Entre el 13 y el 15 de mayo pasado, Kylian Mbappé era jugador del Real Madrid. Lo tenía casi decidido y hasta se negó a ir con el París Saint-Germain a una gira para quedarse en la capital francesa para recibir un premio individual. Sin embargo, el 20 de mayo, apenas días más tarde, la máxima estrella del fútbol francés decidía quedarse, en un vuelco total, de los más resonantes de los últimos tiempos. ¿Qué había ocurrido?
Se mencionaron muchas negociaciones, ofertas económicas muy fuertes por parte de los dos gigantes que competían por su pase (Real Madrid, por contratarlo, y PSG, por renovarlo) y además, muy parejas en los números, pero lo fundamental es que en esos días, el dueño del club parisino, el poderoso qatarí Nassir Al-Khelaiffi, desplegó toda su artillería para conseguir el objetivo, que incluyó llamados al jugador del presidente Emmanuel Macron y del ex mandatario Nikolás Sarkozy.
Fue entonces que tres personajes muy ligados al máximo dirigente del PSG y al club, pero especialmente a Mbappé y a su familia, terminaron de desplegar su juego de seducción desde las sombras, dos de ellos, portugueses: Antero Henrique, ex director deportivo de los parisinos hasta 2019, y Luis Campos, conocedor de la familia del espectacular delantero y actualmente director deportivo del Celta de Vigo, y un argentino, Luis Marcos Ferrer.
El caso de Campos es muy llamativo, porque no sólo fue uno de los encargados de torcer el destino de Mbappé, sino que él mismo estuvo a punto de ir al Real Madrid con el jugador, porque venía trabajando por dos años para el presidente blanco, Florentino Pérez, con ese propósito.
Pérez y Campos se conocieron en 2012, cuando el portugués formó parte del cuerpo técnico de su compatriota José Mourinho en el banco del Real Madrid, primero como analista y scout de jóvenes talentos, y ya después, como asistente en el campo de juego.
Campos, además de entrenador profesional es licenciado en educación física y estuvo a cargo de equipos modestos de la primera división portuguesa, con una particularidad: cuando Mourinho comenzó su carrera ascendente como DT en el Porto, con el que acabaría ganando la Champions League de 2004, el presidente de ese club, Pinto Da Costa, había estado reunido también con Campos, aunque se decantó con el posteriormente ganador de la Copa de Europa con el Inter. Fue años más tarde que Mourinho le ofreció formar parte de su cuero técnico, como ocurrió en el Real Madrid.
Campos conoce a Mbappé no de ahora, sino desde que el delantero tenía catorce años y soñaba con jugar alguna vez en el club de sus amores, el Real Madrid. Fue en los juveniles del Mónaco en tiempos en los que el magnate Dmitri Ribolóvlev invirtió en un equipo de estrellas. En esa época, Mbappé tuvo un conflicto en el club que Campos ayudó a destrabar y desde entonces, la relación de confianza, especialmente con la madre, se fue estrechando al punto de que es considerado casi un familiar. De esa intervención fundamental de Campos habla el delantero en una autobiografía con formato de cómic.
Es tal la influencia de Campos con la familia Mbappé que cenó junto con la madre de Kylian, Faiza Al-Amari, y una amiga, en un restaurante de Madrid (“Amazónico”) en la noche previa al famoso partido de la remontada del Rea Madrid ante el PSG en el Santiago Bernabéu por los octavos de final de la pasada Champions League.
Esos días decisivos del cambio de timón de Mbappé entre el 16 y el 20 de mayo, Campos estuvo en su casa aconsejándolo, y lo acompañó también a un evento publicitario en Doha.
En los meses anteriores, mientras Campos trabajaba como director deportivo del Celta, que dirige en primera Eduardo Coudet, el portugués había recibido ofertas de la selección rusa y del Galatasaray, pero permaneció en Vigo por su feeling con el presidente del club, Carlos Mourinho y por estar a una hora de la casa de sus hijas, en Oporto.
Lo extraño del caso es que durante meses, Campos aconsejaba a Mbappé irse al Real Madrid y no sólo eso, sino que el propio Campos contaba con la propuesta de Florentino Pérez de ser consultor externo deportivo con un contrato por cinco años con la idea de que confluyera junto al crack en el club, para seguir cerca de él desde los despachos. El cargo que el club blanco le proponía estaba íntimamente relacionado con los deseos de Campos de no tomar más trabajos de campo, como el del Celta.
Y fue allí, sobre el final del trayecto en la competencia entre Real Madrid y PSG por los servicios de Mbappé, que entró en juego Al-Khelaiffi tratando de convencerlo, sabiendo con claridad de quién se trataba: de las diez últimas ediciones de la Liga Francesa, el PSG había ganado todas excepto dos: las que triunfaron el Mónaco y el Lille. Y si algo tuvieron en común estos dos clubes en ese momento, fue que Campos era el director deportivo en ese momento. Pero no sólo eso, sino que generó una plusvalía en la diferencia entre compra y venta de jugadores por 1200 millones de euros: Martial, Nicolás Pepé. Lemar o Rafael Leao, entre otros.
El gran tema para Khelaiffi era cómo conseguir que Campos aceptara cambiarse de bando en esta ocasión, porque tenía un compromiso de palabra con Pérez y un contrato de trabajo con Celta. Pero el presidente qatarí logró convencerlo por el lado del desafío de ganar la Champions y cómo no, la chequera para realizar cuanta operación hiciera falta.
