Las historias gloriosas escritas por el talento de los boxeadores no pueden ser inmortalizadas sin el respaldo de sus entrenadores. Al igual que los púgiles, los líderes de cada esquina también son actores en novelas de gran rivalidad como la de Ignacio Beristáin y Freddie Roach. Y es que los icónicos preparadores escribirán un capítulo más en su enemistad deportiva después de los cuatro episodios entre Juan Manuel Márquez y Manny Pacquiao.
El encuentro por el campeonato de peso pluma entre el originario de Otumba, Estado de México, Rey Vargas y el filipino Marc Magsayo es atractivo por conocer al nuevo monarca. Sin embargo, fuera de los encordados, Nacho y Freddie contarán con la oportunidad de sumar una victoria más a su récord personal de enfrentamientos mutuos, mismo que se encuentra igualado con dos victorias por personaje y un empate.
La MGM Grand Arena de Las Vegas, Nevada, vio nacer la rivalidad entre el mexicano y el estadounidense el 8 de mayo de 2004. Aquella noche, Nacho respaldó a Juan Manuel Márquez, quien entonces poseía los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). En tanto, Freddie lo hizo con Manny Pacquiao, quien aspiró a dichos títulos en peso pluma.
Los aficionados atestiguaron una de las batallas más recordadas, pues los íconos de México y Filipinas se batieron en una de las rivalidades nacionales más laureadas del boxeo. El ímpetu demostrado por los protagonistas, y claramente impulsado por sus estrategas, no permitió conocer a un ganador de la reyerta, pues los jueces decretaron un empate y abrieron paso a una rivalidad declarada.
Transcurrieron cuatro años y los boxeadores aceptaron verse las caras por segunda ocasión. Esta vez en peso superpluma, el Dinamita jugó una vez más el papel de campeón por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) contra su retador filipino. En una cerrada batalla, el Pacman logró convencer a dos de los tres jueces y se alzó como el nuevo monarca de las 130 libras.
Conforme los púgiles avanzaban en su trayectoria, también incursionaron en categorías de peso superior. De hecho, su tercera reyerta fue por el campeonato mundial de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en peso welter. Juan Manuel Márquez fue retador en esta ocasión y a pesar de la intensidad que implementaron a lo largo de los 12 episodios, los jueces volvieron a dar el espaldarazo al pupilo de Freddie Roach.
Los boxeadores no esperaron más allá de un año para pelear por el cinturón del Campeón de la Década de la OMB. El 8 de diciembre de 2012 volvieron al recinto que los enfrentó por primera vez. Aunque Pacman era favorito por las dos victorias previas que lo respaldaron, aquella noche el Dinamita logró finiquitar la pelea con un golpe de nocaut que paralizó al mundo.
Con la ambición y el despecho de las derrotas, el Dinamita salió al ring en busca de convencer al público de que él y Nacho ganaron las dos peleas anteriores. En ese sentido, al filo del sexto episodio, ante la combinación de golpes que le propinó Pacquiao, Márquez se mostró cauteloso y esperó el momento preciso para conectar su mandíbula con un cross. el filipino cayó a la lona y no se recuperó tras varios minutos. Con dicha victoria, Nacho ganó terreno en su rivalidad con Freddie Roach.
Aunque Márquez y Pacquiao no volvieron a enfrentarse, la bondad de ser entrenadores permitió que Beristáin y Roach volvieran a verse. El 12 de mayo de 2018, Rey Vargas realizó su tercera defensa consecutiva del cinturón del CMB en peso supergallo en contra del armenio Azat Hovhannisyan. El aliento de Nacho ayudó a que el otumbeño se quedara con la victoria y el propietario del Romanza Gym empató a dos victorias a su rival deportivo.
El sábado 9 de julio, en el Alamodome de San Antonio, Texas, Nacho y Freddie revivirán su historia a través de los guantes de Rey Vargas y el filipino Marc Magsayo, quien expondrá su cetro en peso pluma, avalado por el CMB, por primera ocasión. Esa noche uno de los dos protagonistas podría conocer la derrota por primera vez en su carrera, pero sus entrenadores también cuentan con la posibilidad de tomar ventaja en una de las rivalidades más férreas de los últimos años.
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