Argentina e Inglaterra chocaron en Francia 98 por primera vez en un Mundial después de aquel duelo por los cuartos de final de 1986 en el que Diego Maradona había marcado los dos tantos del seleccionado albiceleste. Para este nuevo duelo y con ese histórico antecedente, el clima previo al partido era de un verdadero clásico y la prensa británica esperaba lo mejor del combinado conducido por Glenn Hoddle. Una de las grandes promesas de aquel plantel era nada menos que el joven David Beckham.
Por entonces, el mediocampista ya era titular en el Manchester United y por eso las esperanzas futbolísticas de su nación estaban puestas en él. Sin embargo, antes del final del primer tiempo, cayó en la provocación de Diego Pablo Simeone, emblema del seleccionado argentino que conducía Daniel Passarella, y le acertó una patada en el suelo que le costó la roja directa.
El partido terminó 2 a 2. Gabriel Batistuta, de penal, y Javier Zanetti marcaron para la albiceleste, mientras que Alan Shearer y Michael Owen, figura de la cancha, lo hicieron para los europeos que sucumbieron en los penales. Luego de las ejecuciones y la eliminación de Inglaterra, la prensa y el público británico cargó con todo contra Beckham por su irresponsable expulsión que fue clave en el partido.
El ex número 7 que pasó por Real Madrid había iniciado como suplente de aquel equipo en el certamen, pero fue titular ante Colombia en el último duelo de la fase de grupos, en el que marcó un gran gol de tiro libre, y luego fue puesto entre los titulares para los octavos de final. “No recuerdo haber ido a esa cancha queriendo demostrar algo porque me habían dejado fuera de otros juegos. Fue solo un momento que sucedió en el que reaccioné, fue un momento de locura, de verdad”, recordó esta semana en el canal de YouTube The Overlap de su ex compañero Gary Neville, integrante de aquel seleccionado.
“Cuando miro hacia atrás en mi carrera y hablo de arrepentimientos, deseo que eso nunca haya sucedido. Pero por otro lado, si no hubiera sucedido, es posible que no hubiera tenido la carrera que tuve. Probablemente sea duro decir que todavía me siento defraudado (por mis compañeros de equipo), pero miro hacia atrás en ese momento: éramos jóvenes. Cometí un error, pero hay ciertas personas en el fútbol que esperas que te respalden pase lo que pase. Siempre tuvimos eso en el United, pero me sentí defraudado (en la selección)”.
Con esto, Beckham confirmó que los propios jugadores de Inglaterra también lo culparon dee la eliminación del Mundial 98 celebrado en Francia: “No creo que haya estado tan conmocionado como cuando salí del terreno y vi a mi mamá y mi papá. Estaba llorando, sollozando incontrolablemente, lo cual es un poco vergonzoso. En ese momento, el seleccionador de Argentina pasaba y todos golpeaban (la ventana)”.
“La mañana siguiente (Sir Alex Ferguson, entrenador del Manchester United) me llamó por teléfono temprano para decirme, ‘¿estás bien, hijo?’. Dije que sí y me emocioné con él. Dijo, ‘No te preocupes, vete y vuelve al club y nos tienes a nosotros’. Eso era todo lo que necesitaba escuchar”, recordó el ex futbolista quien a partir de ese momento comenzó a vivir un calvario.
“Ni siquiera pensé y esperé lo que iba a pasar en los próximos años. Sabía que sería un momento difícil volver a casa, pero nunca esperé que fuera tan malo como lo fue”, reconoció. Tras la Copa del Mundo, tomó un avión rumbo a Nueva York para encontrarse con Victoria, su actual esposa: “Probablemente fue el peor lugar al que podría haber ido. Regresé (del Mundial) y caminé por el aeropuerto y fui absolutamente maltratado por un reportero de televisión que dijo que había defraudado a mis padres y abuelos”.
El inicio de la temporada 98/99 no fue mucho mejor. En cada estadio que visitaba era recibido por miles de ingleses que lo abucheaban e insultaban por su expulsión ante la Argentina. “Cada partido de esa temporada, aparte de cada vez que jugamos en Old Trafford, fue horrible. Cada programa de entrevistas, dondequiera que iba, cada vez que ponía gasolina en el auto, recibía insultos. Ya fuera en Manchester o en Londres, no importaba. Lo que me ayudó a superar esa temporada fueron los fanáticos del United”.
Según contó, fueron los aficionados de su propio equipo los que lo apoyaron desde el primer momento. Él les devolvió ese amor con fútbol: marcó nueve goles esta temporada y dio 18 asistencias para conquistar la Premier League, la FA Cup y la Champions, un triplete histórico para el club que cerró 1999 con un título del mundo en Japón. Además, él fue elegido como mejor jugador de la Champions League y segundo mejor del mundo por la FIFA, en una votación en la que quedó por detrás de Rivaldo y por delante de Batistuta.
Aquella expulsión marcó la carrera de Beckham y de sus compañeros a tal punto que en 2019 Michael Owen reconoció en su autobiografía Reebot aún estar dolido por la reacción de David ante Simeone: “Fue algo infantil e innecesario. La gente dirá que es solo un error, pero yo creo que si quieres ganar un Mundial no puedes permitirte cometer errores”. En este sentido, agregó: “Lo único que puedo decir es que ahora estoy sentado escribiendo este libro, consciente de lo afortunado que es un jugador que ha participado en un Mundial. No importa que sea más de uno. Estaría mintiendo si no dijera que lo que David (Beckham) hizo ese día fue defraudar a todos y cada uno de los miembros de Inglaterra”.
En el documental The Class of 92 varios jugadores de aquel plantel revelaron que solo Gary Neville y Paul Scholes, compañeros suyos en Manchester United, le hablaron en el vestuario del estadio Geoffroy-Guichard de Saint Etienne. Mientras tanto, la prensa británica se encargó también de hacer su parte. “10 leones heroicos y un niño estúpido”, tituló en su portada The Mirror, mientras que el Daily Mail imprimió un blanco para dardos en el que él era el centro y estaba acompañado por figuras como Diego Maradona, Daniel Passarella, Lechuga Roa, el árbitro danés y hasta Leopoldo Galtieri, el presidente de facto argentino que impulsó la Guerra de Malvinas.
En 2017, Simeone recordó aquel episodio en diálogo con ESPN y comentó: “Beckham era un fenómeno en ese momento. Era joven, la facha que tenía, rubio, el pelo… Era la realidad. Era tan buen jugador que había que buscar cómo irritarlo. En esa jugada, que yo iba por la izquierda, le hago una falta que busco y me quedo un tiempo ahí buscándolo… Y el que se calienta, pierde. Quizás pensó ‘qué hijo de puta’, pero nunca lo dijo. Él tuvo una fuerza increíble porque después de ese episodio tuvo que soportar una crítica enorme en Inglaterra porque quedaron eliminados. Al año siguiente la destrozó. En algún punto fue hasta bueno por todo lo que pasó”.
Por su parte, el ex futbolista del Milan, PSG, Manchester United y Real Madrid participó del documental de Simeone estrenado en a principios de año y aseguró que aquella expulsión le sirvió para forjar su personalidad. Además, en tono de broma, sostuvo que tuvo su revancha en 2002, cuando la selección de Inglaterra venció a la Argentina 1 a 0 y en la fase de grupos del Mundial de Corea Japón en el que el combinado conducido por Marcelo Bielsa fue eliminado en primera ronda.
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