La Fórmula 1 vivirá uno de esos cambios que puede pasar desapercibido para muchos pero que tendrá un impacto clave en la pelea por el título. Red Bull, escudería que defiende la corona de campeón y lidera todos los frentes en la actualidad, se prepara para anunciar en los próximos días un acuerdo que abrirá los abanicos de posibilidades: Porsche comprará el 50% de Red Bull Technology y se espera que sea el proveedor de motores a partir del 2026 cuando se realizará una revolucionaria modificación en la fabricación de la unidad de potencia.
Según diversos medios especializados, la asociación entre el último equipo campeón del certamen de pilotos y el fabricante alemán de automóviles se dará a conocer el próximo 4 de agosto aunque inicialmente se iba a publicar durante el Gran Premio de Austria que se desarrolló durante los primeros días de julio. Si bien no hay mayores precisiones sobre la vinculación, se entiende que AlphaTauri –equipo satélite de RB– también utilizará las unidades de potencia de Porsche aunque seguirá 100% bajo la órbita de trabajo de Red Bull.
No es un detalle menor este acuerdo si se tiene en cuenta que dentro de cuatro campeonatos habrá un reinicio en los equipos con las nuevas reglamentaciones para los motores que se insertarán a partir del 2026. Todavía no se publicó oficialmente el dossier sobre el que trabajarán los ingenieros de los equipos de cara a ese momento, pero la FIA ya hizo saber que las nuevas piezas contarán con “combustible 100 por ciento sostenible, con eficiencia global y cambio de enfoque hacia la energía eléctrica”.
Sin embargo, perseguirán la idea de que el “espectáculo” siga bajo los mismos parámetros que en la actualidad: motores potentes, altas revoluciones, sonido y buenos rendimientos de los vehículos que le permitan a los pilotos competir sin diferencias excesivas.
Estas modificaciones le abrieron la puerta de ingreso a la Fórmula 1 a Porsche, pero también a Audi, que estuvo en los diálogos para conocer las reglamentaciones con la intención de sumarse en 2026 a la F1. Se espera que Audi esté vinculado a McLaren.
Todo este proyecto empresarial tendrá un impacto absoluto en la F1, teniendo en cuenta que Red Bull es una de las dos escuderías que dominó la categoría durante la última década. El equipo del energizante ganó su primera “doble” corona en 2010 con Sebastian Vettel al mando y repitió la fórmula durante las siguientes tres temporadas siempre con el título de pilotos y constructores. Tras la hegemonía de Mercedes que se extendió por siete temporadas, Red Bull se subió a lo más alto del podio en 2021 con Max Verstappen pero no pudo conquistar la corona de constructores que quedó nuevamente en la escudería alemana.
A nivel histórico, Ferrari suma 16 títulos de constructores, Williams 9, McLaren y Mercedes 8, Lotus 7 y Red Bull aparece en el sexto lugar con 4 coronaciones. Este 2022 parece sonreírle a Christian Horner y su equipo: Max lidera el torneo de pilotos con más de 60 puntos de distancia sobre Charles Leclerc de Ferrari y están en lo alto de la tabla de constructores con más de 80 unidades de diferencia sobre los italianos.
La entidad con sede en Milton Keynes irrumpió en la F1 durante 2005 con motores Cosworth, pero a partir de 2006 pegó el salto a las unidades de potencia de Ferrari. La vinculación apenas duró una temporada: Red Bull inició un extenso trato con Renault a partir del 2007 que perduró hasta 2018 con distintos matices. En el 2019 desembarcó la popular marca japonesa Honda, con la que recuperaron la corona en el 2021. Sin embargo, los asiáticos anunciaron que se marcharían para este 2022 y abrieron un extenso interrogante sobre los motores de RB.
Los dirigidos por Horner habían planteado que fabricarían sus propios motores inicialmente con asistencia de Honda y luego hasta 2025 lo harían completo con sus equipos hasta iniciar un nuevo acuerdo con un motorista. Sin embargo, durante los primeros días de este año, el asesor Helmut Marko ha deslizado que la unión con Honda continuará durante los próximos tres años, aunque se desconocen los detalles de esa vinculación. Esto le permitirá a la división Red Bull Powertrains dedicarse por completo en los motores renovados para el 2026 que, seguramente, contarán con el aporte de Porsche.
Uno de los interrogantes que se planteó al conocerse la filtración de este acuerdo que sería oficial en los próximos días es la capacidad de los alemanes para estar a tono con las nuevas exigencias de la F1. Porsche fue una pieza elemental de la divisional en los 60 y estuvo vinculado con la Máxima hasta los 80 cuando incluso fabricó motores de campeones mundiales con la corona que ganó Niki Lauda en 1984 a bordo de McLaren. Sin embargo, lleva varias décadas lejos de esta elite y las preguntas sobre la propuesta que presentarán ya están sobre la mesa. ¿El objetivo? Respaldar a Red Bull para seguir el tope del dominio.
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