El actual promotor y ex boxeador mexicoamericano, Óscar de la Hoya, es una de las figuras recordadas entre la afición mexicana. A pesar de que tiene doble nacionalidad, dentro del boxeo azteca es uno de los campeones que se llevó el reconocimiento del público.
Su pelea contra Manny Pacquiao, la cual marcó su retiro oficial del deporte de los puños y guantes, dejó una negativa sensación para el público pues el Golden Boy no logró terminar la pelea y al noveno round abandonó la contienda.
Ignacio Beristáin, el entrenador que apoyó a De la Hoya, jugó un papel fundamental en la decisión de acabar la pelea con anterioridad pues ya había notado las lesiones que cargaba Óscar. Recientemente Nacho Beristáin se encargó de recordar aquella vivencia y cómo es que tomó la decisión de parar el combate.
En entrevista con Erik Terrible Morales para el podcast Un Round Más, el entrenador miembro del Salón de la Fama explicó qué lo orilló a tomar aquella decisión y cuál fue la reacción del peleador y de su familia.
La pelea se protagonizó en el MGM Grand Hotel de Las Vegas, Nevada, Estados Unidos. Óscar de la Hoya llegó al ring con 35 años de edad, una diferente de cinco años con el Pac-Man Pacquiao, así que la calidad de golpeo y resistencia en el cuadrilátero fue notoria.
El Golden Boy no pudo acabar la pelea y antes de arrancar con el noveno asalto, la esquina del mexico-americano decidió abandonar la contienda por el daño que ya perjudicaba al peleador. De acuerdo con Don Nacho prefirió terminar el compromiso para proteger a Óscar aunque la familia no estaba de acuerdo.
Recordó que el hermano del ex boxeador se enojó pues quería que De la Hoya siguiera peleando hasta el final del round 12, pero el preparador de campeones se negó a aquella idea y fue contundente, así que le informó al réferi que el peleador ya no saldría al ring.
“Esa pelea yo la paré porque el hermano me dijo ‘no, no, no va a parar esa pelea’. ‘A mí me vale mad***s que seas su hermano, lo están madr****o muy gacho y yo voy a parar la pelea’ (dije) y la paré”.
Hasta ese momento de la pelea, Óscar de la Hoya tenía ya un ojo muy lastimado y no se movía con facilidad en el cuadrilátero, así que la mejor opción sí fue abandonar la pelea para ceder la victoria a Pacquiao.
La decisión no le agradó, en primera instancia, a la familia pues querían que el actual promotor siguiera peleando. Pero el propio Óscar de la Hoya le agradeció a Nacho Beristáin por intervenir de manera oportuna antes de que ocurriera algún incidente mayor.
“Después me dio las gracias. Le puso una rem*driza estaba todo p*****o, sino lo van a lastimar el cabr**n”, recordó Don Nacho.
Una vez que acabó la pelea y el medallista olímpico se repuso de los daños de los golpes de Pacquiao, le agradeció personalmente al entrenador por preocuparse por su integridad física, incluso la esposa de Óscar y su hermano reconocieron la buena intervención de Beristáin.
“Él me dijo después ‘soy un caballo de carreras pero viejo, ya cansado’. Después la esposa de él fue y me dijo ‘muchas gracias porque lo estaban lastimando mucho’. El hermano se quedó bien cagado, bien encabronado de por qué le paré la pelea. Pero después fue, me lo encontré y me dijo ‘no, gracias, sí estaba muy madreado’”, finalizó.
Al término de aquella pelea, Óscar de la Hoya se retiro del boxeo profesional y se dedicó a la promoción de box.
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