Hoy en día el rostro del boxeo mexicano lo encabeza Saúl Álvarez, escoltado de cerca por Juan Francisco el Gallo Estrada, Óscar Valdez e incluso los ascendentes Andy Ruiz y Gilberto el Zurdo Ramírez, quienes buscan marcar su propia historia en el deporte con base en nocauts.
Dos décadas atrás y también en busca de posicionarse como el rostro del pugilismo azteca, un boxeador oriundo de Sonora se subió al cuadrilátero para defender su cinturón del Peso Ligero ante Floyd Mayweather Jr, la estrella en ascenso norteamericana y a quien le terminaría dando una auténtica paliza.
Se trataba de José Luis el Temible Castillo, entonces con récord de 45 victorias, cuatro derrotas y un empate, pero quien salió al MGM Grand de Las Vegas con toda la intención de arrasar la división ante el invicto joven estadounidense, quien llegaba como retador.
Aquel 20 de abril de 2002, el Pretty Boy llegó al complejo con récord de 27 victorias y tras haber triunfado en el peso superpluma, por lo que dio el salto en la división y se encontró ante el poderío del Temible Castillo, quien le endosó 203 golpes de 506 intentos, de acuerdo con Compubox.
Esto representaba un 40% de acierto para el mexicano y una ventaja considerable respecto a los 157 que recibió por parte de Mayweather Jr, quien intentó 448 golpes, es decir, un 35%. Estas cifras se reflejaron en el público y en el rostro de los dos pugilistas durante todo el combate.
José Luis había conectado como nunca el rostro de Mayweather y, salvo en los primeros dos asaltos de control por parte del estadounidense, la pelea estuvo decantada a favor de Castillo en golpes e intensidad.
Mientras el aforo aclamaba al boxeador sonorense, el rostro de preocupación se vislumbró en Floyd, especialmente al término de la pelea, cuando escuchaba atento la decisión unánime de los jueces.
José Luis Castillo celebraba conforme se revelaban las tarjetas, alzó los brazos y presumía una victoria inminente, al tiempo que Mayweather permanecía quieto, con un rostro de poca confianza y esperando la derrota; sin embargo, la sorpresa sacudió Las Vegas cuando se entonó el nombre de Floyd Mayweather Jr como victorioso.
Aquella noche, la cadena de transmisión oficial HBO Sports dio como resultado una victoria inminente para el mexicano, con una tarjeta de 115 a 111, misma que compartía el público, pues cuando se escuchó la derrota de Castillo, un abucheó sonoro inundó el MGM Grand de Las Vegas.
Los jueces fueron Anek Hongtongkam, quien marcó un 111-116, John Keane, con un 111-115 y Jerry Roth, quien dio otro 111-115, por lo que el resultado oficial fue una incomprensible victoria de Floyd Mayweather Jr por decisión unánime, que además había sido marcada como muy amplia, por lo que la polémica se adueñó de las horas posteriores.
“Esa pelea con Mayweather me la robaron los jueces, sí. Desgraciadamente es un deporte de apreciación y lo vieron así. Después de ser mejor, llevando siempre la iniciativa, presionando más y conectando más”, expresó el El Temible Castillo para El Mundo en una entrevista realizada tres años después.
La revancha se dio ocho meses después en el Mandala Bay Resort, también de Las Vegas; sin embargo, ahí la historia fue diferente, pues Mayweather había aprendido la lección y anuló por completo a Castillo, quien se tuvo que conformar con otra derrota por decisión unánime.
De esta forma el Money pudo mantener un récord invicto durante toda su carrera, una cuenta que terminó con 50 victorias en el mismo número de peleas, pero que en la número 28 tuvo un asterisco gigantesco que vale la pena ser recordado.
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