Esta semana el inglés Harry Shimmin aprovechó su viaje a Asia para visitar las montañas Tian Shan en Kirguistán. Junto a un grupo de ocho británicos y un estadounidense contrataron a un guía para realizar un tour por el lugar a través de una excursión de trekking que dura varios días, pero que no está catalogado como peligroso. Sin embargo, el joven estuvo al borde de la muerte.
Es que una vez que habían llegado al punto más alto posible, el grupo se dividió para descansar y tomar fotografías por el lugar. Al colocarse en una zona rocosa elevada, escuchó un fuerte estruendo producto de la ruptura del hielo del pico nevado que se encontraba varios metros más arriba. De inmediato, comenzó a filmar hacia el lugar y se sorprendió al encontrarse con una avalancha.
“Ya había estado allí durante unos minutos, así que sabía que había un lugar para refugiarme justo a mi lado. Estaba en el borde de un acantilado (por eso no me muevo). Sí, esperé hasta último segundo para moverme, y sí, sé que habría sido más seguro mudarme al refugio de inmediato. Soy muy consciente de que corrí un gran riesgo. Sentí que tenía el control, pero a pesar de todo, cuando la nieve comenzó a caer y se oscureció... me costó respirar, estaba tapándolo y pensé que podría morir”, escribió en su cuenta de Instagram en la que publicó el video que rápidamente superó el millón de reproducciones.
Es que en la filmación se ve cómo el hielo y la nieve descienden a toda velocidad y en apenas segundos alcanza su posición hasta cubrirlo por completo. Shimmin se protegió detrás de una roca y cuando todo parece oscurecerse pausó la grabación.
“Detrás de la roca era como estar dentro de una tormenta de nieve. Una vez que terminó, la descarga de adrenalina me golpeó con fuerza. Solo estaba cubierto por una pequeña capa de nieve, sin un rasguño. Cuando me reuní con el grupo pude ver que todos estaban a salvo, aunque uno se había cortado bastante la rodilla (montó uno de los caballos hasta el centro médico más cercano). Otro se había caído de un caballo y tenía leves magulladuras”, contó.
El grupo se salvó de la muerte de casualidad, porque de no haberse tomado esa pausa para descansar y disfrutar del lugar, podrían haber sido atrapados por la avalancha sin opciones para protegerse. “Solo más tarde nos dimos cuenta de lo afortunados que fuimos. Si hubiéramos caminado 5 minutos más, hubiéramos muerto todos. El sendero que se suponía que íbamos a tomar pasaba justo por el camino de la avalancha. Lo atravesamos después, caminando entre enormes peñascos de hielo y rocas que habían sido arrojadas mucho más lejos de lo que podríamos haber corrido, incluso si actuáramos de inmediato”.
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