El miércoles 23 de junio de 2022 el Campeonato Mundial de Natación, realizado en Budapest, vivió uno de los momentos más tensos en la historia del deporte. Luego de haber ejecutado su rutina en la final de la categoría libre en solitario, la nadadora artística Anita Álvarez perdió el conocimiento y se sumergió en el fondo de la alberca. A pesar de la escena, los rescatistas no ingresaron de inmediato para auxiliarla y fue su entrenadora Andrea Fuentes la encargada de llevarla hasta la superficie.
Al término de su ejecución, la atleta de 25 años se hundió hasta lo profundo de la alberca sin mostrar ningún gesto de resistencia. En ese momento, la entrenadora Fuentes realizó múltiples alertas a los socorristas ubicados en los alrededores de la piscina, pero al notar su nula respuesta corrió hasta la fosa para lanzarse al agua y realizar la maniobra de emergencia.
De acuerdo con un comunicado emitido por la Federación Internacional de Natación (FINA) los socorristas no actuaron de inmediato por un impedimento reglamentario que solamente pudo haber sido revocado con la autorización expresa del cuerpo de jueces a cargo de la sanción del evento.
“Solo los jueces, y solamente ellos, podrán dar la orden de saltar a la piscina para socorrer a una competidora que en ese momento haya enfermado. Este protocolo es así para evitar cualquier malentendido por parte de los socorristas”, señaló el documento emitido por la federación.
En ese sentido, la nula reacción de los árbitros provocó que la entrenadora española ingresara al agua para sumergirse 2.7 metros y poder sacar a su pupila. Al notar la reacción de Fuentes, los socorristas actuaron e ingresaron a la fosa, aún sin haber recibido una señal judicial, para colaborar en el rescate de Anita Álvarez.
El factor diferencial entre la tragedia y el rescate fue la oportuna actitud de Andrea Fuentes. Al respecto, según indicó la FINA en su documento, el reglamento vigente donde se prohíbe la acción de los rescatistas sin la autorización expresa de los jueces será revisado con la finalidad de evitar situaciones similares, o que puedan tener un desenlace fatal, a futuro.
Cómo fue el rescate de Anita Álvarez
Después de sumergirse, la exnadadora olímpica se aproximó hasta Álvarez y la llevó hacia la superficie. Según contó al medio RAC1, realizó uno de los movimientos más rápidos en su vida para llegar hacia donde se encontraba Anita sin mostrar respiración. Una vez en la superficie, uno de los socorristas le ayudó para llevarla hasta la orilla y fuera evaluada por los paramédicos.
Según contó la entrenadora, Álvarez pudo haber dejado de respirar hasta 2 minutos debido a que el agua de la piscina ingresó a sus pulmones. “Estoy que no me lo creo. Ha sido apoteósico, Anita no respiraba. He intentado despertarla a bofetadas y abriéndole la mandíbula”, recordó.
No obstante, una vez que la pudieron llevar a otro lugar del recinto deportivo, la atleta expulsó el agua que había ingerido y pudo estabilizarse. De igual forma, el personal médico encaminó una serie de estudios para verificar su estado de salud, gracias a los cuales pudieron descartar cualquier tipo de anomalía.
“Los deportistas ponemos el cuerpo al límite, ha descubierto hoy donde está su límite. A ella le pasó hace un año: simplemente se quedó un poco en la superficie, un poco inconsciente, pero no se hundió. Yo estaba a un metro, entonces la saqué. En nuestro deporte es algo que puede pasar porque estamos sin respirar durante mucho rato, con las pulsaciones muy altas, y a veces el oxígeno no llega donde tiene que llegar y nos desmayamos,” afirmó.
Al término de la competencia fue asignada en el séptimo puesto de la final, pero no es la única oportunidad de subirse al podio. El viernes 24 de junio, el equipo estadounidense participará en la final de nado artístico y, luego de haber recibido el visto bueno de los médicos, fue incluida en la lista de participantes.
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