Los 10 mejores nocauts de toda la historia del boxeo

El columnista, con más de cincuenta años de circular por los ringside, selecciona las diez definiciones más significantes de esta disciplina. Una opinión discutible, pero difícil de rebatir, con solo apreciar los videos

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1• JOE LOUIS A MAX SCHMELING (22 de junio de 1938, Yankee Stadium, Nueva York)

22 de Junio de 1938, Yankee Stadium, Nueva York

La posición de combate de Joe Louis se aproximaba a la perfección técnica. Las piernas guardaban un ángulo exacto de equilibrio y sustento. Su guardia observaba la principal premisa del noqueador: el puño derecho en alto y la izquierda más baja y distendida para disparar las aperturas en jab o en recto sin quedar alejada de su mandíbula. Joe Louis, El bombardero de Detroit, llegó a este combate con la lección aprendida de lo que significó su primera derrota por nocaut ante el propio Schmeling, dos años antes, el 19 de Junio de 1936. En aquella oportunidad el alemán lo tiró en el 12° asalto y volvió a derribarlo por toda la cuenta con otro derechazo.

En el desquite Louis dio una lección de boxeo. Eligió tomar el centro del ring, anticipar siempre con su izquierda a la zona alta de Schmeling y esperar la salida lateral hacia su izquierda para disparar sus golpes ascendentes de derecha. Fue así como en el primer cuerpo a cuerpo Joe lanzó seis golpes por línea interna de los cuales pegó cinco, uno de ellos, un hook al intercostal pareció cortarle la respiración al alemán, boxeador a quien Hitler había condecorado y de quien esperaba nuevamente el triunfo que habría de significar “la supremacía alemana sobre los Estados Unidos y la de los blancos sobre los negros”.

Ninguno de estos delirios de Hitler fue posible: Joe alcanzó un impecable uno-dos (izquierda primero en jab y derecha detrás en cross) que mandaron a Schmeling a la lona. La cuenta llegó a ocho. Se levantó rápidamente hasta que un derechazo cruzado volvió a alcanzarlo en la mandíbula. Esta nueva caída anticipaba un nocaut glorioso. Y fue apenas unos segundos después: un breve gancho de derecha de levísimo recorrido con la parte de los nudillos que impactó en pleno mentón.

Max Schmeling, a quien esperaban honores de héroe en Alemania, ya no pudo levantarse. Se había producido un nocaut estéticamente inolvidable por parte de un boxeador de fina línea técnica y movimientos de sincronización inigualables.

2• ROCKY MARCIANO A JOE LOUIS (26 de octubre de 1951, Madison Square Garden, Nueva York)

26 de Octubre de 1951, Madison Square Garden, Nueva York

El mundo del boxeo sintió varias sensaciones la noche que derrotó a Joe Louis en el Madison. Por un lado, su fortaleza indestructible como el factor determinante del éxito sobre una estructura física inferior a los 90 kilos. Por el otro, el cómo un ataque sostenido tomando todo tipo de riesgos resulta imparable por el mejor boxeo de su oponente (u oponentes en casi todos los casos). Marciano, a quien también llamaban “La Roca”, era un tanque “a cara descubierta”. Joe, quien ya tenía 37 años contra los 28 de Rocky, sacó a relucir todo su repertorio. Lo hizo a una velocidad inferior y con salidas en retroceso más previsibles. Marciano lo desbordó hasta asfixiarlo en sectores de cuerdas desde donde resulta difícil retomar la distancia larga. Y ante su preponderancia física, el bueno de Joe debió pelear antes que boxear. A todos los adversarios de Marciano les ocurrió lo mismo: Joe Walcott, Ezzard Charles, Roland La Starza y al mismísimo Archie Moore. Su ataque sostenido, sistémico, imparable, terminaba imponiendo las condiciones del desarrollo. Joe Louis tampoco pudo contenerlo con su ortodoxia tan pulcra como impecable. Y en el 8° asalto fue tomado por un primer derechazo cuando intentaba desplazarse hacia su izquierda. Cayó y ponerse de pie frente a Marciano era fatal, pues tras la protección de los 8 segundos lo tuvo en la corta distancia metido bien dentro del “in fighting”. Fue otro derechazo corto, potente y seco el que lo derribó hasta hacerle pasar la cabeza entre la primera y la segunda cuerda del ring. Se produjo entonces un momento de confusión durante el cual el Garden pareció trepidar. Por un lado el campeón mundial blanco retenía, por el otro el enorme Joe Louis dejaba su humanidad sin reacción fuera del ring.

Fue este contraste el que inmortalizó el nocaut sufrido por uno de los más grandes campeones del mundo como Joe Louis. Resultaba imposible imponer una mejor línea de boxeo ante el indestructible Marciano, a quien los golpes de sus adversarios parecían no dañarlo cual robot humanoide construido para atacar hasta la extenuación, agonía y derrota de todos sus rivales.

