrar, porque observaban que en las redes sociales había mucho mensaje de castigo a Bartomeu, la idea fue intentar castigar a los otros y ensalzar a Bartomeu porque el presidente tenía que aguantar hasta 2021 y le estaban cayendo palos de todas las partes.

-Cuentas en el libro que para la campaña electoral de 2015, aprovechando el título de Champions League de Berlín, el lema de Bartomeu fue usar las tres B (Bartomeu, Bueno y Barcelona). O sea que esto de ensalzarse él ya parece que venía de antes.

-Sí, está esa grandilocuencia que concuerda con la manera de hacer de Masferrer, que era su estratega y había formado parte de la campaña de Rosell en 2010, y aunque hubo desavenencias y Rosell terminó trabajando con otra persona, no acaban mal. Masferrer tiene una agencia de relaciones públicas y encuestas, y de manera externa sigue colaborado con el club y recibiendo dinero, pero el peso lo adquiere cuando Rosell sale, por llevarse mejor con Bartomeu, que es quien toma la posta como relevo, y todavía gana más poder cuando lo asesora en las elecciones de 2015 y ganan. Allí se convierte en su mano derecha, aunque no oficial. Es un hombre clave para entender todo. Este hombre lo sabía todo y había directivos que no sabían nada.

Marta Ramón con su libro
Marta Ramón con su libro

-Lo que parece imposible es que Bartomeu no supiera nada de la campaña contratada para hablar mal de Messi o Piqué, siendo presidente del club.

-Es imposible, desde mi punto de vista. Pero creo que queda demostrado, por todo lo que sabemos hasta la fecha, que Masferrer estaba al corriente de todo y que Bartomeu, hasta cierto punto, también, pero tan al detalle, es difícil de demostrar. Entonces sigue su curso judicial, sigue en fase de instrucción hasta julio y a ver qué pasa, pero no es un buen síntoma que la jueza de instrucción, Alejandra Gil, haya cerrado la vía de Jaume Roures (que como es un hombre poderoso, dueño de la empresa “Mediapro”, mete un juicio por calumnias e injurias por haber sido atacado también en las redes sociales) y sostiene que no se puede demostrar que haya habido un ataque premeditado.

-Raro, ¿no? Porque parece que hay documentación contundente.

-Sí, es una madeja porque también se meten cuestiones políticas.

-En el “BarçaGate hay un costado argentino también.

-Sí, la verdad es que no se sabe mucho de eso. Lo que genera mucha curiosidad aquí es por qué un trabajo por el que si realmente contratas a una empresa para hacer un estudio de lo que dicen las redes del Barcelona, del entrenador, del presidente, hay cincuenta mil empresas en España, ¿por qué vas a buscar esta empresa en Argentina? No es normal. Y además, cuando empiezas a tirar un poco del hilo, esta empresa juega un papel raro para generar ciertas reacciones en elecciones en países sudamericanos… Nos llama la atención. Hay voces en la junta directiva que lo han dicho públicamente, que el vínculo era con Madrid, entre Jaime Malet y la ex vicepresidente de Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría. Yo insisto en que hay un hilo político, pero no sabemos a día de hoy qué pasó con ese hilo, y no sé si lo vamos a saber nunca porque, además, el contexto político entre Cataluña y España tampoco ayuda. Porque han pasado muchas cosas y el Barcelona no es lo más bestia que ha pasado.

-El Barcelona siempre estuvo ligado a la posibilidad de la independencia de Cataluña.

