Como en las peores películas de terror, el conjunto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) vivió un mes de mayo sombrío, el cual se pensó como el inicio de otra época oscura para la institución, en donde fichajes que no rendían y falta de espectáculo serían la constante de ahí en más.
Todo comenzó el pasado 4 de mayo, cuando Pumas perdió la final de la Copa de clubes de la Concacaf, al caer en Estados Unidos por 3-1 contra el Seattle Sounders y con una derrota en el marcador global de 5-2; sin embargo, más allá de dejar ir la oportunidad de asistir por primera vez al Mundial de Clubes de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), el panorama a futuro se visualizaba gris para el conjunto del Pedregal, pues piezas importantes del equipo estaban a nada de decir adiós.
Días después, el destino no le sonrió a los auriazules, puesto que también quedaron eliminados de la liguilla del Clausura 2022 a manos de Chivas en la fase de repechaje. Después de más de tres meses de jugar cada tres días, de golpe se terminaron las ilusiones para los dirigidos por Andrés Lillini.
El ánimo en la fanaticada estaba por lo suelos y este descendió aún más cuando se anunciaron las bajas, hasta ese momento, de cinco elementos del equipo, especialmente dos de ellos: Alfredo Talavera y Alan Mozo. Como se había vuelto costumbre, los auriazules pensaron que nadie podía salvar a Pumas, ni siquiera Lillini, aquel “héroe” que había llegado de improviso luego de que un 23 de julio de 2020 se diera a conocer la inesperada salida de Michel González de la institución.
Dicen que el destino actúa de formas misteriosas y fue así... pues coincidentemente este 23 de julio Pumas anunció la bomba del mercado de transferencia del verano en el futbol mexicano, Dani Alves fue presentado como el nuevo defensa del equipo.
Más allá del impacto mediático, el aumento de entradas en todos los estadios del país, así como la venta de mercancía, para el astro brasileño que lo ha ganado todo en el deporte -solo le falta la copa del mundo- llegar a uno de los “cuatro grandes” de México va más allá del futbol.
Y es que para el jugador, Pumas no es solo un equipo en el balompié nacional, el conjunto con el que acaba de firmar por un año significa movilidad social, igualdad de oportunidades y desarrollo personal, ya que representa a la máxima casa de estudios del país: la UNAM.
“La universidad está hecha para que la gente pueda soñar. Quiero que el futbol transforme la vida de muchos jóvenes, por eso he aceptado el desafío de Pumas”
Lo que parecía una nueva época oscura para los universitarios, se volvió un día soleado. No fue solo lo contratación del máximo ganador de trofeos en la historia del futbol mundial, también fueron las incorporaciones de Eduardo Toto Salvio, Gustavo Tuti Del Prete, César Chino Huerta, Adrián Aldrete y Gil Alcalá, además de las renovaciones contractuales de Lilllini y Dinenno.
Tras años de quedarse olvidados por deudas económicas aceptadas por el propio presidente del equipo, Leopoldo Silva, así como tener que vender a las estrellas del plantel para poder subsistir, aunado a la crisis por la pandemia por COVID-19, parece ser que Pumas volverá a ser protagonista en el escenario deportivo mexicano, no solo en la cancha, sino con los nombres que tiene en sus filas.
Un nuevo proyecto, basado en la filosofía de impulsar la carrera pero también trayendo jugadores consolidados que brinden experiencia, parece ser la base a futuro que quieren dejar como herencia Leopoldo Silva, Miguel Mejía Barón y Andrés Lillini.
La afición está ilusionada, una hinchada que ha aguantado tormentas, fuertes épocas de sol, viento -literalmente- para ver a su equipo campeón. Son 11 años sin título, pero se respiran nuevos aires en Cantera y Ciudad Universitaria, además de un recomienzo y un nuevo país.
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