Es difícil poner la vista sobre el camino al transitar por la voluminosa autopista de cinco carriles –que no tiene peajes ni nada parecido, al menos por ahora– que conecta la ciudad de Doha con el norte de Qatar, el país árabe que espera ansiosamente por el inicio de la Copa Mundial de la FIFA. Es inevitable voltear la cabeza y no sentirse en el futuro al pasar por Lusail, una ciudad-isla en permanente estado de construcción que se ubica a 15 kilómetros del centro de la capital qatarí, donde está ubicado el estadio en el que la selección argentina hará su debut, y donde se llevará a cabo la final del torneo el próximo 18 de diciembre. Aunque el Lusail Stadium, con capacidad para 80.000 espectadores, es quizás la construcción menos extravagante de una zona que en un abrir y cerrar de ojos se llenó de rascacielos excéntricos, llenos de luces y colores, con estructuras dignas de un videojuego. Se trata de un proyecto urbanístico que justamente se puso en marcha cuando esta incipiente nación fue elegida para organizar la gran fiesta del fútbol, donde se ha montado un escenario de lujo para la culminación del evento. Un coliseo dorado que dentro de un puñado de meses tendrá un estreno inmejorable, con sus gradas teñidas de celeste y blanco por los jocosos hinchas argentinos, y con Lionel Messi y el resto de las figuras albicelestes dentro del césped.
Hace más de una década, el municipio de Al Daayen era prácticamente un desierto, una de las zonas más rurales de Doha. Entre las propuestas que Qatar presentó ante la FIFA para albergar la gran fiesta del fútbol estaba el aprovechamiento de este territorio para la construcción desde cero de esta localidad que iba a incluir al estadio más grande del certamen, cuya edificación se puso en marcha a mediados de 2016 y culminó en diciembre del año pasado. “Lo más difícil fue supervisar la calidad y las normas de seguridad mientras duró el proyecto y asegurarnos de nunca dejar caer nuestros estándares. Es un proyecto enorme. Hubo 10.000 personas involucradas para construir uno de los estadios más grandes del mundo. Los detalles son infinitos en una construcción tan compleja. Así que ese fue realmente el mayor reto, mantener el nivel todo el tiempo durante seis años de trabajo”, reconoció el ingeniero palestino Tamim El Abed, gerente de operaciones del Lusail Stadium, en diálogo con Infobae. Hoy las fotos de los rostros de todos los implicados en la edificación forman parte de la decoración de la entrada de vehículos oficiales.
Su diseño es tan icónico como deslumbrante. Este recinto está inspirado en la danza de luces y sombras de los tradicionales fanales, lo que ofrece una inmejorable representación del mundo árabe, ya que también acuña motivos de vasijas, cuencos y piezas de arte de la región. Su forma cóncava evoca también a las velas de los tradicionales barcos dhow. La edificación está rodeada por una reflectiva piscina de agua que los espectadores deberán superar, mediante seis puentes que dan acceso al predio. Tiene un techo cubierto controlado por paneles solares que dan electricidad al propio estadio pero también para zonas aledañas. La parte central puede abrirse y cerrarse si es que las condiciones climatológicas no acompañan, aunque también para combatir las altas temperaturas está el sistema de refrigeración que tienen la mayoría de las sedes del Mundial.
Al margen de la final del 18 de diciembre, el Lusail Stadium albergará seis partidos de la fase de grupos y tres de la ronda eliminatoria (uno de octavos de final, otro de cuartos y también una de las semifinales). Su estreno mundialista estará a cargo de la Argentina el martes 22 de noviembre a las 13:00 hora local. “¿Juegan contra Arabia Saudita en el primer partido? Viven aquí al lado. Van a venir en gran número, así que los argentinos tienen que venir en gran número también”, advierte Tamim El Abed, quien ha prometido una atmósfera muy agradable para los fanáticos albicelestes que también van a copar las gradas ante México el sábado 26 de noviembre a las 22:00 hora local: “Van a venir a Qatar en invierno. El clima es hermoso, es como la primavera, unos 25° durante el día y puede bajar a 10° sin la luz del sol. Así que van a poder disfrutar del desierto y la hospitalidad árabe. Las playas son hermosas. Pueden conocer la cultura local. Hay hermosos museos. Los Fan Zone también serán excelentes. No le faltará entretenimiento y distracciones entre los partidos. Así que aprovechen el país. Llevo mucho tiempo aquí. Puedo decirles que es un hermoso lugar, especialmente en invierno.”
Aquellos aficionados que tengan planificado asistir al Lusail Stadium pueden hacerlo a través del transporte público. A solamente 600 metros del sector sudoeste del estadio se encuentra la estación de la línea Roja del Metro que es homónima de la localidad. También hay autobuses cuyo recorrido pasa cerca de la zona de control de seguridad en los accesos. Y este año se abrió el servicio de tranvía, cuyo recorrido está tanto al nivel del suelo como bajo tierra. Esta red cubre una distancia de 11,5 kilómetros y conecta diferentes edificios universitarios, espacios culturales y áreas residenciales en los campus de la zona norte y la zona sur de la capital de Qatar.
La nueva ciudad de Lusail es un proyecto de sociedad moderna, sostenible y ambiciosa para más de 200.000 personas. Todavía tiene obras en proceso y muchos espacios por llenar, pero ya es una metrópoli vanguardista con gigantescos y coloridos edificios, construcciones que geométricamente desafían a la arquitectura tradicional como las Marina Twin Towers, el Al Mansour Gate, las Cubes Tower o Katara Towers. Hay muchos espacios verdes como el Crescent Park, considerado un verdadero oasis en medio de la fastuosa jungla de asfalto. Esta localidad también posee muchas construcciones sustentables, un concepto que Qatar ha incorporado como eje central para la realización de la Copa del Mundo y que aplica lógicamente para sus estadios.
Cuando el Mundial culmine, el estadio de Lusail será modificado para adaptarse a las necesidades cotidianas de la nueva ciudad como un gran centro comunitario. La capacidad será reducida a 20.000 espectadores y en el espacio restante se desarrollarán escuelas, comercios, cafés, instalaciones deportivas y clínicas de salud, entre otros proyectos. Los asientos removidos serán donados para impulsar proyectos deportivos en otros países. Si bien nació como una iniciativa mundialista, ha sido integrada al programa Qatar National Vision 2030, por lo que apunta a ser una gigantesca zona residencial con un importante centro financiero y 180.000 metros cuadrados de superficie destinados para ofrecer ocio, con parques temáticos, campos de golf, centros comerciales, 12 hoteles cinco estrellas, tiendas de lujo y restaurantes de alta gama.
Tamim El Abed es consciente de que se ha sacado la lotería. Ya era el responsable de la construcción más grande de la primera Copa Mundial de la FIFA disputada en Medio Oriente, la sede de la final del torneo. Pero, como si no fuera suficiente, el sorteo quiso que también fuera el escenario para que Lionel Messi inicie su camino a la gloria. “Es una estrella. Para mí, personalmente, la gente que viene a ver a Messi tiene una prioridad ligeramente mayor. Ellos son los que dan vida, los colores, la acción, el ruido, la pasión. Así que los espectadores son la gente que esperamos. Por supuesto, Messi es muy esperado por todos aquí. Así que va a ser un momento realmente histórico. Un jugador muy popular en Medio Oriente. En Qatar, es una gran celebridad. Así que esta oportunidad de verlo en este césped que hemos estado cultivando durante los últimos dos años, va a ser algo soñado. Como amante del fútbol, me encantaría verlo aquí jugar la final”, apuntó.
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