-Sí, El Barcelona siempre estuvo relacionado a su rol de símbolo de un Estado que no tiene reconocimiento internacional y que está siempre en la dicotomía de si la población quiere o no quiere ser independiente de España, y ese rol es un poco complicado a veces, porque hay socios del Barcelona que son independentistas y hay otros que no lo son, pero tradicionalmente, siempre ha sido una entidad catalanista. Y entonces quienes han dirigido al Barcelona han tenido que estudiar bien dónde está su peso y su papel. En el caso de Laporta es un independentista declarado, sin complejos, y en cambio Rosell y Bartomeu no se mojan tanto y estuvieron a cargo del club en los momentos más reivindicativos del independentismo y tienen ese papel de “hasta dónde llego”. Con Rosell, la “Vía Catalana” pasó por el Camp Nou, aunque si le preguntas a un independentista radical qué se hizo con Rosell y la respuesta será “nada”, comparado con lo que habría podido hacer, pero por ser quien era él, ha hecho mucho. Claro, desde Madrid se quisiera que el Barcelona fuera un club de fútbol neutro, sin injerencias políticas de Cataluña y por ahí va un poco el intentar controlar de algún modo el discurso que pudiera dar el Barcelona en determinados momentos.

-Como que entonces Bartomeu también articuló la manera de no confrontar con Madrid.

-Sí, fue muy criticado lo que pasó el 1 de octubre (día de la votación en favor del referéndum por la independencia) y es bastante simbólico de la manera de hacer de Bartomeu, que al final hizo lo que quería el vestuario, que era jugar el partido para no perder los puntos, y no lo que se había pactado, y siempre por ceder con los jugadores cuando fue una vergüenza porque nos estaban pegando en las calles y estaba vacío el Camp Nou. Yo me acuerdo que algunos periodistas que estábamos en la puerta, llorábamos porque nos habían pegado a familiares, habíamos pasado miedo durante el día y hasta alguno recibió golpes. Yo penaba “¿qué estamos haciendo aquí?”. Es lo más bestia que he vivido. Estaba en la calle protegiendo un colegio electoral sabiendo que dos cuadras más abajo le estaban pegando a la gente. Pensaba en proteger a las abuelas porque iban a venir a pegarles. Fue demencial lo de ese día. Y no tenía vinculación, era una reivindicación democrática. Pero vuelvo a lo de siempre: allí el que quedó mal es Bartomeu, porque él es el presidente del Barcelona y el que se tiene que plantar y decir “acá no se juega”, pero él afloja.

Marta Ramón en la conferencia
Marta Ramón en la conferencia de prensa de la despedida de Messi del Barcelona

-Algo muy particular del Barcelona de este tiempo es que tuvo dos presidentes consecutivos que fueron a parar a la cárcel, Rosell y Bartomeu. Y el día que éste fue detenido lo contás muy bien en tu libro.

-Ese día yo estaba en el consultorio médico. Era mi día libre. Y dejé al médico allí plantado (risas). Me tuve que ir corriendo al Camp Nou. ¿Y qué me dijo el médico? “Marta, te veo un poco nerviosa, ¿qué te pasa?”, y le dije “nada, que acaban de detener a Bartomeu”, me dijo “¿Cómo?” y le dije “sí, tal cual lo está escuchando. Acabemos la consulta rápido que me tengo que ir, que me están llamando de la radio”.

-Qué época tan ajetreada…

-Muy duro. Han sido años apasionantes periodísticamente, pero estoy muy cansada (risas) porque el Barcelona no para, y eso no es nada. Cuando fue lo del burofax de Messi yo estaba en la playa. Yo estaba de vacaciones y con una amiga en la playa. Salgo del agua y se me ocurrió mirar un momento el teléfono celular, y veo un mensaje de mi padre que sólo decía “Messi” y me imaginé, porque ya sabíamos porque teníamos un poco de ruido de los días anteriores. Ni te digo lo que eran los grupos de Whatsapp del trabajo. Estaban a reventar. Le dije a mi amiga “Me tengo que ir” (risas). Y mi amiga me dice “¿cómo? Pero si estás de vacaciones” y le dije “he dejado de estar de vacaciones en este momento”. De hecho, conduje desde la playa a la radio e hicimos un programa. Me salté un radar, me llegó una multa, que es la segunda por culpa del Barcelona, porque la anterior fue aquella del día de la detención de Bartomeu a la salida del médico por exceso de velocidad.

