Por estos días el rugby en Australia está en vilo por el caso de Michael Lichaa, una figura de la liga local que fue protagonista de un incidente que involucra a su ex pareja, Kara Childerhouse, y también a Adam Elliott, uno de sus antiguos compañeros en los Canterbury-Bankstown Bulldogs. Principalmente porque este viernes Lichaa se presentó en los tribunales y todo dio un giro completamente inesperado.
Según ha publicado el New York Post, el jugador de 29 años contó en su declaración ante la Justicia cómo este feo episodio lo obligó a cambiar su vida para mejor. Todo comenzó cuando Michael Lichaa despertó una noche y encontró a Childerhouse en su patio trasero teniendo sexo con Elliott.
“No podía quitarme de la cabeza la imagen de mi prometida haciéndole sexo oral a mi mejor amigo”, dijo Lichaa en los tribunales este viernes, según apuntó el citado medio.
En estado de shock y afectado por el alcohol (había bebido toda la tarde y hasta la madrugada), entró furioso a su casa, seguido por su colega y golpeó la ventana de vidrio de su puerta principal, cortándose gravemente el brazo cuando lo sacó del marco. Los vecinos informaron haber escuchado a un hombre gritar “Voy a matarla” y llamaron a la Policía. Posteriormente, Lichaa fue detenido y acusado de violencia doméstica porque su ex pareja dijo que intentó agredirla.
Por eso subió al estrado de los testigos y brindó un testimonio que la magistrada Melissa Humphreys describió como “genuino y perspicaz”. El juicio dio un giro sensacional este jueves cuando Kara Childerhouse se negó a presentarse en el juzgado para testificar en contra de su ex prometido. A pesar de haber sido citada, la Policía no pudo contactarla después de golpear a su puerta y llamarla por teléfono.
Todo el testimonio que ella había dado hasta ese momento fue excluido y una declaración, en la que se retractó de las acusaciones, fue admitida como prueba, por lo que su acusación de agresión quedó sin pruebas. A esto se le suma que Adam Elliott, quien sí estuvo en la corte el jueves, dio una respuesta negativa cuando se le sugirió que Lichaa había agredido a Childerhouse. “No estoy de acuerdo”, aseveró.
La jueza lo encontró inocente de un cargo de intimidación, aunque Lichaa se declaró culpable del cargo menos grave, que estaba ligado a destruir una propiedad privada por su violento golpe contra un vidrio. La jueza se negó a registrar una condena y lo colocó en una orden de libertad condicional de dos años.
Ese golpe que cortó el brazo le hizo perder 2.5 litros de sangre –según el New York Post– y su padre Joe le dijo emocionado al tribunal que temía que su hijo fuera a perder la vida. Michael Lichaa fue llevado a un hospital y se sometió a una cirugía antes de su detención. Según su testimonio, sintió que su vida había sido “arruinada” por Childerhouse y Elliott, sin embargo, dijo que se negaba a culparlos y decidió empezar terapia para volver a encarrilar su vida. “No es algo de lo que los hombres hablen demasiado, especialmente sobre la salud mental. Pero es algo que creo que es masivo”, comentó ante la corte.
A la salida del tribunal, en su encuentro con los medios locales, Lichaa agradeció a su equipo legal, familia y nueva prometida. “Me alegro de que finalmente se supiera la verdad. Tuve mucha confianza en la verdad todo el tiempo. Quiero dejar todo atrás ahora y seguir adelante con mi vida y los días felices por delante”, manifestó a NCA News.
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