Fueron varias las actitudes de Kylian Mbappé que rápidamente encendieron las alarmas de los fanáticos. Las reacciones de la estrella francesa en su primer partido oficial después de conseguir una rimbombante renovación de contrato con el PSG no pasaron inadvertidas. Sin embargo, fue un hecho puntual el que desató en un escándalo que tiene en vilo al vestuario: el “Penaltygate II” con Neymar.
Los medios brasileños y franceses iniciaron una minuciosa reconstrucción del detrás de escena que derivó en esta inesperada puja entre los atacantes estelares. No dudaron en catalogar el evento como Penaltygate II, recordando que Ney ya tuvo un problema similar en París: a mediados de 2017 inició una guerra similar con Edinson Cavani por la propiedad de los disparos desde el punto de penal.
Justamente, en esa misma época desembarcó al club Kiki, protagonista del segundo capítulo de este conflicto. El delantero se unió rápidamente al brasileño en el vestuario, construyendo una amistad estrecha, pero en los últimos años “la relación se ha enfriado”, según la cadena ESPN Brasil. “Todavía se respetan, pero claramente hay un problema de ego y estatus”, fue la descripción que hizo el periodista Julien Laurens en ese medio. El primer chispazo se pudo ver ya a fines del 2021 cuando Mbappé criticó en el banco de suplentes a Ney, pero fue en este 2022 que se empezó a conocer más del problema.
Esa relación distante se empezó a resquebrajar definitivamente durante el último mercado de pases en plena negociación por la renovación de Mbappé y ante el creciente rumor de que PSG le buscaría nuevo club a un Neymar que se aferró a una cláusula de su contrato para extender el vínculo de manera automática hasta 2027. Allí se inició el tic-tac de la bomba que explotó el sábado ante Montpellier por la segunda fecha del campeonato: el francés estaba “irritado” por las “libertades en términos de disciplina” que tuvo el brasileño durante la última temporada, algo que se evidenció en algunas llegadas tardes a los entrenamientos según aclaró el mencionado medio. Del otro lado, tampoco había una sonrisa para su compañero de ataque: Ney se “sorprendió” al escuchar el “poder” que el club le otorgó al futbolista de 23 años con el fin de renovar el contrato.
El periodista Marcelo Bechler, que trabaja en la cadena TNT Brasil, agregó también una serie de puntos que influyeron en el cóctel explosivo. Aseguró que Mbappé renovó el contrato con la promesa de que “el equipo sería suyo” y esperaba que sus compañeros jueguen en función de sus habilidades, pero a algunos deportistas “no les gustó la idea” y el francés comenzó a “sentirse aislado del grupo”. Neymar, al mismo tiempo, también dejó trascender su fastidio al conocer que Kylian no se opuso a la posibilidad de que PSG lo vendiera.
El inicio de la temporada oficial lo tuvo a Mbappé afuera de la Supercopa de Francia por una sanción y marginado del debut en Ligue 1 por una molestia física. Los rumores de conflicto dormían allí abajo de la alfombra. En el 5-2 ante Montpellier llegó su hora. Nadie dejó pasar los exagerados ademanes de Kylian en su primer partido bajo la era de Christope Galtier. Erró un penal, no festejó su gol y hasta dejó de seguir una jugada en ataque porque el pase fue dirigido hacia el otro lado del campo. En Francia aclararon que tenía “problemas personales”.
Un hecho pasó inadvertido durante la transmisión, pero fue el propio Neymar el que puso el foco allí. Una serie de “likes” en Twitter –donde no ponía un “me gusta” desde hacía tres semanas– fueron el detonante. Ney le inyectó gasolina al escándalo: los tuits decían que él era mejor ejecutante de los penales. En el rastro de las cámaras que no se habían visto se encontró el detrás de escena: Mbappé le reclamó el segundo penal tras fallar el primero, pero el brasileño casi ni lo escucho.
La regla que impuso Galtier es que Kylian sería el lanzador número 1 y el referente de la selección verdeamarela el número 2. Sólo patearía si su compañero no estuviese en el campo o si le cometieran una falta. “A Mbappé no le gustó la forma en que Neymar agarró el balón de inmediato para el segundo penal”, aseguró ESPN.
El problema se trasladó al vestuario donde el “ambiente era malo” y hasta “hubo una discusión con los jugadores” en la que tuvieron que intervenir para evitar que pase a mayores, según la información que brindó Bechler. El defensor español Sergio Ramos habría sido el encargado de lidiar puertas adentro entre los dos jugadores para intentar diluir la tensión.
Apenas unos minutos más tarde de ese hecho, Neymar apretó el “corazón” en redes sociales para activar la bomba: “Ahora es oficial, Mbappé es quien patea los penaltis en el PSG. ¡Claramente esto es cosa de contrato, porque en ningún club del mundo que tenga a Neymar, sería el segundo cobrador, ninguno! ¡Parece que por el contrato Mbappé es dueño del PSG!”, fue uno de los textos que le gustó al futbolista de 30 años. “Hoy, en el partido del PSG, Neymar anotó y HUMILLÓ al portero (una vez más) en el tiro penal. Mbappé, en cambio, pateó MUY mal y falló. Tras el partido, el entrenador dijo que Mbappé será el principal pateador del equipo en la temporada. ¡Un absurdo!”, decía el otro.
Si bien ambas publicaciones todavía permanecen likeadas en su perfil oficial, Neymar mantuvo una reunión con su compañero de equipo en la que intermediaron el director deportivo Luis Campos y el entrenador Galtier para intentar aclarar las cosas. Neymar admitió que no fueron correctas sus actitudes en redes, al mismo tiempo que alegó haber confundido su condición de segundo tirador con que él debía patear el segundo penal que había en un partido. “Eres un gran jugador y es lo que me interesa”, le habría dicho Campos a Neymar antes de abandonar la reunión que finalizó en buenos términos. “Las cosas son gestionadas internamente en el Paris Saint Germain, todo va bien”, le afirmó la madre de Mbappé, Fayza Lamari, a la cadena Kora Plus.
Con un PSG triunfante en el inicio de la temporada con el título en la Supercopa de Francia y dos goleadas consecutivas en la Ligue 1, todas las miradas ahora estarán posicionadas en el duelo del próximo domingo 21 de agosto en el Estadio Pierre-Mauroy donde el equipo capitaliano visitará a Lille por la tercera jornada del torneo. ¿Se terminó el conflicto o la herida sigue abierta?
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