-Casi que le tenés que pasar esas multas a Bartomeu.

-Casi.

-Una pregunta maliciosa sería sobre la masa salarial, porque como bien contás en tu libro, Messi se llevaba el 22 por ciento del total de los jugadores. Todo lo del “Barça-Gate”, el enfado de Messi al traer a Griezmann, no sería un intento por sacárselo de encima para reducir costos, aprovechando su veteranía?

-Sí es cierto que el desprestigio hacia Messi no fue una maniobra intencional a cara descubierta pero sí que existía algo de eso por el poder que tenía, por lo que cobraba, por lo que significaba a nivel económico, pero al final también eran conscientes de que sin Messi se les caía el chiringuito. Messi provocaba reacciones a su alrededor que a veces eran personas anticipando lo que él pensaría o lo que él reaccionaría y que a veces no llegaba a verbalizar. Había un exceso de interpretación, y a veces hasta él podía pensar que nadie le había preguntado si quería o no. El poder de Messi en el Barcelona era evidente, y con un presidente tan débil, lo tapaba todo. Y Messi aguantaba el club pero también era agobiante para él hasta cierto punto. Todo el peso recaía en él.

-Así y todo, él se va llorando y no se quiere ir.

-Bueno porque cuando él se va, hizo un proceso durante el año de ver que hay un cambio en el club, que los dirigentes cambian, que ahora hay alguien en quien confía más, lleva meses hablando con el nuevo presidente, piensa que han encontrado una fórmula y un camino para continuar. El problema es el hecho de que no firmara la renovación cuando tocaba hacerlo generó un problema muy gordo: que su contrato no cuenta como una renovación sino como un contrato nuevo, de cero y eso multiplica la dificultad de inscribirlo por el volumen de ese contrato por más que se bajara el sueldo e hiciera mil historias, tampoco lo podía rebajar tanto porque la Liga desconfía de un contrato excesivamente rebajado de lo que cobrabas antes. Y eso es herencia de Bartomeu. Pero tiene sus razones para estar enojado con Laporta porque se siente engañado.

-¿Pero fue un engaño o a Laporta los números no le daban?

-Los números no le daban y para que le dieran los números tenía que aceptar la propuesta de CVC (una empresa que hizo a la Liga una propuesta de compra a muchos años de los derechos de TV a cada equipo) y no aceptaron esta propuesta y entonces fue imposible inscribir a Messi. Y la sensación de engaño que puedan sentir Messi o la afición es en el sentido de la generación de expectativas porque Laporta decía “conmigo Messi va a continuar”, que fue una frase que hemos escuchado desde la campaña. Y además, todos pensamos que ese día, Messi venía a firmar el contrato. Y eso tiene otra historia (risas).

-Contá, contá…

-El Barcelona jugó un amistoso que no recuerdo si era en Stuttgart o Salzburgo, en verano y antes de tomar el avión yo recibo un par de imputs diciendo “ojo que esto se está poniendo un poco raro”. Yo hablo con una fuente relacionada con Messi que me dice que no tiene conocimiento de que la cosa vaya mal, entonces pensé que todo seguía su curso, pero me quedé un poco intranquila porque una semana antes, otra persona me había echado un poco la duda y llevábamos un mes y medio que ya estaba hecho y no se firmaba. Con esa inquietud me tomé el avión de regreso. Llegamos a Barcelona, abro el celular y veo “Messi se va, el Barcelona no puede pagar”. Y el teléfono celular casi se desintegra (risas). Y además estábamos aterrizando y yo automáticamente me desabroché el cinturón y me quería bajar y la azafata me dice “pero todavía no terminamos de parar, siéntese señora” y me empezaron a llamar desde la radio y otro programa especial de Messi y yo llamando a distintas fuentes y todo desde la cola de los trámites porque encima era una época que pedían certificados de COVID-19 y yo con la valija a cuestas, llega el comunicado del Barcelona que da por terminado todo. Y le dije al taxista que tomé, que salga corriendo para la radio. Y el taxista no lo podía creer. Le dije “Sintonice Rac-1″. Creo que entré en directo desde el taxi. Ese taxista se dio una panzada (risas). Y había fuentes del Barcelona que esa mañana aseguraban que estaba todo hecho. Cambió en cuestión de horas y lo sabía un círculo muy pequeño.

