Noches memorables son la aspiración de cualquier boxeador profesional en busca del campeonato. Alma Ibarra, pugilista originaria de Monterrey, Nuevo León, cuenta con la oportunidad de escribir uno de esos capítulos contra Jessica McCaskill. En la noche de este 25 de junio de 2022 12 rounds la separan de ser la primera mexicana campeona indiscutida de la historia, un posible logro que no vislumbraba en la oscura noche del 5 de febrero de 2020.
Meses después de haber conocido la derrota por primera vez en su carrera, La Conquistadora se fijó un objetivo ambicioso. Para convertirse en una integrante más de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se dio cita en la ciudad de Boca del Río, Veracruz con la finalidad de participar en la última fase del selectivo nacional para conformar el equipo de boxeo.
El jueves 6 de febrero de 2020 Ibarra tenía que acudir a la ceremonia de pesaje, por lo que la noche anterior decidió dormir temprano. Cuando el reloj marcó 20 minutos antes de la media noche, mientras intentaba conciliar el sueño, un golpe en la puerta de su habitación la hizo ponerse de pie. Era su entrenador Carlos Medellín, quien le advirtió sobre una amenaza a su seguridad.
“Me dijo que le marcaron a su celular y que tenía que ir por mí a mi cuarto, porque nos tenían que sacar del hotel, porque había gente armada y que pues era por nuestra seguridad y no iba a pasar nada. (Dijo) que ellos querían hablar conmigo, tranquilos, o que si prefería que llegaran a mi habitación gente con cuernos de chivo para sacarme a la fuerza”, recordó en entrevista para La Afición.
Sin la certeza de qué sucedía, Ibarra fue intimidada por la precisión que los secuestradores tenían acerca de sus datos personales. En ese sentido, decidió seguir las instrucciones que les dieron por videollamada y abandonaron el hotel donde se hospedaron originalmente. Al bajar las escaleras, hallaron el vehículo que les indicaron y lo abordaron para trasladarles a otro lugar.
Sin la posibilidad de comunicarse con algún conocido para informarle la situación que acontecía, fue llevada a otro hotel. Ahí arribaron durante la amdrugada del jueves y permanecieron las 14 horas siguientes. Mientras tanto, al notar su ausencia en el torneo, compañeros y organizadores intentaron establecer comunicación con ella, aunque su teléfono celular era controlado por sus captores.
“Ellos tomaron control de mi número y se adueñaron de mi Whatsapp. Ellos contestaban como si fuera yo. Según no me presenté al pesaje porque tenía problemas emocionales y sentimentales con Juan, que imagino se referían a mi entrenador, porque nada más copiaban y pegaban. Que por eso había decidido no presentarme”, declaró.
Una vez cumplida la hora del pesaje, los secuestradores se encaminaron con mayor agresividad a las víctimas y los familiares. De acuerdo con Ibarra, aunque sus padres no consiguieron la cifra total de MXN 600 mil que exigían por la liberación de ambas personas, depositaron una cifra menor pero significativa. No fue sino hasta después del mediodía cuando elementos de la policía llegaron al lugar para liberarles, pues tenían reporte de desaparición.
Dos años después, el mérito deportivo puso a Ibarra en el camino de la historia. Ante Jessica McCaskill tendrá la oportunidad de ser la primera mexicana en ostentar el título indiscutido de cualquier categoría de boxeo, así como ingresar a la prestigiosa lista conformada por Cecilia Brækhus, Katie Taylor, McCaskill y Clareesa Shields en el boxeo femenino.
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