Llegar a la Fórmula 1 implica estar en la cima del automovilismo y en ese largo camino previo los pilotos son expuestos a situaciones extremas. El factor económico es clave, pero también la fortaleza mental en un filtro para llegar a la cúspide tras el cual solo 20 corredores en todo el planeta tienen la chance de estar en la categoría reina. Llegar a ser campeón mundo conlleva un esfuerzo aún mayor y muchos sacrificios. En su formación el actual monarca Max Verstappen tuvo momentos difíciles por el trato que recibió de su padre, Jos, quien acaba de reconocer que fue “demasiado duro”.
Jos Verstappen fue un joven prometedor y en 1994 llegó a la F1 como uno de los cucos. Fue compañero de Michael Schumacher en Benetton y quedó bajo la sombra del alemán que ese año consiguió la primera de sus siete coronas en la Máxima. El neerlandés, si bien estuvo en el gran circo hasta 2003, nunca pudo consolidarse y solo logró dos podios en 106 carreras.
Max nació en 1997 y desde muy pequeño lo acompañó a las carreras y el destino estuvo marcado. Comenzó a correr en karting y Jos fue su manager, entrenador y preparador. Pero en esa tiple función la relación padre-hijo tuvo momentos muy estresantes en los que le propinó un duro trato al chico en su formación, con fuertes presiones para que pudiese ganar.
Un golpe en el casco o dejarlo a pie tras una carrera perdida fueron algunas de las historias que se conocieron y Jos fue apuntado cuando esos temas salieron a la luz. Ahora el ex piloto de 50 años fue autocrítico sobre los métodos que empleó con su hijo. “Si uno mira ahora hacia atrás, a veces fui demasiado duro. En el momento mismo, me pareció que era lo correcto y tal vez él también lo necesitaba un poco, porque es testarudo. También creo que lo hizo mejor. Lo necesitaba regularmente”, reconoció en diálogo con Servus TV.
“Llegó a ser campeón del mundo, dos veces campeón de Europa y ganó todas las carreras en su camino. En todo momento estuvo aprendiendo mucho y creo que eso lo hace muy maduro para su edad”, apuntó Jos sobre los campeonato que logró Max en el karting.
Sin embargo, Max le agradeció a su padre el trato que le dio ya que “sin mi padre, no estaría sentado aquí hoy”, afirmó en testimonios consignados por Motorsport. “Cuando dejó la F1, sacrificó los siguientes doce años e hizo todo lo posible para que yo llegara adonde estoy ahora”, destacó el corredor de Red Bull y actual líder del campeonato.
“Pasamos innumerables horas viajando juntos por Europa, y no sólo eso”, agregó. “El trabajo que hizo fue realmente una locura. Trabajó en mis motores, preparó mis karts, estuvo en el banco de pruebas. Y cuando terminaba la escuela, iba allí y todavía estaba trabajando. Estoy muy agradecido por esos momentos”, aseguró.
“Por supuesto que ya no me dice: ‘Aquí tienes que girar y allí tienes que hacer esto y aquello’”, aclaró Max, quien confesó que “me gusta compartir cada fin de semana con él. Creo que es muy importante tener ese tipo de relación”, concluyó.
El caso del piloto Max Verstappen es paradigmático porque en 2015 debutó en la F1 con apenas 17 años y 166 días y ese dato es uno de los tantos récords de precocidad que ostenta en la categoría y ya nadie podrá batirlo al menos en la edad del estreno, ya que por él se cambió el reglamento en 2016 y desde entonces un piloto debe tener al menos 18 años para poder hacer su bautismo en la Máxima.
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