-¿Y lo de CVC y los derechos de TV era tan así? ¿No quisieron esclavizarse a tantos años?

- Yo creo que no había un plan. No sé si influyó o no esa discusión final entre el padre de Messi, su abogado, Laporta y tres o cuatro personas más, en la que hubo mucha tensión.

-También estuvo lo de Luis Suárez, muy amigo de Messi, y la forma en que le comunicaron que no contaban con él. Ronald Koeman, el entrenador de entonces, ahora reconoce que no fue una idea de él sino que tuvo que cumplir una orden.

-Fue una orden. Es un tema que se decide en los despachos. Koeman es el ejecutor. Lo de Suárez es un tema, sobre todo, económico y de rendimiento deportivo también. Para poder pagar a Messi, tenía que saltar Suárez, por el nivel de salario. Eso no creo que haya sido para enojar a Messi. Además, Suárez era una persona incómoda para la junta directiva porque podía presionar.

-Se conocen dos veces en las que Messi se quiso ir del Barcelona. Una fue aquella en la que Tito Vilanova lo convenció de quedarse, y la otra fue la conocida del burofax. ¿Hubo alguna otra?

-Tendría que repasarlo. La de Vilanova fue cuando se montó aquel escándalo de la deuda con Hacienda. Yo creo que en el tema de Hacienda hubo dos veces que se quiso ir. Está la que dijimos y la posterior cuando alió la campaña “Todos somos Messi”, en la que participó Masferrer (que enojó a la familia porque una vez que se había pasado página, otra vez se comenzó a hablar del tema). Messi tuvo dudas en dos momentos diferentes.

Bartomeu llegó a decir que
Bartomeu llegó a decir que estaba dispuesto a dimitir para que Messi siga en el Barcelona

-Más reciente fue aquella de Eric Abidal, como director de Fútbol, cuando dice algo así como que en el plantel hay gente que no se entrena con las mismas ganas pero sin dar nombres, que motivó una dura respuesta de Messi como capitán.

-Eso yo creo que fue Abidal y su torpeza por decirlo, pero sí que es fruto de algo más meditado. O sea, lo que acaba verbalizando Abidal, no lo piensa sólo él, sino que lo piensa más gente.

-Volviendo a Bartomeu, es el presidente de los mil millones de euros de ingresos que pasó a los 1350 millones en rojo en poco tiempo. ¿Cómo crees que se reconstruye algo así? ¡No terminará siendo una sociedad anónima como la gran mayoría de los clubes que participan en primera y Segunda en España?

-Yo creo que el Barcelona quiere escapar de eso, quiere mantener su identidad y creo que esta junta directiva va a luchar para preservar esta identidad pero es muy difícil de conseguir cuando tienes a Goldman Sachs encima, cuando tienes fondos de inversión interesados en un 49 por ciento de empresas tuyas y que están a tu control. Creo que la línea entre lo que es una cosa o la otra es muy fina, porque los socios van a ser cada vez menos propietarios del club si tienen que refinanciar la deuda a través de Goldman Sachs, si tienen que hacer mil operaciones de equilibrio con agentes externos que quieren sacar un rédito con el club. El nivel de propiedad y soberanía que han tenido los socios en el club se verá un poco menguado. El tema es hasta dónde llega el control con los sistemas estatutarios de siempre, la asamblea de compromisarios, pero pienso que el Barcelona sigue siendo muy democrático para el contexto actual. Es algo muy raro, extraordinario, y no sólo en España sino en el mundo.

