Si algo ha caracterizado la carrera de Sergio Pérez en la Fórmula 1 es su capacidad de resiliencia, esa que lleva impregnada en el casco con su ya icónica frase en inglés de Never Give Up, la cual hace referencia a no rendirse jamás en la lucha personal y profesional.
Probablemente esa filosofía es la que lo llevó a subirse al mejor auto de la parrilla en la parte final de su carrera, luego de superar todo tipo de críticas durante su paso por McLaren y en especial tras haber sido despedido de Racing Point al final del 2020.
A pesar de que ha demostrado saber reponerse de este tipo de tropiezos, el sentido de Never Give Up cobró sentido desde sus primeros años en Europa, tal como lo escribió en su última publicación de Instagram; donde Checo Pérez compartió el restaurante donde vivió cuando llegó a Europa con solo 15 años, en busca de afianzar su lugar en el automovilismo de primera categoría.
“¡Este restaurante en Alemania fue mi casa a los 15 años! Dejé México en busca de un sueño muy lejano. ¡Nunca dejen de luchar por sus sueños por más lejanos y locos que sean!”
Esas fueron las palabras de Checo a través de sus redes sociales, donde volvió a transmitir el mensaje de nunca rendirse, en especial si lo que buscan es el sueño por el que han luchado una gran parte del tiempo.
El lugar donde se encuentra el restaurante es en Alemania, concretamente en la pequeña ciudad de Vilsbiburg al sur del país germano, muy cerca de la ciudad de Múnich. Al interior del establecimiento, el cual además de servir comida también daba alojamiento, Sergio Pérez pasó sus primeros meses mientras se afianzaba en el automovilismo de tipo fórmula.
La manera en que un joven piloto mexicano aterrizó en la pequeña ciudad al sur de Alemania fue mediante la exhaustiva búsqueda de un equipo de bajo presupuesto que lo aceptara por una módica cantidad desde México.
Un joven Checo de 14 años se dedicó a marcar a todos los equipos europeos de tipo Fórmula hasta que dio con 4 Speedmedia, de la Fórmula BMW de Alemania, escudería modesta sin fábrica pero que le cobró una “ganga” por subirse a su asiento. Fueron EUR 150 mil los que pagó Sergio para competir en la temporada 2005, de acuerdo con la biografía Nunca Te Rindas, de Alejandro Rosas y Francisco Javier González.
La sede del equipo era en la ciudad de Vilsbiburg, la cual apenas superaba los 100 mil habitantes y donde Checo tuvo que llegar para empezar a labrar sus comienzos en el automovilismo europeo.
Fue ahí donde el dueño de la escudería, una persona amigable de nombre Günther, le ofreció quedarse en el restaurante que acababa de construir, luego de saber que se hospedaba en un hotel de paso para camioneros alemanes.
Parte de esta historia la reveló el propio Sergio a través de una caricatura creada por Red Bull meses atrás, donde describió cómo partió de México rumbo a Europa para intentar crecer como piloto profesional.
A pesar de que los inicios de su primer año en Alemania no fueron sencillos y estuvo a punto de regresar debido a los problemas de idioma y rendimiento, los resultados se dieron conforme avanzó el calendario y consiguió una plaza en un mejor equipo para el año siguiente.
El destino y su calidad le abrieron las puertas en la Fórmula 3, se mudó a Berlín y comenzó su ascenso hacia la máxima categoría del automovilismo.
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