3• RAY “SUGAR” ROBINSON A GENE FULLMER (1 de mayo de 1957 en Chicago)

26 de Octubre de 1951, Madison Square Garden, Nueva York

Tenía 35 años y procuraba un regreso tras dos años de haberse retirado. Fue después de intentar su tercera corona mundial, la de los semipesados ante Joey Maxim quien lo derrotó. Este maestro, el mejor campeón mundial de las categorías medio mediano y mediano, paradigma de un estilo exquisito tuvo en Cassius Clay, Sugar Ray Leonard y Floyd Mayweather (en sus comienzos) a los mejores “discípulos” en la línea de tiempo. De todos ellos, sólo Muhammad Ali logró superarlo.

El nocaut que le propinó a Gene Fullmer -quien le había ganado en el primer enfrentamiento- es una obra maestra de la técnica, la estrategia y el manejo del golpe fundamental del boxeo: el jab.

Fue así que en el 5° asalto Fullmer, tal vez el más duro de los medianos de la época –a quien el argentino Eduardo “El Zurdo” Lausse habría de ganarle-, no pudo sostener el martirio de ese jab de apertura. El anticipo fue permanente pero el nocaut fue propio de un incomparable maestro, pues convirtió el jab (golpe extendido para tomar distancia) en un tremendo gancho ascendente que dio en la mandíbula de Fullmer hasta derribarlo produciéndole un estado cerebeloso que le impidió continuar a pesar de sus esfuerzos por ponerse de pie sin saber que estaba pasando.

Ray “Sugar” Robinson fue la síntesis de lo bello sobre el ring. Sus giros en semicírculo para lograr la distancia necesaria, el ángulo de sus pies siempre bien sustentados y dinámicos en ataque y retroceso, la quirúrgica partida y llegada de sus golpes más el manejo de su perfecto jab lo convirtieron en el segundo mejor boxeador de la historia detrás de Ali. Pero si no hubiera existido Robinson no hubiésemos disfrutado de Muhammad Ali, el más grande.

4• CARLOS MONZÓN A NINO BENVENUTI (7 de noviembre de 1970, Roma, Italia, Palazzo dello Sport)

7 DE Noviembre de 1970, Roma, Italia, “Palazzo dello Sport”

Tan pronto Benvenuti se refugió sobre las cuerdas para alejarse, Monzón lo acosó con la fiereza instintiva de un depredador. Para ganarle el título mundial a Nino Benvenuti expuso virtudes poco frecuentes en los retadores, tales como reprimir la ansiedad, administrar las fuerzas y sostener la concentración para descubrir la oportunidad de pasar al contraataque con el menor riesgo posible. Monzón advirtió sobre el final del 9° round que la respiración del campeón mundial se aceleraba. Teniendo en la esquina a un maestro como Amílcar Brusa resultaba más fácil la lectura de aquello que estaba ocurriendo. Si en la esquina coinciden el boxeador y su técnico, la estrategia logra un mejor desarrollo. La consigna era acelerar de a poco, acercarse a menos de dos metros para medir mejor cualquier hueco ofrecido a la derecha cruzada, no disminuir la acción dinámica y conservar a cualquier costo la angulación de las piernas. Con la rodilla izquierda apenas flexionada debía desplazarse apoyado en la punta del pie y la suela derecha totalmente apoyada. De tal manera, si se diera la circunstancia buscada, el cross iría bien sustentado con menor recorrido y más fuerza. Recién en el 12° asalto se dio esa lógica. Monzón cada vez más cerca, más entero físicamente, más intimidante, más seguro de sí mismo que su sorprendido adversario, generó el nocaut con infinita paciencia y gran determinación al ataque y sobre la salida lateral izquierda de Nino chocó su derecha con los nudillos firmes y perpendiculares en plena mandíbula. El significante de ese nocaut fue mucho más importante que la consagración: nacía el mejor campeón del mundo que tuvo la Argentina en toda su historia y uno de los mejores cinco del mundo en competencia con Sugar Ray Robinson, Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler y Tommy Hearns.

