Boris Becker continúa contando los días para salir desde que a finales de abril fue condenado a dos años y medio de prisión por transferir de manera ilícita grandes sumas de dinero y ocultar activos para declararse en bancarrota.
La ex estrella del tenis alemán fue protagonista de distintos episodios durante estos dos meses por los que terminó siendo trasladado de la categoría B de la prisión de Wandsworth en el suroeste de Londres a la categoría C de la cárcel de Huntercombe, la cual cuenta con “más oportunidades de salir de sus celdas para trabajar, educarse...”, relató en mayo el ex recluso Chris Atkins a The Sun
Tras su llegada, sin embargo, el ex deportista de 57 años parece haber sembrado el malestar entre los reclusos debido a los privilegios con los que cuenta, entre ellos el trabajo que le fue asignado.
Según informó el medio británico en cuestión, el ganador de seis Grand Slam, que anteriormente le estaba dando clases de inglés a algunos de sus nuevos compañeros, ahora se ocupa de la enseñar ciencias del deporte, un trabajo considerado fácil y cómodo y que habría conseguido por ser quién es.
“Normalmente servirían años antes de conseguir un trabajo como asistente de clase”, le explicó una fuente a The Sun y agregó: “Se considera un privilegio (ocupar ese cargo). Pero Becker recibió el trabajo a las pocas semanas de ser sentenciado… Hay mucho resentimiento”. A su vez, también informaron que Becker siguió todo el torneo de Wimbledon por televisión.
El sujeto en cuestión afirmó que varios presos se pronunciaron al respecto e incluso algunos familiares de ellos elevaron sus quejas a través de cartas a los directivos de la institución presidiaria.
“Boris Becker no tiene en la cárcel exactamente la vida de lujo a la que está acostumbrado, pero lo tiene mejor que la mayoría de los reclusos”, añadió la fuente consultada por el medio británico acerca del presente que vive el tres veces ganador del prestigioso torneo de Londres.
Cabe destacar que las primeras semanas de Becker en prisión fueron muy distintas a las que vive hoy en día. Durante sus primeros días, su queja principal estaba vinculada al encierro y al poco espacio con el que contaba en la celda, por lo que había pedido que le dejaran la puerta abierta, una petición que molestó de sobremanera a algunos guardias.
El ex tenista deberá cumplir al menos la mitad de su condena en prisión, luego podría pedir libertad condicional. Según informaron desde Inglaterra, él es optimista y espera conseguir antes de fin de año un traslado hacia una cárcel de su país bajo el Programa de Expulsión Anticipada del Gobierno, en donde podría incluso solicitar rápidamente salidas en libertad condicional.
Declarado en bancarrota en 2017, el ex tenista fue condenado por cargos que incluyen sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda. Durante el proceso, la fiscalía afirmó que el alemán cobró 1,13 millones de euros (USD 1,22 millones) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su “hucha” personal con la que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.
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