De todos modos, Campos puso dos condiciones: que Florentino Pérez aceptara que no estaba convencido de aprobar su oferta por no sentirse cómodo y por abrazar mucho más la idea del PSG, algo que terminó ocurriendo y el portugués terminó muy agradecido con el presidente de Real Madrid, y que el Celta también aceptara que desde la temporada 2022/23, Campos trabajaría también en el PSG junto a todo su equipo de scouters, lo que fue aceptado en el club gallego.
El otro hombre clave en la decisión de Mbappé es Antelo Henrique (José Gomes Ressureiçao Henrique), de 54 años, y ex vicepresidente del Porto –estaba en el cargo cuando fue campeón de la Champions en 2004- y ex director deportivo del PSG hasta 2019, y desde marzo de 2022, director de la Qatar Stars League. Si hay algo que gusta de Henrique el presidente Al-Khelaiffi es su vocabulario, su capacidad para endulzar los oídos de sus contertulios.
Antelo Henrique ya había sido clave para la contratación de Mbappé al PSG desde el Mónaco en 2017, cuando el club del Principado se negaba a transferir a sus estrellas a equipos rivales de la misma liga. Desde entonces y como nunca, Al Khelaiffi conoce las virtudes del portugués por conseguir lo que a todas luces parece imposible. ¿Por qué no podía volver a conseguirlo?
El problema era que esta vez, la oferta salarial del Real Madrid era muy parecida a la del PSG y por eso, la motivación tenía que ser otra y la semana final en Doha, con el jugador, y la última semana de abril, aprovechando las vacaciones de su madre en Doha, fueron fundamentales y no fue para nada casual que en la conferencia de prensa de anuncio de su continuación en el club parisino, el delantero utilizara como frase: “El proyecto cambió”.
Al Khelaiffi sabe que Antero Henrique no desea cargos en el club. Está muy cómodo en Qatar y allí se quiere quedar y en todo caso, así como consiguió en su momento que Neymar llegara al club, ahora ascenderá en el grado de consejero ante el presidente, con todo el poder que eso implica en el mundo del deporte.
Cuando Antelo Henrique se marchó del PSG en junio de 2019, Mbappé escribió en sus redes sociales a modo de respaldo: “Gracias, Míster por todo lo que hizo por mí aquí”
Y la tercera pata del cambio pasa por un argentino, Luis Ferrer, otro conocido de la familia Mbappé, al punto de que consiguió hacer al francés socio del club de sus amores, Sarmiento de Junín.
Siempre con tono amable y un discurso elaborado, Ferrer nació en Laboulaye, Córdoba, en 1975, y luego de un corto paso por River Plate, donde coincidió con Hernán Crespo en la quinta división, y posteriormente se fue a jugar el ascenso con equipos franceses tras lograr llegar a Primera con Sarmiento de Junín en 1996.
Gracias a su tío, Rafael Santos, y al ex Vélez y hoy ligado mediáticamente al PSG, Omar Da Fonseca, llegó al París FC, luego al Ajaccio, para retirarse y convertirse en dirigente. Su primera experiencia fue en el Niza, donde trabó amistad con el actual arquero del Tottenham y campeón del mundo con la selección francesa, Hugo Lloris, luego pasó por el Saint Etienne hasta que en 2009, lo convocó el PSG para peinar el mercado sudamericano.
“Tuvimos que hacer el doble de trabajo que el Real Madrid –confesó en relación a la contratación de Mbappé por el PSG desde el Mónaco en 2017-. Fuimos a su casa, hablamos con la familia, le mostramos el proyecto. Tuvimos que hacer muchas cosas para demostrarles que el jugador era importante para nosotros y que tendría continuidad. Hicimos todo lo que se puede uno imaginar para convencerlos cuando llamaban al mismo tiempo Real Madrid, que venía de ganar dos Champions seguidas, y nada menos que con Zinedine Zidane. En aquel tiempo logré convencerlo diciéndole que esperara cuatro años para salir de Francia y que hiciera más grande la puerta de salida. Por suerte, ahora volvieron a creer en nuestra palabra”, dice Ferrer, dueño de la agencia de futbolistas “LF360″.
La táctica de Ferrer, en dupla con Antelo Henrique, fue “comenzar todo desde cero” cuando parecía que el jugador estaba perdido y emigraría al Real Madrid. Ellos le dieron a entender al jugador que había que dar “dos pasos hacia adelante” y le prometieron entonces que Al Khelaiffi contemplaría su opinión para decisiones futuras, de allí que se especule con la posible salida de Mauricio Pochettino como entrenador, aunque no para reemplazarlo por Zidane (que desechó la oferta porque prefiere esperar a diciembre como posible relevo de su ex compañero Didier Deschamps como entrenador de la selección francesa) sino por Christophe Galtier (entrenador del Niza y ex del Saint Etienne y del Lille, con el que fue campeón, quebrando la hegemonía del PSG). Si por ahora no se concretó este enroque entre Pochettino y Galtier es porque el club busca cómo hacer frente a la indemnización del argentino y su cuerpo técnico sin que afecte al Fair Play Financiero de la UEFA, que le permita hacer nuevas contrataciones.
También es clara la salida oficial del brasileño Leonardo como director deportivo, siempre tras consultar primero con el jugador, de un peso cada vez mayor en las decisiones del club.