5• MUHAMMAD ALI (CASSIUS CLAY) A GEORGE FOREMAN (30 de octubre de 1974, Kinsasha, ex Zaire, actual República del Congo)

30 de Octubre de 1974, Kinsasha, ex Zaire, actual República del Congo

Muhammad Ali ejerció tres etapas de dominio: 1°) la táctica, para dejarle espacio en el ring desde donde Foreman se lanzara hacia la descarga de golpes que habrían de hallarlo siempre respaldado por las cuerdas; 2°) la estratégica, que fue administrar al máximo el gasto de traslado con las piernas y utilizarlas sólo para ponerse de frente al salir del encordado; y, 3°) la psicológica, que fue dominarlo hablándole todo el tiempo, hacer participar al público para potenciar todo lo suyo y acallar cualquier acierto de George, ejerciendo mucha presión sobre unos jurados que al igual que los más adultos sentía el involuntario insomnio de las cuatro de la mañana en África…

El triunfo fue apoteótico. Faltaban apenas un poco más de 20 segundos para la finalización del 8° asalto. Foreman había intentado todo cuanto se podía intentar frente a Ali: atacarlo, echársele encima, pegarle antirreglamentariamente después de la orden de break o debajo de la línea del cinturón. Pero todas sus iniciativas fueron neutralizadas por un genial Muhammad que boxeó, peleó y se ofreció francamente a todos los cambios de golpes.

Fueron cuatro derechas y dos izquierdas las que le devolvieron la corona mundial de todos los pesos al inigualable Muhammad Ali. Y todas esas partidas se produjeron cerca o encima del encordado. Las últimas dos derechas fueron la razón del espectacular nocaut: la primera chocada ante un intento de salida que tomó a Foreman mal parado. Fue allí que Ali aceleró una descarga final con un derechazo en la sien que mandó a la lona a Foreman.

Se trató probablemente del más espectacular nocaut entre pesos completos que hayamos visto toda vez que el que le propinó a Sonny Liston en el 65 -primer asalto- fue a raíz de una mano que nadie vio, la famosa “mano negra” de la leyenda…

6• VÍCTOR GALINDEZ A RICHIE KATES (22 de mayo de 1976, Johanesburgo, Sudáfrica)

22 de Mayo de 1976, Johanesburgo, Sudáfrica

Esa era la noche en que Galíndez se consagraba o se hundía. Estuvo a punto de hundirse en el tercer round cuando la lesión en la ceja izquierda provocó una hemorragia imparable. Pudo haber terminado con triunfo por descalificación inexpresivo o con una derrota por puntos lapidaria. Fue triunfo al mejor estilo de los grandes campeones porque después del 10º asalto el verdadero rival era la herida y no Kates, quien tambaleante y absolutamente “groggy”, volvió al rincón al finalizar el 9º tomándose de las cuerdas ya sin fuerzas en sus puños ni en su corazón.

Cualquier otro boxeador bien podía especular con el público y con las tarjetas a favor. Tal vez hubiese aprovechado para manejar la pelea y no arriesgarse a pelear tomando riesgos. Galíndez, en cambio, con sus últimas energías siguió jugándose en procura del nocaut. Pudo ser en el 10º después de un gancho al hígado combinado con un cross de derecha a la cabeza; pudo ser el 14º con un “uppercut” de izquierda abajo. Fue en el 15º en un momento en que todos juegan, miran el reloj, buscan amarrarse para terminar o caminan hacia atrás bailando para impresionar a los jurados demostrando estar en buenas condiciones físicas. Galíndez ensayó sobre el final un golpe que había practicado mucho en los últimos meses: el directo de izquierda de abajo hacia arriba. Un golpe de largo recorrido que va con la carga del hombro, el apoyo del pie izquierdo, el acompañamiento del torso y totalmente suelto como quien pega levemente contra algo cercano caminando por la calle. Así tomó a Kates en la definición, proyectando como quien tira la mano laxa para tomar distancias. Llegó plena al mentón y Kates cayó de espaldas abarcando toda la dimensión de su cuerpo con los ojos cerrados, una respiración dificultosa, los brazos en cruz, la boca entreabierta y un gesto quejoso.

Había ganado por nocaut. La camisa del árbitro Stanley Christodolou absolutamente teñida por la sangre de Galíndez se exhibe en el Museo del Boxeo de Sudáfrica.

7• “SUGAR” RAY LEONARD A THOMAS HEARNS (16 de septiembre de 1981, Caesars Palace, Las Vegas, Nevada)

16 de Septiembre de 1981, Caesars Palace, Las Vegas, Nevada

Un clásico del boxeo de la dorada década de los 80. Época en la cual también fueron protagonistas inolvidables Roberto “Mano de Piedra” Durán y Marvin Hagler.

En esta pelea Leonard le ganó a Hearns por nocaut en el 14° round decidido por el árbitro David Peral tras dos conteos a Tommy Hearns.

El triunfo de Leonard (25 años) significó muchas cosas: a) se puede ser eximio y guapo a la vez, b) se puede boxear académicamente y en un punto pasar de boxeador exquisito a peleador abierto.

