La pelea por el penal en la goleada del PSG 5-2 ante el Montpellier y los “like” de Neymar a publicaciones agresivas contra Kylian Mbappé, en las que lo tildan como “dueño” del club, son apenas la punta del iceberg, lo que asoma a la superficie, y que hoy preocupa a la dirigencia del club francés a pesar del inmejorable inicio de temporada, con tres triunfos y un título (la Supercopa de Francia). Porque entre dos de las tres máximas estrellas de un plantel de estrellas gobierna el encono, más allá del cuidado de las formas. Hay una historia detrás, que aflora, naturalmente, ante determinadas circunstancias, como lo fue la batalla por el remate desde los 12 pasos, luego de que Kiki fallara el primero. Los egos, claro, protagonizan la “guerra”.
“Me da que esta temporada las relaciones internas del vestuario del PSG van a ser complicadas. Neymar y Mbappé mantienen las apariencias pero no se soportan”, escribió en su cuenta de Twitter el periodista español Francesc Aguilar. “Me cuentan desde París que la animadversión entre Mbappé y Neymar es cosa seria. El brasileño sabe que Kylian pidió que el PSG prescindiera de él y no se lo perdona. Ahora la cosa ha ido por más. No se soportan. Problema serio para Galtier”, agregó en un segundo posteo, describiendo el problema sin eufemismos. Se le puede añadir, tal vez, que Lionel Messi es amigo de Ney, aunque el delantero argentino se ha mostrado alejado de los dardos y en el campo de juego solo se ha dedicado, precisamente, a jugar.
Ante Montpellier, todo inició luego de que Mbappé fallara un penal cuando el duelo estaba 0-0. Poco después el conjunto parisino se encontró con otra pena máxima que desató el conflicto. Ambas figuras discutieron sobre quién debía ejecutarla y fue Marquinhos, el capitán, quien intercedió para calmar los ánimos. Finalmente, el ex Barcelona asumió la responsabilidad y con un tiro suave a la izquierda del arquero, que eligió el otro palo, puso el 2-0 parcial, en un encuentro en el que firmó dos conquistas.
Más señales de que el clima no era el mejor en el Parque de los Príncipes. Mbappé no festejó su gol. Y en un contragolpe iniciado por Vitinha, al advertir que no le dio la pelota, se desentendió totalmente de la jugada, fastidioso.
Pero el recrudecimiento de la rivalidad se dio la última temporada, cuando, según los medios franceses, en medio de las negociaciones por su renovación (mientras presionaba el Real Madrid), la Tortuga reclamó por la “falta de profesionalismo” de algunos de sus compañeros, aunque todos enseguida entendieron que se refería a Ney, la corte de amigos que lo sigue y sus excursiones nocturnas.
La tensión creció justamente con la extensión del vínculo, casi una cuestión de Estado en Francia y Qatar. El jugador rubricó su contrato hasta 2025 y pasó a cobrar un salario de 50 millones de euros netos anuales, lo cual lo transformó en el futbolista con mejor sueldo del plantel. Hasta entonces, Neymar encabezaba el ranking con casi 49 millones, seguido por Lionel Messi, con 40,5 millones. Además, el punta galo habría incluido en su vínculo la posibilidad de opinar sobre el armado de la plantilla y en la toma de decisiones trascendentes.
Subido al trono, le habría bajado el pulgar a Neymar, aunque según L’Equipe, “no pidió la salida, pero tampoco se interpuso a la idea de que fuera negociado”. En la intimidad del ex Barcelona, la actitud fue tomada casi como una traición. Acto seguido, a fines de junio, Luis Campos, el nuevo director deportivo del París Saint-Germain, le comunicó al padre del brasileño que dejaba de ser prioridad.
Mbappé llegó a decir en las reuniones decisivas que “ningún jugador debe estar por encima del escudo del PSG”, algo que también repetía hasta el cansancio Pochettino, y tampoco es casual la frase pronunciada por Nasser Al-Khelaïfi en el diario Le Parisien: “No queremos más ostentación ni más bling-bing, se acabaron las castañuelas”.
La suerte parecía echada para Ney. Si hasta el nuevo régimen instaurado por el entrenador Christophe Galtier lucía hecho a la medida de los “permitidos” del ex Barcelona. Uno de los primeros cambios de hábito marcó que los futbolistas deben acudir al centro de entrenamiento para desayunar juntos. Además, luego de participar del entrenamiento, se reúnen a almorzar.
“Un vestuario necesita justicia y la justicia vale para todos. La disciplina del grupo es la base del éxito”, dijo el DT. El brasileño tragó saliva, hizo la pretemporada en Japón, no pensó en una retirada, se preparó. Y en los primeros partidos, descolló, construyendo interesantes sociedades con Messi y Vitinha. Encima, Mbappé se ausentó en los dos primeros compromisos. Y ese protagonismo de su compañero volvió a tocarle el ego.
Y brotó esta nueva pulseada, el capítulo conocido: aparecieron varios likes del ex Barcelona. El diez le dio un corazón a una escandalosa publicación de un usuario: “Ahora es oficial, Mbappé es quien patea los penaltis en el PSG. Claramente esto es cosa de contrato, porque en ningún club del mundo que tenga a Neymar, sería el segundo cobrador, ninguno!! Parece que por el contrato Mbappé es dueño del PSG!!”.
Otra de los posteos a los que les dio me gusta decía: “Hoy, en el partido del PSG, Neymar anotó y HUMILLÓ al portero (una vez más) en el tiro penal. Mbappé, en cambio, pateó MUY mal y falló. Tras el partido, el entrenador dijo que Mbappé será el principal bateador del equipo en la temporada. ¡Un absurdo!”. Y la interna quedó en carne viva.
“Para este partido se respetó el orden en el terreno. Era Kylian en uno, Ney en el segundo. Era lógico que Neymar pateara el segundo tras el penal fallado. Se han respetado las cosas”, dijo Galtier, buscando reducir la puja a los remates desde los 12 pasos. Pero sabe que va mucho más allá. De hecho, L’Equipe informó que la dirigencia tomará una medida para evitar que se repitan las batallas. O, al menos, que emerja la punta del iceberg: propiciará un cónclave entre Neymar, Mbappé, el Galtier y Luis Campos para darle un cierre definitivo al tema. “El deseo es dejar bien en claro el orden de cobro en los penales y que las polémicas no se trasladen a las redes o se hagan públicas”, subrayó la publicación deportiva de Francia.
Pero la grieta asoma difícil de cerrar. El mismo medio se contactó con el entorno de Ney. Y los voceros, a pesar de remarcar que no quieren entrar en polémicas, aceptaron que existe un clima de incomodidad por los privilegios de Mbappé tras la renovación.
Sobran los ejemplos de futbolistas que no tenían buena relación fuera del campo, pero con la inteligencia suficiente para comprender que sobre el césped les convenía actuar como hermanos. Habrá que ver cuántas de las desaveniencias se filtran en el juego a lo largo de la temporada del PSG...
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