En marzo de 2022, la Federación de Fútbol de los Estados Unidos (USSF) fue una de las primeras en prohibir que todos los menores de 10 años golpeen el balón con la cabeza y aquellos entre 11 y 13 años deberán limitar los cabezazos en los entrenamientos.
Esta medda se tomó luego de que un grupo de padres presentara en 2014 ante el tribunal estatal de California una demanda contra varias organizaciones, incluida la FIFA, por “negligencia y descuido” en el tratamiento de lesiones cerebrales o contusiones producidas al golpear el balón con la cabeza, o por el choque de cabezas entre jugadores cuando disputan un pelota aérea.
El tiempo transcurrió, y no solo la FIFA tomó cartas en el asunto, sino también la IFAB (International Football Association Board), que está conformada además por las cuatro asociaciones de fútbol del Reino Unido y que es la encargada de definir las reglas del fútbol a nivel mundial y sus futuras modificaciones.
De hecho, en julio de este año, fue el fútbol inglés el que decidió prohibir los cabezazos en niños menores de 12 años. La federación inglesa (FA) recibió el permiso de la International Board (IFAB) para modificar esta regla del juego de forma experimental esta temporada. Lo mismo ocurrió semanas atrás con el fútbol infantil de Rosario, Argentina.
Pocas semanas después, lo que comenzó como una recomendación en los entrenamientos, en las últimas horas se volvió oficial. En un ensayo compartido por la entidad global, las Federaciones recibieron el comunicado con el que se recomendó que se prohíban los cabezazos en niños menores de 12 años también en los partidos de fútbol.
“Existe preocupacón por los posibles efectos adversos en la salud y el bienestar de los jugadores a corto y largo plazo, en particular posibles lesiones en la cabeza”, reza el comunicado. Y agrega: “Esta preocupación se agudiza cuando los jugadores son niños, puesto que su cuerpo, su cerebor y sus habilidades motoras están aún en desarrollo y tal vez no tengan la fuerza física ni la experiencia suficientes para minimizar posibles riesgo”.
“En consecuencia, algunas autoridades futbolísticas ya han introducido restricciones a cabecer el balón en los entrenamientos de los más pequeños, y lo lógico ahora es aplicar dichas restricciones a los partidos”, advirtieron.
Por este motivo, “el IFAB ha aprobado un ensayo para estudiar los efectos derivados de que “cabecear el balón de manera intencionada” pasara a considerarse una infracción sancionable con un tiro libre indirecto. El ensayo se llevará a cabo en competiciones y partidos con jugadores de hasta doce años”.
EL COMUNICADO QUE COMPARTIÓ LA IFAB A TODAS LAS FEDERACIONES:
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