Fue así que en el marco de un combate de alta técnica se produjo la alternativa de jugarse y ambos lo hicieron. Fue la mayor velocidad en la distancia corta que le permitió a Leonard sacar catorce golpes seguidos de toda la gama ortodoxa obligando a Hearns a responder retrocediendo. La primera cuenta preanunciaba el final. Sin embargo, Tommy (22 años) metió cuatro réplicas de enorme precisión sin que movieron a un Leonard grandioso.

Aquella noche en el Caesars Palace vivimos y disfrutamos de uno de los combates más dramáticos de la historia. Fue sublime. Igual que la revancha disputada ocho años después y que marcó un justo empate tras una inolvidable pelea.

8• MARVIN HAGLER A THOMAS HEARNS (15 de abril de 1985, Caesars Palace, Las Vegas, Nevada)

15 de abril de 1985, Caesars Palace, Las Vegas, Nevada

Se la llamó “The war” (La guerra). Y fue eso. Inesperadamente Marvin Hagler, tan pronto llamó la campana a iniciar la pelea, salió a atacar como nunca antes lo había hecho. Esto nos sorprendió a todos y especialmente a Tommy, quien tenía otro plan y debió asumir el contragolpe como la única estrategia del combate. Fueron tres asaltos imborrables. Hagler al ataque y Hearns respondiendo golpe por golpe pero con incómoda posición táctica. Las descargas de Hagler (campeón mundial mediano de la AMB, el CMB y The Ring) eran tan determinantes y violentas que Hearns (campeón mundial mediano ligero del CMB y The Ring) se encontró con un combate al revés de lo planificado. Y puesto a pelear recibió una derecha que lo obligó a retroceder de espaldas a Hagler. Tal como si ocurriera en la calle, Marvin lo corrió y afirmando su derechazo –a pesar de ser zurdo – sobre el pómulo izquierdo logró derribar a Hearns quien cayó horizontal y de espalda. La cuenta de Richard Steele llegó hasta el out aunque Tommy hiciera esfuerzos por ponerse de pie.

Fue una pelea inolvidable por el altísimo nivel de precisión y justeza de los golpes lanzados con exitosa llegada. Probablemente uno de los más excitantes y dramáticos que ofreciera la historia del boxeo mundial. Inolvidable.

9• MIKE TYSON A MICHAEL SPINKS (27 de junio de 1988 en Broardwalk Hall, Atlantic City, Nueva Jersey)

27 de Junio de 1988 en Broardwalk Hall, Atlantic City, Nueva Jersey

Los golpes que enviaba Tyson hacían percibir un sonido como el de las primeras filas de cualquier ring side. Nadie que transmitiera un combate suyo dejaría de advertirlo. Obviamente lo afirmo por experiencia personal. Y esta no fue la excepción. Tyson llevaba 30 nocauts en 34 peleas cuando se enfrentó por el título con Michael Spinks, ganador y perdedor de Muhammad Ali en sendas peleas de ida y revancha.

Necesitó tan solo dos derechazos bien lanzados. El primero al intercostal izquierdo de Spinks que le provocó la primera caída con cuenta. Y cuando se encontraron nuevamente, esta vez en el centro del ring, un gancho a la mandíbula terminó con las esperanzas de Spinks.

El impacto fue claro y tremendo. La pelea duró 91 segundos; Tyson tiró 19 golpes y embolsó 20 millones de dólares a razón de un millón cincuenta mil dólares por golpe.

10• JORGE “ROÑA” CASTRO A JOHN DAVID JACKSON (8 de diciembre de 1994, Estadio de Béisbol de Monterrey, Mexico)

8 de Diciembre de 1994, Estadio de Béisbol de Monterrey, Mexico

Lo que produjo Jorge Fernando Locomotora Castro aquella noche fue épico. Es que estaba perdiendo la pelea y su título mundial contra John David Jackson de manera abrumadora. Transcurría el 9° asalto e irremediablemente su corona de los medianos (AMB) dejaría de pertenecerle para pasar a su calificado rival. Sin embargo, habría de producirse un hecho de guión cinematográfico: Jackson lo acertó con una izquierda al mentón que Castro sintió y retrocedió hasta encontrar refugio y sustento en el encordado. Fue allí donde Jackson buscó el remate a su faena cruzando un derechazo al tiempo que el argentino, extenuado, maltrecho, herido y sangrante sacó el único y último golpe disponible de sus pocas fuerzas, la izquierda a la mandíbula del norteamericano. Su caída fue hacia atrás y aunque el referí Stanley Christodolou le contó indulgente y lentamente, su puesta de pie fue apenas un último e irremediable recurso para caer por tercera y última vez; Castro, quien iba perdiendo la pelea por puntos de manera irreversible, logró salvar su corona con un nocaut que se recuerda en el universo del boxeo como el mejor de aquel año 94 y uno de los mejores de la historia.

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