-En la asamblea en la que se votó a Spotify como sponsor, hubo muchas quejas sobre que no se consultó mucho a los socios.

-Las condiciones del acuerdo no se dieron y es algo que no está bien, pero se excusaron con las cláusulas del contrato que impuso Spotify, pero nosotros, desde Rac-1 contamos las cifras, el diario “Sport” las contó, pero oficialmente no se dieron a conocerlas cifras a los socios, seguramente por miedo a perder ese contrato. Lo más raro es que hubo un comisionista en esta operación, Darren Dein (agente inglés de futbolistas), que no sólo se llevó un dinero por la operación, algo poco común en el Barcelona, sino que Laporta pidió un aplauso para él.

-Hablando de comisionistas, me hiciste acordar de André Cury, quien trabajaba a salario en el Barcelona en tiempos de Bartomeu por sus conocimientos del mercado brasileño y por haber contribuido al pase de Neymar, pero que en ese tiempo cerró la transferencia de Vinicius Jr al Real Madrid.

-Él dijo en alguna entrevista posterior que con el pase de Vinicius lo engañaron, lo instrumentalizaron, que al fin y al cabo, es su versión. Pero es claro que en su caso, había un conflicto de intereses evidente, pero le estuvieron pagando los favores del pase de Neymar por muchos años.

-Cuando el Barcelona contrató como entrenador a Quique Setién en lugar de Ernesto Valverde, desde Argentina se dijo que con Marcelo Gallardo estaba todo cerrado pero que al final él no quiso ir por estar metido en la temporada con River. ¿Esto fue así?

-Cerrado no lo sé, pero que se habló con Gallardo, sí. Yo no tengo la información de que estuviera tan cerrado.

-¿Y más de una vez estuvo en la lista de entrenadores a contratar?

-Sí, dos veces. Una fue ésta de cuando llegó Setién y la otra, antes de Koeman sé que hubo una tentativa, pero la más fuerte fue cuando llegó Quique Setién, pero había distintas opciones, en el Barcelona había mucha gente intentando imponer entrenadores, por lo que es muy difícil decir “era éste el candidato”. El favorito era Xavi, al que visitaron en Qatar y hubieran querido que no se supiera nunca y posiblemente habrían seguido con Valverde hasta que asumiera.

-Y Valverde cae más por las derrotas en la Champions League que por aquella caída ante el Atlético Madrid en la Supercopa…

-Sí, hubo un degaste en el verano porque había gente en el club, en los despachos y en el vestuario que creen que después de Anfield (cuando cae 4-0 ante el Liverpool luego de ganar 3-0 en la ida de semifinales), se necesitaba un cambio, la decisión de seguir con Valverde es de Bartomeu y si bien no lo he podido comprobar, dicen que hay una reunión con Messi. Es verdad que públicamente Messi exculpa a Valverde de lo ocurrido en Anfield y con mucha claridad, y comienzan la nueva temporada con Valverde pero el juego no mejora, y el clásico del Camp Nou contra el Real Madrid decepciona mucho a todos, y entonces en el vestuario, hay gente que empieza a remar a favor de que haya un cambio y que ese cambio sea Xavi. Y Bartomeu ve desde el palco que si ficha a Xavi, desactiva el argumento electoral del candidato opositor, que en ese momento era Víctor Font y era un win-win, porque además, tranquilizaba al vestuario. Tras la Supercopa de Arabia Saudita y tras la derrota ante el Atlético, Bartomeu tiene una reunión con los capitanes, que no se juegan pero tampoco salvan la cabeza de Valverde, y Messi no estuvo allí, porque ya no estaba bien con el presidente y no quería saber nada de reuniones ni de verlo.

-¿Estuvo como un año sin hablarse con Bartomeu?

-Yo creo que después del burofax, nunca más.

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